Capítulo 8: Las nuevas órdenes de un soberano hacia su títere

— Creo que no fui muy claro con mis órdenes.

Seraff comenzó a avanzar hacia mí y un poderoso miedo comenzó a invadirme.

Antes de que pudiera hacerle alguna pregunta, sin siquiera hablar o disculparme, chasqueó los dedos frente a mí y una ola de calor comenzó a quemar mi alma.

Y luego, desaté el grito más fuerte que nunca antes había hecho.

Si tuviera que describir el dolor, era como si un cuerpo humano cayera directamente en lava a fuego vivo. Y por más que supliqué, mi alma ardía ante la mirada inexpresiva de Seraff. No sé cuanto transcurrió pero por más que deseé en ese momento desaparecer o que mi alma fuera destruida, era imposible. Seraff no tenía la potestad de destruirme con sus propias palabras pero si puede torturar mi alma como él quiera.

El dolor sé sintió como una eternidad.

Pero estaba seguro que no habrían pasado más que algunos segundos.

Y cuando Seraff sé detuvo, solo volvió a mostrar una sonrisa e inclinó la cabeza ligeramente como si quisiera ver como me encontraba.

— Muy bien, ¿Qué fue lo que te pedí que hicieras con los corazones?.

— Arrancarlos del cuerpo.

Incluso aterrorizado, las palabras salieron por sí solas. No me atreví a contradecirlo, tampoco quería discutir y mucho menos hacerlo enojar. El miedo de que mi alma fuera torturada otra vez me hizo sentirme impotente.

Es como si yo estuviera atado a Seraff.

Nunca, jamás podré huir de él.

Aquellos pensamientos me hicieron asustar y tenía que poner las órdenes de Seraff como prioridad. No es lo mismo que un cuerpo sea torturado que un alma.

En un cuerpo, las heridas pueden sanar pero un alma no.

Y otra vez, él sonrió.

— Me alegra saber que estés dispuesto a cumplir mis órdenes al pie de la letra.

Por supuesto, está escuchando mis pensamientos.

Sintiendo que mi alma estaba quebrada, elevé la mirada a Seraff, si había cometido un error, será mejor corregirlo ahora.

— ¿Que necesitas?. —Pregunté.

— Estoy feliz de que hayas pasado la prueba del Rey. Estaba pendiente de cada uno de tus movimientos, no quería tener que reemplazarte porque no puedo seguir agotando mi poder con el tiempo. Y lo segundo ...

Sin perder más tiempo, yo volví a preguntar.

— ¿Que es lo que te enoja?.

— Que no hayas arrancado el corazón de aquella mujer en Ambrosía.

Me detuve un momento para pensar, es cierto que atravesé la espada en su pecho y no le arranqué el corazón. Por otro lado, el Rey murió frente a mí y luego..

Todo fue claro para mí.

— ¿Hay un demonio en Ambrosía?.

Él sonrió de manera divertida.

— Ah, que bien, estoy frente a alguien inteligente, no tengo la necesidad de repetirlo dos veces. —Él tosió antes de levantar su dedo a modo de explicación.— El demonio que quedó libre ya ha devorado a unas cuantas víctimas en el bosque y todos los aventureros han fallado en matarlo. Por eso tú y solo tú puedes matar a los demonios.

— Porque ese cuerpo tiene el 2% de tu poder, lo suficientemente fuerte para matarlo.

Yo terminé con su explicación.

— Así es. —Su sonrisa desapareció para dejar un rostro inexpresivo. Esta vez como una orden.— Los demonios no aparecerán si les arrancas directamente el corazón, así que ten eso en mente.

— De acuerdo.

Me sentí como un títere.

Pero mientras no me torture otra vez, solo debo enfocarme en cumplir sus órdenes. Seraff pareció escuchar mis pensamientos otra vez porque se acercó con una sonrisa.

 La manera que expresa las emociones en ese rostro de niño son tan repentinos.

— Por cierto, con respecto a tu magia. Vas bien, me sorprendió verte usar magia de categoría S con el demonio cuando se necesita hasta diez años de práctica. Pero solo para tu conocimiento, he prohibido ciertos tipos de magia aparte de los elementales.

— ¿Cómo?.

¿Me ha prohibido magia?.

Él asintió con la cabeza.

— Si. Suprimí todo tipo de magia que sea de sanación, así que asegúrate de no salir lastimado de gravedad porque no podrás sanarte por ti mismo y deberás recurrir a alguien más.

— ¿Por qué lo suprimiste? ¿Ese cuerpo no es bueno con el manejo de ese tipo de magia?.

Él soltó una risa.

— No, solo lo hice por diversión.

— ...

Está claro que para Seraff, yo no soy más que un objeto de trabajo y entretenimiento. Pero no dije más, deberé tener cuidado cuando me enfrente a otros demonios.

— ¿Solo suprimiste eso?.

— Y tu inmortalidad. Luminor originalmente es un ser inmortal pero como puedes ver, es más divertido verte herido, no tendría sentido una lucha con un demonio si estas en ventaja, ¿no es así?.

Yo suspiré.

Cada respuesta suya era más agotadora que la anterior, así que solo asentí.

— Bien, eso es ...

Seraff se detuvo cuando su nariz comenzó a oler algo, yo ni siquiera tenía un cuerpo con qué oler en ese momento, así qué no supe que era lo que Seraff parecía estar oliendo en el ambiente de un limbo.

— Es extraño. —Dijo Seraff, tenía el ceño fruncido.

— ¿Qué?.

— Nada. Si no hay nadie a la vista entonces debe ser imaginación mía. —Seraff dejó el ceño fruncido para volver a sonreír, por milésima vez.— Bien, eso es todo, regresa al mundo.

Y chasqueó los dedos.

...

..

.

— Huh ..

Me quejé de dolor cuando yo abrí los ojos. Luego me senté sobre lo que sería una cama mientras yo colocaba mi mano en mi cabeza, no importa cuando haya sufrido mi alma, mi cuerpo estaba temblando. Me observé a mi mismo para ver qué yo volví a ser Luminor y mi mirada se dirigió a mi alrededor. Parecía ser alguna habitación del Castillo porque todo era tan lujoso como la Sala de trono. Había algunos estantes con libros, un escritorio con papeles, un sofá cerca de las puertas junto a una pequeña mesa y ventanales con brisa fresca atravesando por las cortinas.

Y cuando sentí un peso en mi regazo, no era más qué Emma qué estaba durmiendo.

— Parece que nunca te alejaste de mi lado.

Yo dejé la mano sobre el cabello de Emma para acariciar su cabeza. No sé cómo explicarlo pero ella me transmite una sensación de tranquilidad, como si lo que sufrí como alma hubiera desaparecido.

Alma...

Es cierto, la orden de Seraff.

Necesito ir a Ambrosía otra vez, debo encargarme de ese demonio yo mismo. Cuando me dispuse a levantarme, Emma despertó, dejó escapar un bostezo para luego mirarme con sorpresa, luego levantó sus manos para hablar conmigo.

— "¿Estás bien?"

Y yo asentí con la cabeza, ella volvió a mover las manos.

— "Emma te cuidó estos días porque tenía miedo que no volvieras a despertar"

No volver a despertar.

Si no cumplo con las exigencias de Seraff, no dudará en lanzarme al Infierno. Si eso sucede, probablemente este cuerpo nunca vuelva a abrir los ojos.

Yo también levanté las manos para hablar con ella.

— "No te preocupes, yo siempre regresaré"

Luego de mirar por la ventana, supe que yo debía seguir moviéndome por este mundo. Caminé por los pasillos del Castillo hasta salir, aunque había Guardias y criadas que me observaban entre susurros, yo decidí no darle importancia mientras Emma me siguió sin prestarle atención a su alrededor. Cuando atravesé las puertas para irme, alguien había llamado mi nombre.

— ¡Luminor! ¡Oye!

Era otra vez ella, Victoria.

Me detuve para girarme y ella corrió lo suficiente hasta estar frente a mí.

— ¿Por qué te vas así? Dejame llamar a un médico, haz estado 10 días inconsistente y además no haz comido nada.

No es extrañar que Emma se preocupara si yo dormí 10 largos días.

— Estoy bien.

— No, no estas bien, estas débil.

Victoria se colocó detrás de mi, dejó sus manos a mi espalda y comenzó a empujarme nuevamente hacia el Castillo.

— Te dije que estoy bien. Mientras yo no sea herido de gravedad, dormir es lo que me hace recuperar energía.

— ¿Y la comida?.

— Yo no necesito comer.

Victoria dejó de empujarme y simplemente suspiró.

— Entonces ¿A donde planeas ir?.

— Ambrosía.

— Llevame contigo.

— ¿No vives en este Castillo?.

Ella se cruzó de brazos y caminó hasta volver a situarse frente a mí.

— Después de la muerte del Rey, mí hermano mayor se prepara para ser coronado Rey, él elegirá al nuevo Consejo de Ancianos, regulará con otras políticas y no tiene en mente iniciar una guerra. Supongo que todo terminó para bien, nada me ata ni me retiene estar aquí, así que por eso es que te seguiré.

Yo levanté una ceja.

Quizá la estaba juzgando un poco, probablemente yo estoy emprendiendo un viaje donde algunas veces tendré que dormir bajo un árbol. A Emma no parece importarle pero Victoria se rodeó con más lujos que cualquier persona.

— No te preocupes. —Ella colocó las manos sobre las caderas.— Soy una fuerte guerrera, no tienes que salvarme ni nada.

Ella parecía estar orgullosa de ser una mujer fuerte e independiente. Supongo que no soy nadie para borrar esa confianza suya, así que solo me giré y seguí mí camino.

— Haz lo que quieras. —Respondí.

Sin embargo, Emma pareció entender lo que nosotros estábamos hablando, porque se acercó a Victoria con una enorme sonrisa para gesticular con sus manos.

— "Él es muy bueno, ven con nosotros"

Victoria soltó una pequeña risita y le respondió a Emma con las manos.

— "Será un placer viajar con ustedes"

Y así, mientras yo me alejaba de la ciudad de Galia, Emma y Victoria me seguían, en este viaje para seguir asesinando a los demonios que seguían infectando este mundo.

Este mundo llamado Aircraft.

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