Al día siguiente Valeria anima a Catalina para salir de su habitación, pues sabe que ha estado encerrada más de seis meses. Y ahora tiene cuatro de embarazo. No le hace ningún bien estar encerrada. Catalina no se atreve a cruzar la puerta, tiene miedo de ser castigada por el Conde.
— Dejaré la puerta abierta. Sal cuando te sientas segura. — Dice su suegra, Catalina ve la puerta abierta y teme cruzarla. Luego de un par de horas ella se anima, sale al corredor y ve las escaleras, pone su mano sobre la madera para ayudarse a bajar.
— ¿Decidiste salir? — El conde aparece detrás de ella y Catalina se asusta
— Lady Valeria dijo que yo podía bajar. — Catalina agacha la cabeza. Arturo la toma en sus brazos. — Conde bajeme por favor. — Él la ignora y la lleva de regreso a sus aposentos. La pone sobre la cama y se quita la túnica. — Conde ya estoy embarazada. — Dice ella pensando que el le hará algo.
— ¿Por qué sales sin zapatos?
— ¿He? — Ella ve sus pies descalzos. Se acostumbró tanto a eso que ahora le parece normal.
— Puedes lastimarte los pies. — Arturo se pone en cuclillas y le coloca los zapatos. — No pienses tan mal de mí. Sé que estás embarazada, y no quiero que pierdas otro bebé.— Él se pone de pie y le da su mano para ayudarla. Catalina ignora su mano, se pone de pie ella misma y sale. El conde experimenta él rechazó y tiene una sensación molesta en su pecho. Pero no sabe qué es.
....
Los meses pasan y ahora Catalina tiene ocho meses de embarazo, su panza enorme, y una gran sonrisa en el rostro. La doctora la ha ido a revisar constantemente, y le ha dicho que todo está bien. Pronto recibirá a su hijo. La que más se ha preocupado es su suegra, ha cuidado su alimentación y su salud.
— Te ves muy contenta. — Dice Valeria a su nuera.
— Lo estoy, mi hijo pronto va a nacer.
— Va a ser una niña.
— ¿Cómo puede usted saber eso?
— Por la forma de tu panza. Es alta, y redonda.
— Eso es solo una creencia. Mi hijo será un niño.
— ¿Quieres que sea niño para separarte mi hijo? — Catalina vacila para responder. — Yo te entiendo. Mi esposo no era muy bueno conmigo. Siempre esperé que Arturo fuera mejor, pero veo que está siguiendo los pasos de su padre.
— Lo siento mucho.
— No te preocupes. No tuve que soportar mucho a ese hombre. Se fue a la guerra cuándo Arturo tenía 13 y no regresó.
— ¿No tuvo más hijos aparte del Conde?
— Tuve abortos, no quiero recordad cuántos fueron.
— Lo siento mi Lady.
— Pensé que Ala me lo compensaría con muchos nietos, pero por cómo va esté matrimonio, creó que sólo tendré uno.
— No se ponga triste. Seguro el Conde volverá a casarse, y le dará todos esos nietos que usted anhela. — Valeria le sonríe a su nuera. Luego sugiere que vayan a por unas galletas. Y un poco de té.
.....
Arturo en sus aposentos se está dando un baño, mientras piensa en Catalina, en las ganas que tiene de estar con ella. Desde hace meses lo desea, pero con el embarazo, y su madre ahí no ha podido hacer nada. Ha ido a burdeles, pero siente que ninguna mujer le atrae cómo Catalina, eso lo llena de frustración, no le queda más que atenderse mientras piensa en ella.
Al finalizar su baño, el sale a cambiarse, y se encuentra con su esposa esperándolo.
— ¿Catalina que haces aquí? — Pregunta el sorprendido.
— Buenas noches Conde. — Ella se le acerca y lo rodea con sus brazos.
— ¿Catalina te sientes bien?
— Conde quiero estar con usted. — Dice ella con una sonrisa muy grande.
— No podemos. Estás embarazada.
— Por favor conde. Lo necesito. Lo extraño. Quiero que cumpla sus deberes de esposo conmigo.
— No es por qué yo no quiera. Es por tu bien y el del bebé.
— Conde su hijo y yo estamos bien. Usted sólo sea cuidadoso. Por favor.
— Catalina no insistas.
— Conde, es su obligación, hágalo o voy a crear rumores sobre usted.
— ¿Me estás amenazando?
— Sí. Ahora hágame suya. — Catalina lo besa. Arturo no se resiste y la lleva a la cama, ambos se dejan llevar por la pasión y hacen el amor durante varias horas. — Gracias conde. — Le dice Catalina antes de quedarse dormida.
— Gracias a ti Catalina. — Dice el y le da un beso en la frente.
Valeria que ha estado buscando a Catalina toda la tarde, va a los aposentos de su hijo para preguntarle por ella. Al entrar y verlo abrazando a Catalina desnuda piensa mal y lo regaña.
— ¿Por qué tienes a Catalina así? ¿Qué le hiciste?
— Fue ella la que me hizo a mí, no me quejó, lo hace bien.
— Eres un sinvergüenza. — Valeria lo golpea con una almohada. — ¿Cómo te atreves? ¿No ves que está embarazada?
— Madre yo intenté detenerla. Pero insistió y soy hombre.
— ¿Dices que ella vino a rogarte? — Pregunta su madre sarcásticamente.
—No sólo me rogó, también me amenazó. Aunque suene difícil creerlo. Pero mira. Estoy es mis aposentos, no en los de ella. Esa es la prueba de que digo la verdad.
— Llévala de regreso. — Ordena Valeria.
— No quiero despertarla.
— ¿Es eso o no te quieres separar de ella?
— Es lo primero. Por favor márchese. — Valeria sale de los aposentos preguntándose qué pasó. ¿Por qué su nuera fue a dormir con su hijo?
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 94 Episodes
Comments
Erica R. Roque
hormonas traicioneras..jajaja
2024-10-12
2
Tina Ixchiel Puthod
el es un enfermo sexual!
2024-10-10
0
pera
🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬🤬
2024-03-23
4