Scott
La discusión con la señorita Megan en la madrugada,había sido demasiado divertida, la verdad es, que es súper fácil hacer enojar a esa chica, la mínima cosa que le digas y a ella no le guste, la convierte en un pequeño demonio rubio como la llama su padre, y me encanta, ella al parecee no lo sabe, pero se ve muy tierna enojada. La verdad es que anoche, por unos momentos me arrepentí de seguir hablando con ella después de haber comprobado que se encontraba bien, no quería cruzar la línea, queria que nuestro trato sea unicamente profesional, ya sabia que le había prometido a Nicolás que intentaría volverme amigo de su hija, pero, sinceramente, creía que no era lo correcto. No era un secreto que Megan era una chica hermosa, que llamaba la atención donde iba, y que los hombres siempre giraban a verla, y me incluyo, por eso, me había prometido ser realmente profesional y no involucrarme demasiado con ella, además sabia muy bien desde un principio que no podía fijarme en esa chica, de ninguna manera, tenia que verla como a un trabajo más, si en fin, eso era solo lo que nos unía, trabajo. Siendo sincero conmigo mismo, desde el primer momento en que la ví, quedé encantado con tanta belleza, su enorme sonrisa podía conquistar a cualquier corazón, y eso que no era de sonreír mucho, sus ojos marrones eran tan expresivos que con solo mirarlos detenidamente unos pocos segundos, ya podías saber lo que pasa con Megan en ese momento, o al menos yo podía, y por último, sus labios, tan rosados, solo daban ganas de besarlos por horas enteras sin parar. Lamentablemente así es, una vez que caes en el vicio de mirarla no puedes salir tan fácilmente de ahí.
Mire mi despertador y ya casi eran las 5 A.M, no había logrado dormir ni un poco en toda la noche, me sentía realmente muy agotado, tanto física, como mentalmente. Sin ganas, me dirigí hacia mi pequeña sala y me dejé caer en el sillón.
<<¿En qué lío te estás metiendo Scott?>> Me pregunté a mi mismo.
***
Megan
Anoche no me había costado nada poder conciliar el sueño nuevamente, siempre era así, a penas mi cuerpo tocaba mi hermosa cama y mi cabeza mi esponjosa almohada, caía completamente dormida. Hablar con Scott al final no había sido buena ida, no se realmente qué estaba pensando cuando lo llamé, es que a veces no podía entender por que era tan tonta, él y yo siempre nos ibamos a llevar mal, eso no iba a cambiar, y tampoco quería que cambie. Todavía no entendía por que mi padre lo había contrato a él, hubiese preferido que contratase a un viejito aburrido, seguramente nos hubiésemos llevado mejor, al menos hubiese tenido a alguien con quien jugar al ajedrez. Lo peor de todo esto, es que llevaba sorprendiendome un montón de veces pensando en él, ya sea planeando inconscientemente la manera de despedirlo, o pensando lo lindo que se ven sus ojos cuando sonríe y se vuelve aún más chinito de lo que es, y no quería hacerlo más, quería alejarlo lo más rápido posible de mi lado, toda esa situación me confundía y me estresaba demasiado, cada vez que lo tenía cerca, se me hacía imposible no pensar en lo sexy que se veía en su traje negro, o los hoyuelos que aparecían en su rostro cada vez que sonreía (lo cual pasaba casi siempre, porque vivía burlándose de mi.) No quería descuidarme y llegar a sentir nada por él, ni siquiera la más mínima pizca de aprecio. No necesitaba que él me cuidara, no necesitaba a Scott en mi vida.
<
Hoy desperté muy tarde, sabia que lo era porque, a través de mi ventana ya se podía ver un bello atardecer. Tomé mi celular, y comprobé que ya eran las 18:30 PM. No sabia realmente de donde había sacado tanto sueño para dormir todo él día, pero lo que si tenia muy en claro, era que si pasaba al menos unos minutos más sin comer moriría de hambre. Tomé como siempre, la primer muda de ropa que tenia a mano (una camiseta vieja de Superman que usaba como vestido y un pantalón corto de color negro.) intenté peinar mi cabello lo más rápido posible, y bajé corriendo hasta la cocina en busca de algo para comer. Como ya me lo esperaba, el idiota de Scott se encontraba bebiendo su café, ya nos habia quedado más que claro a todos en esta casa que era su bebida favorita, no era ningún secreto, ya que la mayoria del tiempo andaba con una taza de este. Yo personalmente, odiaba demasiado el café, las veces que lo había bebido, siempre me había terminado dando un dolor de cabeza muy insoportable, tanto era así, que tenia que permanecer con mis ojos cerrados por horas, ya que el simple rayo de luz que veía empeoraba mi dolor. Simplemente, el café y yo, no estábamos hechos para estar juntos.
-Buenas tardes.- Saludé pasando por su lado. Por la cara que puso, se había sorprendido de que no lo haya ignorado, y para decir verdad, hasta yo misma me sorprendí.
-Buenas tardes señorita Moll.- Respondió- ¿Pudo dormir anoche?- Preguntó, y por sus ojeras, parecía que él no lo había logrado.
-Si.- Respondí.- Apenas me acosté me dormí, no sé ni qué hora era, al parecer tarde, porque dormí todo el día.- añadí, tomando varias porciones de pizza que había en él microondas. Clara siempre dejaba comida en él para mi.
-Me alegro.- Dijo, bebiendo un poco de su café.
-¿Y tú?.- Pregunté.- No tienes muy buen aspecto, bueno, nunca lo tienes, pero hoy te ves fatal.
-Gracias.- Respondió fastidiado.- No pude dormir nada señorita.
-Deja de decirme señorita cada vez que me hablas.- Ordené.- Es insoportable.
-Es la manera correcta de tratarla señorita, soy su empleado.- Respondió dando otro sorbo a su bebida.
-No lo hagas, por favor, basta.- Caminé hasta la heladera y tomé un zumo de naranja.- Dime Megan, o Moll, no importa, solo no vuelvas a llamarme señorita.
-No es la manera correcta de tratarla.- Dijo, y por primera vez desde que había entrado en la cocina, me miró a la cara.
-Que mierda importa eso Scott, no me llames así, si vas a andar conmigo, hasta que logre deshacerme de ti obviamente, tiene que parecer que somos amigos o familia, no sé, pero no quiero que la gente se entere de que eres mi niñero ¿Entendido?
-Como usted diga seño...- Lo vi meditar por unos momentos.- Como usted diga Megan.
-Bien, no eres tan tonto, aprendes rápido.- Dije divertida.- Ahora, solo no uses el usted.
-Como digas Megan.- Soltó fastidiado.
-Perfecto ¿Quieres una porción de pizza?- Estiré mi plato para que tomara una.- Vamos, mira que hoy estoy de buen humor, no suelo compartir mi comida.
-No, gracias.- Volvió a meditar por unos segundos y añadió.- Megan.
-Tienes pinta de no haber comido nada, toma una.- Insistí, hasta que se sirvió.
-Gracias.- Dijo, él de verdad parecía muy agotado.- Me da miedo que seas tan amable conmigo.
-No es eso, solo que tienes un aspecto terrible.- Estaba hablando cuando Clara entro en la cocina.- Hola Cla.
-Hola mi niña, que bueno que están comiendo ¿Les gustó?
-Si, gracias.- Respondió Scott.
-Si, estas deliciosas.- Dije tomando otra.- Obligué a Scott a comer, porque tiene un aspecto realmente horrible, bueno, siempre lo tiene, pero hoy, esta peor.
-Megan, no seas así.- Me regañó 0ella.- ¿Estás comiendo bien?- Preguntó a Scott.
-Si, creo, es que anoche no dormí, solo es eso Clara, no se preocupe.- Respondió este, con una sonrisa.
-Bueno, cualquier cosa que necesites me avisas mi niño.- Dijo, dirigiéndose nuevamente a la puerta de la cocina y desapareciendo de nuestra vista.
-Veo que hoy tienes ganas de conversar y ser buena persona, eso es bueno, no te levantaste hecha un demonio.- Dijo, mirándome fijamente a los ojos.
-¿Siempre eres así de idiota?- Pregunté, apartando mi mirada de la suya, no podía permitirme caer por sus ojos, ya lo había decidido.- Creo que te caíste de la cuna cuando eras bebé.
-Y esa es la Megan que conozco señores.- Gritó elevando sus manos.- Ya sabía yo que lo buena persona no te iba a durar demasiado.- De repente el parecía un poco más animado.
-Eres increíble, luego no digas que soy yo la que empieza con nuestras peleas.- Le dije, señalándolo con un pedazo de pizza.- Una trata de ser buena contigo, y la cagas.
-Me gustas más cuando estas enojada.- Confesó riendo, pero se dio cuenta de lo que había dicho, y al parecer, se sorprendió hasta él mismo.- Eres como un pequeño duende furioso.- Añadió luego de unos segundos, los cuales permaneció en silencio.
-Y tú eres como un gigante idiota.- Respondí devolviéndole la sonrisa, ignorando completamente lo primero que había dicho.
-Tendrias que sonreír más seguido Moll.- Soltó de repente.- te queda bien.
-¿Eso es un cumplido Scott?- Pregunté dándole un mordisco a mi pizza, ya había perdido la cuenta de las porciones que había comido.
-Ni lo sueñes.- Respondió dándole un sorbo a su café.- Tendrías que ser linda para que yo te diga un cumplido, y tú Moll, tienes cara de mono.
-Y luego yo soy la cruel.- Dije mirándolo divertida. No me importaba en lo más mínimo lo que el pensaba de mí.
Lo ví a punto de responderme, cuando su celular sonó, miró la pantalla de este, y respondió.
-Buenas noches señor.- Saludó, y clavó su mirada en mi.- Bien gracias.- Él no apartaba sus ojos de los mios.- Ella esta bien, en estos momentos esta comiendo señor, no, no se preocupe, no ha salido de noche señor, no va a hacer falta que me quede a dormir en su casa.- Mi padre había llamado a Scott, me dio un poco de rabia, a mi no me había llamado ni una solo vez desde que se había marchado, ni siquiera me había dicho a donde se iría, y en la tele no habían hablando nada sobre alguna presentación o evento a la que él haya asistido.- No señor, no estoy cubriendola en nada, ella a estado tranquila, solo salimos una vez a la peluquería, pero nada más, si, cualquier cosa le informaré, no se preocupe, adiós.- Cortó la llamada, guardo su celular, y sin decir ni una palabra tomó otro sorbo de café.
-¿Siempre te llama?- Pregunté de mala manera.
-Bueno, solo llevo trabajando cuatro días para él, pero me ha llamado todas las noches para preguntarme de ti.- Respondió.
-Idiota.- Solté.
-¿Por qué me insultas ahora?- Preguntó un poco indignado.
-No te lo decía a ti.- Rodé los ojos.
-Ah, creí que si.- Sonrió.- Tu padre piensa que te estoy cubriendo, cree que te estas portando mal y no se lo decimos.
-Él siempre piensa lo peor de mi.- Dije.- Ya estoy acostumbrada.
-Habíamos acordado que yo viviría en mi departamento para no invadir tu espacio, pero ahora dice que capaz te escapas en las noches y que si puedo me quede a dormir aquí.
-No me he escapado.- Dije furiosa.
-Lo sé, te cuento esto para que sepas, y entiendas, que si tu padre me ordena que me quede una de estas noches, voy a tener que hacerlo, y no te enojes conmigo, yo solo sigo sus ordenes Moll.
-Esta bien, ya ni me interesa, pero ¿Entiendes que esta guerra no termino verdad?- Ya había terminado de comer, así que me levanté de mi asiento.
-Si, lo sé, espero tu entiendas que nada de lo que hagas va a funcionar.- Él también se levantó de su asiento.- Voy a irme a mi casa, si ya no necesitas nada.
-No, voy a subir a leer en mi habitación.- Dije, quedándome de brazos cruzados frente a él.
-Bien.- Dijo sonriendo.- Adiós Moll.- Y salió por la puerta de la cocina.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 60 Episodes
Comments
Gaby🌹
Que relación horrible tienen padre e hija y lo peor es el padre que sabe que lo que está haciendo está mal y lo sigue haciendo 😞
2024-11-17
0