Capítulo 18

Nicolás

-Aquí tienes tu café hijo.- Amaba los cafés que Clara me preparaba cuando estaba en casa.

-Gracias Clarita, no sé que haría sin ti, toma asiento, hablemos un poco antes que tenga que marcharme de nuevo.- Consideraba a Clara como mi verdadera madre, me gustaba escuchar sus consejos, y era agradable estar en compañía de ella.

-Esta bien, pero solo un ratito, porque mi niña ya debe estar por levantarse y quiero prepararle unas galletas.- Dijo, tomando asiento en la silla que se encontraba frente a mi escritorio.

-Ya que mencionas a ese demonio hermoso ¿Cómo esta?- Megan no me había prestado mucha atención los días que habia estado en casa, pero al menos cada vez que me veía, me saludaba.

-Bien, creo que esta mucho mejor, al menos no le he visto enojada, o llorando por los rincones, y siempre que viene a la cocina anda muy risueña, cualquiera que la conoce bien, puede darse cuenta de que esta enamorada.- No puede evitar sentir un poco de celos al oir eso de mi hija.

-Eso quiere decir que solucionó las cosas con Colin ¿Verdad?- Pregunté.

-No, él no ha vuelto a venir a la casa, es más, ni siquiera la he escuchado hablar de él.- Respondió Clara, algo me decía que ella sabía muy bien de quien se trataba.

-Que bueno, nunca me agradó.- La verdad es que nunca había aprobado la relación de ellos dos.- Pero ¿Quién?

-No voy a decirtelo.- Respondió sonriente.- Pero es un buen chico.

-¿Con eso me quieres decir que Megan tiene novio?

-No creo que sean novios.- Respondió.- Pero si que le gusta, aunque ella no esta segura.

-Que mala eres, ahora me vas a dejar con la intriga, y sabes lo celoso que me pongo.- Ambos reímos.- ¿Y con Scott como se están llevando?

-Muy bien, ya no pelean tan seguido.- Los primeros días me había sentido mal por el pobre chico, sabía que mi hija le haría la vida miserable.

-Me alegro, es un buen chico, seguramente va a ser una buena influencia para Megan, sino es que ella lo corrompe primero.- Tomé varias hojas y las acomodé en frente de mí, tenía demasiado trabajo el día de hoy.- Espera Clara ¿Scott?

-Voy a preparar las galletitas.- Clara se paró rápidamente de su asiento y comenzó a caminar hacía la puerta.

-Dime si es él, no seas así.- Grité.

-Adiós.- Respondió sonriente.

                                                                                        ***

Megan

Desperté temprano en la mañana, aunque en realidad no había podido pegar un ojo en toda la noche, me sentía realmente agotada, miré mi celular, y comprobé que apenas eran las 8 A.M, no quería levantarme, pero había quedado con Scott en ir a ver a Kuro, aunque siendo sincera, después de lo de anoche, ya no me quedaban ganas de estar con él, prefería seguir ignorando el tema de nuestro beso, y me parecia lo mejor que las cosas quedarán como estaban, además sabia que no tenia motivos para sentirme asi, no eramos absolutamente nada, es más, yo lo "odiaba", o al menos esa era la escusa que usaba para engañarme a mi misma todo este tiempo. A pesar de todo, no podía impedirlo, era algo más fuerte que yo, el simple hecho de imaginarlo con una chica, me volvía loca, era mi estúpido niñero, mi jodida piedra en el zapato, de nadie más, solo mio, y no podía permitir que nadie me lo quitara. Me levanté de la cama y me cambié lo más rápido posible, considere peinarme, pero como no tenia ánimos, al final no lo hice, cuando terminé con todo, bajé hasta la cocina, mi panza no paraba de pedirme que la alimentará.

-Buenos días.- Entré saludando a Clara y a Ricardo.- Podía jurar que entre esos dos había algo. La forma en la que se miraban y se sonreían no era normal.

-Buen día Megan.- Respondieron al unísono y se quedaron por varios minutos mirándome, seguramente me veía fatal.

-¿Papá dónde está?-Pregunté para que dejaran de mirarme e intentar adivinar que me pasaba, además no sabia nada de él, solo me lo había cruzado un par de veces, y eso que vivíamos en la misma casa. Tomé asiento junto a Ricardo.

-No lo sé cariño.- Respondió él.- Lo ultimo que me dijo es que hoy tenía varias reuniones, y no podía faltar a ninguna.

-Como siempre.- Solté sin ánimo. Los dos me miraron con cara de lastima. Tenía ganas de gritarles y decirles que dejarán de hacerlo, que no sintieran lastima por mí, que odiaba que la gente lo hiciera, pero sabía que sus intenciones no eran malas, al final, eran los únicos que estaban conmigo.

-Hoy me preguntó por ti.- Habló Clara.- Quería saber como estabas.

-La próxima dile que mi habitación esta a dos puestas de la de él.- Respondí enojada.

-Esta bien ¿Vas a desayunar mi niña?- Cambió de tema Clara.

-Si, muero de hambre, gracias.- Casi se me olvidaba que para eso había bajado a la cocina.- Y Ricardo, cuando lo veas a papá dile que necesito que deje todos los permisos en la escuela firmados antes de que se vaya, ya veo que me pierdo más excursiones culpa de él.- Él solo asintió, se levantó de su asiento y se marchó. El ultimo año escolar me había perdido varias salidas con mis compañeros, solo porque mi padre no había podido llegar a tiempo para firmar los permisos.

Clara me había preparado un delicioso chocolate, con sus famosas galletitas. Cuando mamá murio, lo unico que me animaba era tomar un chocolate caliente mientras Clara me leia unos cuantos libros, ella sabia como levantar mi animo.

-El libro me gustó mucho más que la película.- Dijo ella.

-Sin duda, los libros siempre son mejores.- Respondí. Nos encontrabanos charlando muy a gusto las dos, cuando Scott entró en la cocina.

-Buen día Clara.- La saludó y miró hacia mí.- Buen día Moll.- añadió dibujando una sonrisa en su estúpido y hermoso rostro.

<> Gritó la vocecita en mi cabeza.

-Buen día mi niño ¿Vas a desayunar? Puedo prepararte un café.- Clara siempre ofrecia comida a todo el mundo.

-No, ya lo hice, muchas gracias igual Clarita.- Respondió.- Vine a buscar a Megan, tenemos cosas que hacer hoy.

-Ya me parecía raro que la señorita se levantará tan temprano- Dijo Clara, y se quedó pensando por unos momentos.- ¿En qué andan metidos ustedes dos?

-Nada Clara.- Me apresuré en responder, sin dejar que Scott hablara.- Adiós Clara, te quiero.- Deposité un beso en su cachete y comencé a tirar del brazo de Scott.

-Espera un segundo.- Dijo este.- Mejor me voy a llevar una galleta.- No pude evitar soltar una carcajada.

                                                                                      ***

Scott

-Vamos, mueve tu trasero, quiero ver ya a mi gato.- Megan daba tirones a mi saco para que me apurara.

-Hoy te levantaste un poco intensa y agresiva.- Su actitud era la de la Megan que conocí al principio, la Megan que no soportaba ni respirar el mismo aire que yo.

-Eso es mi problema.- Respondió.- No te interesa.

-Bien, adelante.- Dije una vez abierta la puerta de mi departamento.

-¿Dónde está?- Quisó saber. Miraba en todas las direcciones buscando a su gatito.

-Debe estar en mi cuarto, anoche quiso dormir conmigo.- Respondí y me dirigí hacia allá.- Si acá está, ven Megan.- Grité. Su gato se encontraba durmiendo aún en mi cama, hasta se parecía a ella en lo dormilón que era. Moll caminó hasta su lado y se acostó haciéndose un ovillo junto a él, lo acercó hacia ella y comenzó a acariciar su cabezita, yo seguía parado en la puerta mirando la escena. Megan era una chica tan hermosa, tan perfecta, a veces podía ser un poco insoportable, pero cuando llegabas a conocerla realmente, era imposible no caer rendido a sus pies, y eso, era exactamente lo que yo debía evitar.

-Ven.- Me llamó, dando golpecitos a la cama.- Kuro y yo podemos hacerte un espacio.- Caminé hacia la cama y me tiré a su lado. Estuve por más de diez minutos mirando hacia el techo, ninguno de los dos decía palabra alguna, y yo necesitaba hablarle de mis sentimientos, necesitaba contarle como me sentía cuando la tenia cerca, pero al mismo tiempo, tenía que hacerle saber que a partir de ahora nuestra relación iba a ser solo de trabajo. La noche anterior la había usado para pensar en todo, y decidí que lo mejor era ser sincero con ella, contarle como me sentia al respecto, contarle lo loco que me volvía al tenerla cerca, pero que a pesar de todo, yo no debía, y elegía no hacerle caso a mis sentimientos.

-¿Qué te sucede?- Preguntó, tan despacio que apenas pude oírla.

-Nada.- Mentí, y me odie por ser tan cobarde.

-No intentes engañarme.- Ella sonrió.- Se que algo te sucede.

-Tal vez, pero quedate en silencio un rato más Megan.

-Eres extraño.- Dijo riendo.- Lo siento, no sirvo para quedarme callada, dime que te sucede, no me hagas poner histérica.

-Si... Yo... Ehh...- Comenzaba a ponerme muy nervioso.- No sé por donde empezar Megan.

-¿Por el principio Scott?- Preguntó divertida.

-Que chistosa eres. Bien.- Me senté en la cama y ella imitó mi acción.- Megan, voy a ser sincero, creo que es lo mejor.- Sentia como mis manos comenzaban a temblar, y que Megan se riera de mí, no ayudaba en absoluto.- Creo que me estoy enamorado de ti.- Solté de repente y me odie por ser tan directo.

-Eso si que fue muy sincero.- Dijo sonriendo, como si mi confesión no fuera ninguna sorpresa ¿Tan obvio había sido?

-Bueno no lo creo.- Continué.- En realidad estoy seguro de que me estoy enamorado de ti, me encanta cuando pasamos tiempo juntos, y quisiera poder seguir haciéndolo, me gusta como eres, tan dramática y enojona, y a eso súmale el hecho de que eres realmente hermosa.- Ella seguía sonriendo, y yo dudaba de haber pensado que era buena idea decirle la verdad, pero ya lo había hecho, así que continúe.- Hasta me encantas cuando te pones intensa e insoportable.

-Creo que no aprendiste bien la definición de "Cumplidos".- Dijo riendo.

-El punto es Megan...- No pude terminar de hablar, Moll se acercó rapídamente a mí y juntó sus labios con los mios, pero reaccioné antes de caer rendido a ella y la aparté de mí, no quería seguir confundiendo todo.- Megan no me dejaste terminar.- Ella me miró confundida, ya su sonrisa se había borrado de su rostro.- Me gustas, y creo que yo también a ti, pero no puedo corresponderte, lo siento Moll, pero tu padre confío en mí para este trabajo y no puedo fallarle, y mucho menos quiero decepcionar al mio, de verdad pequeña lo siento, solo quería que sepas la verdad.

La expresión en su rostro había cambiado por completa, me quedé en silencio los siguientes minutos esperando que ella dijera algo, que se enojara, que me insultara al menos, pero al contrario de eso, solo permaneció en silencio, sentada al borde de mi cama, y evitando que nuestras miradas se encontraran.

-Te aprecio mucho.- Hablé, necesitaba hacerla entender mi situación.- Solo quiero que entiendas lo difícil que es esto para mi, no se si fue la manera correcta de decirlo Moll, pero tenía que ser sincero contigo.- Intenté tomar su mano pero la apartó de mí.

-Yo, lo siento.- Apenas salían las palabras de su boca.- Olvidemos esto ¿Si? no quise hacerlo.- Se levantó de la cama, y tomó el bolso que hace unos momentos había dejado tirado en el suelo.- Yo, me tengo que ir.- Salió casi corriendo de mi habitación.

-No espera.- Grité, y como no se detuvo corrí detrás de ella para alcanzarla.- Hablemos Moll, deja que te explique un par de cosas.

-No. Ya lo hiciste, y creo que tienes razón, nos vemos en casa.- Y se fue. Pensé en salir corriendo nuevamente detrás de ella, pero ¿De qué serviría? Era mejor que todo se terminara así, y era estúpido, porque lo nuestro ni siquiera había empezado.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play