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Felipe está esperando en la sala. Observado las pinturas que hay en está. Algunas son de la familia y otras de paisajes.
— Buenos días majestad. — Saluda Valeria con una reverencia. Ella viene con una de sus damas de compañía, pues mientras esté soltera, nunca debe recibir a un hombre estado sola.
— Buenos días, Lady Valeria.
— Su visita me tomó por sorpresa. — El principe no deja de verla, y eso la incómoda. — Majestad. — Le habla de nuevo para ver si así puede despertarlo.
— Por favor siéntate. — Valeria se sienta enfrente de el. Esté continúa callado observándola.
— Majestad, ¿me puede decir a qué vino? Si es por mi padre...
— No. Vine por usted. — Interrumpe el príncipe.
— ¿Por mí?
— Si. Me gustaría preguntarle cuáles son sus joyas preferidas.
— ¿Por qué su majestad quiere saber eso?
— Fernando me ha pedido que sea su padrino, y cómo marca la tradición debo regalarle joyas a usted.
— Fernando no me lo había dicho.
— Mm. Parece que les falta comunicación, un matrimonio sin comunicación no funciona muy bien.
— Majestad no me haga pensar que usted no desea mi boda con el Marqués Fernando. — El príncipe se queda pensativo unos minutos. — Majestad. Majestad. — Le habla ella un par de veces.
— Perdón. ¿Qué era lo que usted me había dicho?
— Sobre mi boda con Fernando. Le pedí que no me hiciera pensar que usted se opone.
— No mi lady. Sería incapaz. Fernando está muy enamorado de usted, así cómo usted seguro lo está de el.
— Mis sentimientos por el Marqués son algo privado majestad.
— No quise ser entrometido.
— Lo fue.
— Le pido me disculpé. — Valeria asiente. — Sobre las joyas.
— Me gustan las que son elaboradas con oro y esmeraldas. — Se apresura a responder Valeria, pues quiere que el se retiré lo más pronto posible.
— Gracias. Creó que ha llegado el momento de irme. — Felipe se levanta, Valeria también. — Esperó volver a verla.
— Adiós majestad. — Dice ella, y hace gestos cuando lo ve salir. Luego aparece Leonor, y está le pide a la dama de Valeria que se retire. La dama se va y ahora ella puede conversar con su hermana.
— Entiendo por qué algunas doncellas se desmayaron al verlo. — Dice Leonor.
— No deberías espiar.
— No pude con la curiosidad, deseaba conocer el rostro del príncipe.
— ¿Y qué opinas?
— Es muy guapo.
— ¿Creés que podrías amar a alguien cómo el?
— No.
— ¿Por qué? Pensé que te había gustado.
— Hace un momento dijiste que la mirada delata los sentimientos.
— ¿Por qué mencionas algo que dije?
— Por qué yo jamás amaría a un hombre que ya conoció a la dueña de su corazón.
— ¿De que hablas Leonor?
— El príncipe está enamorado.
— ¿De quién?
— De alguien que es muy ciega para darse cuenta.
— Leonor habla claro.
— Yo lo vi en sus ojos. ¿Tú no lo viste?
— Ves cosas donde no las hay hermana. — Valeria no se toma enserio las palabras de Leonor. Pues su hermana nunca ha siquiera asistido a un baile.
....
Al día siguiente Fernando va por Valeria para llevarla a dar un paseo, no pueden ir solos, así que Leonor va con ellos. En todo el camino Leonor va leyendo el libro que su padre le regaló, mientras Fernando y Valeria van sentados uno al lado del otro tomando sus manos.
— Me agrada tu hermana. — Dice Fernando a Valeria, pues si en lugar de Leonor hubiere ido Romeo, o Catalina, ellos no podrían tomarse las manos de esa manera. — Ya ansió el día que puedas ser mi esposa.
— Faltan cinco meses, tres semanas, un día, quince horas y 28 minutos. — Dice Leonor sin dejar de leer su libro.
— ¿Cómo sabes eso? — Pregunta Fernando sorprendido.
— A mi hermana le encantan las matemáticas, es la más inteligente de mi familia. — Responde Valeria.
— No soy tan inteligente, a mi hermana le gusta exagerar. Pero he sacado la cuenta para saber cuándo perderé a mi mejor amiga.
— Leonor no me perderás. — Dice Valeria tomándole la mano.
— El marqués te llevará a vivir al reino de Vielle.¿Cierto Marqués?
— Así es...
— ¿Por qué al reino de Vielle? — Pregunta Valeria.
— Por de qué mis padres viven ahí. Mi padre es amigo del rey, y uno de sus principales Generales. Yo seré el general también.
— ¿Dices que serás el general del ejército?
— ¿Por qué pareces enojada?
— Yo no quiero que seas general. Es peligroso, te pueden matar. — Fernando se ríe.
— Mi prometida se preocupa mucho por mi.
— No lo tome como algo de lo que se debe reír.
— Estaré bien. El conde Arturo también ha peleado muchas Guerras.
— Y es por eso que estoy preocupada. No quiero pasarme las noches rezando para que usted esté bien.
— Parece que no eres muy devota. — Fernando se sigue tomando la preocupaciones de Valeria cómo un juego.
— Leonor dile al cochero que se de la vuelta. Volvemos a casa.
— Valeria, ¿qué está haciendo?
— Regresando a mi casa.
— ¿Va cancelar nuestro compromiso?
— Por el momento no. Pero si usted no cambia de opinión respecto al ejército, probablemente lo haga. Leonor. — Su hermana obedece su orden. De regreso Valeria no le habla, y Fernando aunque intenta tampoco lo hace.
.....
Mientras tanto Felipe está sentado en una pastelería, esperando a que llegue Fernando y Valeria. Algunas doncellas que han ido con sus pretendientes no le han podido quitar los ojos de encima, se sienten muy atraídas por el encantador rostro que el tiene. Felipe se da cuenta de ello, y desea en su corazón que la doncella que le gusta lo miré con la mitad de afecto que aquellas doncellas.
— Hey hazme caso. — Dice Fernando.
— ¿Cuándo llegaste? — Pregunta Felipe saliendo de su ensoñación.
— Hace un minuto.
— ¿Dónde está tu prometida?
— ¿No escuchaste? Quiere cancelar el compromiso.
— ¿Ella quiere cancelarlo?
— No la entiendo. Soy de los solteros más codiciados. ¿Quién es mejor que yo en éste reino?
— El principe tal vez.
— El príncipe no se ha presentado a ningún baile. Nadie conoce su rostro.
— No sabía.
— Debería majestad. En el futuro serán aliados.
— Hay muchas cosas que ignoró.
— No ignore mis preocupaciones. ¿Sabe cómo quedaré ante la sociedad si Valeria rompe el compromiso?
— Ella quedará peor que tú. Una mujer que ya estuvo comprometida es difícil que encuentre otro prometido.
— Pero no es imposible. Y yo no deseó que ella lo rompa, quiero casarme.
— Hay muchas solteras.
— No me importa ninguna. Sólo deseó a Valeria.
— ¿Por qué se pelearon?
— No quiere que sea parte del ejército.
— Deja el ejército.
— No puedo. Ella debe aceptar lo que soy.
— Lady Valeria se preocupa por ti, deberías sentirte dichoso.
— Me siento feliz ante su preocupación. Pero no renunciaré a lo que deseó desde que soy un niño.
— Fernando ordena tus deseos. ¿Qué está primero? ¿Tú deseo de ser un general tan importante cómo tú padre? ¿O tu matrimonio? — Fernando se queda reflexionando un rato.
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Updated 94 Episodes
Comments
Julia Emperatriz Oyola Urzola
fascinante felicitaciones escritora
2025-01-31
0
Mercedes Sanches
Me gusta. Interesante. felicidades
2025-01-16
0
Sandra Bertinelli
es hermosa toda la historia!!
2024-08-10
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