Capítulo 10

Subí nuevamente a mi habitación, ya le había devuelto su dinero y ahora no tenia ninguna razón para seguir sintiéndome mal. Mi amiga se iba a poner contenta cuando le contara que había hecho lo correcto, aunque eso no significaba que había aceptado tener a Scott como niñero, no, seguía pensando en encontrar la manera de hacerle renunciar, aunque ya no sería tan cruel. Tomé un libro de uno de los estantes y me tiré en mi cama, estaba comenzando a leer, cuando llamaron a mi puerta.

-¿Quién es?- Pregunté, por momentos creí que se trataría de Scott.

-Soy yo mi niña.- Respondió Clara desde el otro lado de la puerta.

-Pasa, pasa.- dije.- ¿Qué paso Cla?

-Vengo a traerte un jugo de naranja.- Dijo mostrándome el vaso.- Y a avisarte que Scott se fue a su casa, me pidió que te lo diga, no se sentía bien, parecía muy cansado, pobre mi niño.

-Esta bien, gracias por el jugo Cla.- Dije sonriente.

-De nada mi niña ¿Sabes si Scott esta bien? ¿Si esta comiendo bien y esas cosas?- Preguntó preocupada.

-La verdad, ni idea Clara.- Respondí.

-Esta bien, mañana le voy a preguntar, tal vez si el quiere le puedo preparar comida para que lleve a su casa, pobre mi niño, debe estar comiendo muy mal.- Clara solo conocía a Scott hace tres días y ya lo trataba como si fuera su propio hijo.- Tomá todo el jugo, sino voy a enojarme, hasta mañana dulce.

-Hasta mañana Cla.- Respondí, mientas esta salia de mi habitación y cerraba la puerta, dejándome nuevamente sola. Después de leer varios capítulos de mi libro, me tapé con mis mantas y me dispuse a dormir.

                                                                                        ***

Me desperté sobresaltada, miré el reloj que había sobre mi mesa de noche, apenas eran las 3AM, la angustia que sentía en estos momentos era demasiada, el nudo en la garganta cada vez se hacia, más y más grande, un par de lágrimas ya comenzaban a caer por mis mejillas, la necesitaba conmigo, necesita que me diga que todo iba a estar bien, que todo tenia solución, necesitaba oírlo de su boca, necesita estar entre sus brazos y sentir su dulce fragancia, mientras acariciaba mi pelo como lo hacía por horas cuando yo era pequeña, necesitaba llorar en compañía de ella, necesitaba contarle que tengo el corazón roto, y que era a causa del único hombre que pensé que no me iba a fallar en la vida, necesitaba contarle lo sola que me sentia a veces, y que seque una por una mis lágrimas, extrañaba demasiado sus besos, y sus cuentos antes de ir a dormir, necesitaba su hermosa sonrisa para poder vivir, necesitaba a mi Mamá. Y aunque me cueste admitirlo, también necesitaba a papá en estos momentos, necesitaba que él volviera a ser como antes, necesitaba que regrese a casa para poder abrazarlo, necesitaba que deje de huir de una vez por todas, y que se diera cuenta de cuanta falta me hacía su presencia en casa, necesitaba que me dijera cuanto me ama, necesitaba sentarme tardes enteras junto a él y hablar sobre cosas que no tenían realmente importancia, necesitaba volver a escuchar su risa, esa que un día se apagó, junto con la sonrisa de mi madre, necesitaba que entienda que al igual que él, yo también estaba sufriendo. Seguí acostada en mi cama, mientras intentaba secar mis lagrimas. Odiaba demasiado las madrugadas, eran los momentos en los cuales más sola me sentía, era demasiado duro tener que aceptar que, por más que llore, grite, o suplique, mi madre no iba a volver. Lloré en silencio por varios minutos más, hasta que recordé lo que había sucedido en la mañana, no podía evitar sonreír cada vez que ese recuerdo venia a mi mente, pobre Scott, había sido lo correcto devolverle su dinero. La tonta idea de querer saber como se encontraba, cruzó por mi mente, más que nada porque Clara había dicho que no se encontraba bien, y antes de poder darme cuenta del gran error que estaba cometiendo, ya había tomado mi celular que se encontraba en el suelo (no sabia como había llegado ahí en verdad.) Marqué su número y comencé a llamarlo, después de hacerlo, me di cuenta de que eran casi las 3:25 AM y que estaba llamando a mi guardaespaldas/niñero, y me arrepentí, corté rápidamente la llamada, me sentía una estúpida ¿Qué iba a pensar cuando viera que lo había estado llamando? Seguramente que era una loca bipolar, mañana no iba a poder mirarlo a la cara de la vergüenza.

<<¿Por qué eras tan tonta Megan? >> me lamentaba.

Estaba hecha un ovillo en mi cama, cuando escuché el sonido de mi celular, alguien me estaba llamando, y yo ya me imaginaba quien era, tomé el celular y respondí a la llamada.

-¿Estás bien?- Fue lo primero que preguntó, parecía asustado.

-Si.- Respondí.

-¿Dónde estas? Dime que no te sucedió nada.

-Estoy en casa, en mi cama para ser más exacta.

-Oh, dios Megan, hiciste que me diera un susto, creí que te había sucedido algo malo cuando vi tu llamada.

-Disculpame.- Dije, sintiéndome muy avergonzada.- No quería despertarte.

-No, tranquila, aún no dormía ¿Tu también tienes insomnio?

-No, recién me despierto la verdad.

-Que tierna, soy tu primer pensamiento al despertar. Eres muy dulce.

-¿De qué hablas?- Pregunté horrorizada.

-Solo es un chiste Megan, no te tomes todo tan enserio.

-Ya no me estas tratando de usted.

-Es que ahora no estoy en horario de trabajo, así que no tengo que hacerlo, es más, ahora puedo decirte lo que pienso de ti, eres una imbécil.

-Ya se me hacia raro que tuviéramos una conversación tan normal y sin pelearnos.

-No, tranquila, solo era eso lo que quería decirte, yo tampoco tengo ganas de pelear contigo ¿Sabes? Es muy estresante.

-¿Por qué no renuncias de una vez por todas? Y nos ahorramos tantas peleas y demás, sería lo mejor para los dos.

-Mira, en mi casa no tenemos tanto dinero como en la tuya ¿Sabes? Necesitamos trabajar para tener lo que queremos, y aún así, trabajando y todo, hay veces que no podemos darnos el lujo de tener ciertas cosas, y una cosa más, gracias por devolverme el dinero, era para pagar los remedios de mi abuela, es muy grande y esta con varios tratamientos.

-Gracias por hacerme sentir peor de lo que ya lo hacia.

-No era esa mi intención en verdad, pero dime ¿trescientos dólares en una peluquería Moll? La próxima vez te pintó yo el cabello, así no gastas tanto dinero.

-JAJAJA, ni sueñes que vas a acercar tus asquerosas y feas manos a mi cabello Scott.

-Tu te lo pierdes Moll, era una gran oferta.

-No gracias. Estoy bien con la peluquería.

-Uh, por cierto, creo que hice muy mal al darle mi número a esa chica.

-¿Quién fue la ciega que quiso tu número?- Pregunté riendo.

-La chica que me cobró en la peluquería.- Y me molestó bastante saber que Lucia ahora tenia el número de Scott.

-Que atrevida, eso que le dije que ya tenías novia.

-¿Qué?- Preguntó Scott riendo.

-Uy, si, es que ella es media rara.- Mentí para no sentirme más avergonzada de lo que ya estaba.- Solo quise hacerte un favor.

-¿Y quién se supone que es mi novia?

-Lina.

-¿Lina? ¿Tu amiga? Espero sea linda.

-Si lo es, pero tenes prohibido acercarte a ella. No puedes.

-¿Por? Si se supone que es mi novia, seria medio raro que no me acerque a ella.

-Idiota.

-jaja no te enojes Moll.

-Te odio.

-¿Sabes? Es lindo tener una conversación contigo, hasta ahora solo habíamos peleado todo el tiempo.

-Por tu culpa, tú comenzaste a gritarme como loco el día que nos conocimos, y sabias muy bien quien era yo, y la verdad no lo entiendo.

-Chocaste mi coche Megan.

-No fue a propósito Scott, pensé que Colin me estaba llamando y giré unos segundos para tomar el móvil.

-Eso no es escusa para dejar de mirar la calle cuando estas conduciendo, es muy imprudente de tu parte, y ¿Quién es Colin?

-El chico que era mi novio.

-Ahh, él que te dejo por bailar en ropa interior, es un idiota, yo pienso que te veías sexy, media borracha, pero sexy.

-Eres un idiota, ya no quiero hablar contigo.

-Llevamos diez minutos hablando Megan, esta interesante, no seas tan amargada.

-Entonces no hagas esos comentarios sobre mi, tienes que respetarme.

-Tienes razón, disculpame.

-Lo voy a pensar, y tú ¿No tienes novia?

-No, ustedes las mujeres están muy locas, todavía no tengo ganas de soportarlas.

-Eso es solo una escusa, no quieres admitir que eres horrible y nadie quiere salir contigo.

-jaja eres cruel, pero yo creo que eso te pasa a ti, eres bastante feita, y muy malcriada.

-Mira, me molesta que me digas malcriada, niña de papi y todas esas cosas, no lo hagas más.

-Es la verdad Megan, no voy a mentir, estás acostumbrada a tener todo lo que quieres y a tratar a todas las personas de mala manera, todo el mundo piensa lo mismo, estoy seguro que hasta tu amiga lo cree, a no ser que sea igual que tu.

-Tú no sabes nada de mí, hablas como si me conocieras de toda la vida, pero no tienes ni idea, eres un idiota, voy a hacer que te tragues todas tus palabras.

-Se demasiadas cosas de ti pequeña Moll ¿Te das cuenta? Dije algo que no te gusto y ya te pusiste como loca, no sabes respetar las opiniones de los demás.

-No, porque eso no es una simple opinión, estas atacandome, todo el tiempo, vives diciéndome cosas horribles ¿Qué te hace pensar que no eres igual a mi?

-¿Qué me hace pensar eso? Solo el simple hecho de que yo no voy por la vida tratando mal a todos sin motivo alguno, pero como tú digas, Megan.

-Obvio.

-¿Lo ves? Estás acostumbrada a tener todo lo que deseas, sin importarte nada que no seas tú, por eso no tienes amigos, y tu novio te dejó. No tiene caso discutir con una princesita como tú.

-¿Y tú quien mierda te crees que eres para hablarme de esa manera? Te vuelvo a repetir, no sabes nada acerca de mí.

-¿Quién me creo? Una persona Megan, solo una simple persona, y tengo los mismos derechos que tú, por lo tanto, si tú me insultas, yo puedo defenderme, y créeme, te conozco bastante bien.

-Ni siquiera se para que mierda te hablé, hasta mañana, espero que renuncies pronto.

-Hasta mañana pequeña Moll, yo solo espero mañana seas un poquito menos cruel que hoy, no vas a lograr que renuncies, es mejor que te rindas ya.

Colgué la llamada sin decir nada más ¿En qué estaba pensando cuando lo llamé a ese idiota? Era más que obvio que el hecho de estar triste me afectaba demasiado, ese chico logra volverme loca en solo cuestión de minutos ¿Cómo mi padre le podía permitir que me hable así? Se suponia que él era mi empleado y tenía que respetarme, pero no, seguro mi padre había contratado al primer idiota que se le cruzó en el camino, y, para mí mala suerte, ese idiota era Scott, habia veces que me hacía odiarlo tanto, pero no me preocupaba, tarde o temprano iba a encontrar la forma de quitarlo de mi camino. Me quedaba más que claro que no iba a renunciar, así que debia buscar la forma de que mi padre lo despidiera, ahora si que me importa muy poco si necesita el dinero, o lo que sea, no lo quería más cerca de mi. Después de varios minutos dando vueltas en la cama, por fin estába comenzado a tener sueño, así que deje mi móvil sobre la mesa de luz, tomé mi frazada favorita, y me hice una bolita tapándome con esta. A pesar de ser verano, la noche está muy fría, y mi cuarto parecía una heladera, me costó unos pocos minutos caer completamente dormida, mi padre tenía razón, era lo que mejor sabía hacer.

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play