Capítulo 2

Buzón de voz. Buzón de voz. Buzón de voz.

No sabia cuantas veces había intentado llamar a Colin durante el día, y él no había querido atenderme ni una sola vez, también le había mandado varios mensajes, los cuales obviamente no respondío. Colin y yo eramos novios hacia ya cinco largos años, apenas teníamos trece cuando comenzamos a estar juntos, esta demás decir que mi padre se puso como loco cuando se entero de nuestra relación, pero gracias a que mi mamá no se cansaba de repetir lo mucho que Colin le agradaba, y lo bien que nos veíamos juntos, (también estaba el hecho de que nuestras madres eran muy buenas amigas) al cabo de un corto tiempo, a mi padre no le quedo más remedio que terminar aceptándolo. Todo el mundo no se cansaba de repetirnos cuán perfectos nos veíamos juntos, al igual que lo hacía mi madre, a tal punto, que llegue a creer que es esa una de las más fuertes razones por las que aún sigo estado con mi novio, y él sigue soportándome. Ante los ojos de cualquier extraño, nuestra relación se podría catalogar como "perfecta", aunque la verdad es, que la mayoría del tiempo la cago y él me perdona, pero, dudo que esta vez sea así, y no pienso negarlo, duele, duele saber que por otra de mis estupideces puedo llegar a perderlo. Colin ha estado para mi en los peores momentos, todo este tiempo ha sido mi compañero de lágrimas y de risas, siempre fue una de la pocas personas que nunca me dejo sola, le tengo demasiado aprecio en verdad, y le estoy muy agradecida por todos estos años en los que siempre permaneció fiel a mi lado, no voy a mentir, no sé en verdad si lo que siento por él es realmente amor, quise convencerme a mi misma de que lo era, tal vez por el miedo enorme que tengo de quedarme sola, de perder a alguien más, de ya no tenerlo para mí cada vez que lo necesitó, suena egoísta, es egoísta, realmente me siento mal por no poder amarlo de la misma manera que él lo hace conmigo, porque se que Colin me ama, me lo ha demostrado de todas las formas que ha podido, lo intenté, intenté de todas las maneras habidas y por haber poder corresponderle, pero simplemente no pude, y el amor no es algo que se pueda obligar a sentir.

Yo sé que a veces hago cosas sin medir las consecuencias. Bueno. Quizás casi siempre, a quien voy a engañar. Pero ¿A caso es mi culpa que la prensa este por todos lados? Resulta que ahora, si me toman una foto borracha es culpa mía, a veces me gustaría que mi padre no sea una persona tan importante en nuestra ciudad, sin querer, todo lo que hago siempre termina afectándolo, y eso, lo hace enfadar muchísimo, no le gusta que su imagen se vea dañada por mi culpa. Pero, están en todas partes, en la escuela, fuera de casa, en el centro comercial, en la copa de los árboles, debajo de las piedras, es imposible deshacerse de ellos, y lo peor, es que mi padre siempre se niega a escuchar mis explicaciones, si mi madre estuviera con nosotros, regañaria a mi padre por eso (era una especie de juego que ella solía hacer cuando yo era niña, y mi padre me castigaba sin antes permitirme darle una explicación). Me tiré sobre mi cama, cerré los ojos y recordé esa tarde que ella lo había hecho por primera vez.

—Mamá.—Entré corriendo a la habitación de mis padres, en medios de sollozos.

—Mi niña ¿Por qué estás llorando?—Preguntó mi mamá, doblando sus rodillas para quedar a mi misma altura.

—Fue papá.—Dije comenzando a llorar aún más fuerte al recordarlo.

—¿Qué te hizo ese hombre malvado?— Preguntó ella de manera divertida.— Ya no llores cariño.—Dijo comenzando a acariciar mi cabello.

—Él di-dijo que ahora es-estoy castigada y no pu-puedo ir a casa de Li.—Pude ver el esfuerzo que mi madre hizo para entender lo que intentaba explicarle en medio de tanto llanto.

—¿Y por qué él dijo eso? ¿Acaso hiciste algo Meg?— Solo negué con un movimiento de cabeza a su pregunta.— Bueno, cuéntame qué pasó entonces.

—Se e-enojo porque le hi-hice un dibujo.—Mamá me miro sin entender.— Y usé uno de sus pa-papeles importantes.

—Megan, sabes que esas cosas no se hacen cariño ¿Por qué usaste esos papeles?

—Es que yo no sa-sabía ma, papá di-dijo que podía dibujar, y solo tomé un papel, no sabía que era importante.—Finalicé calmando un poco mi llanto.

—Ya entiendo.—Dijo mamá sonriendo.—Y ese malvado no dejó que le explicaras ¿Cierto?

—No.— Solté. Había pasado de estar triste a estar enojada con mi padre en solo cuestión de segundos.—No me pidió ni perdón.

—En ese caso tendré que castigarlo a él, ven vamos.—Tomé la mano que mi madre me ofrecía y bajamos en busca de papá.

—Nicolás.—Lo llamó mamá, usando ese tono característico de cuando estaba enojada.

—¿Que sucede cariño?— Preguntó él mirándonos a ambas con intriga.

—Castigaste a Megan, sin antes permitirle que te explique lo que sucedió.— Dijo mi madre de forma divertida.—Te voy a pedir que por favor te disculpes con ella.

—Ella rayó mis cosas ¿No tendría que disculparse Megan conmigo?— Preguntó papá clavando su mirada en mí.

—Cariño, discúlpate o tendré que castigarte a ti, vas a quedarte sin postres por una semana.—Sentenció llevando sus manos a su cintura.

—Un mes mami.—Le sugerí, tirando de la punta de su vestido.

—Oh, si, un mes Nicolás.—Dijo provocando la risa de mí padre.

—Esta bien, esta bien.— Caminó hacia nosotras y se arrodilló delante de mí.— Meg, cielo ¿Puedes perdonarme? No debí castigarte sin que antes me explicaras lo que sucedió, pero, la próxima vez pregunta antes de tomar algo de mi escritorio.— Sonrió, y al ver que yo seguía en silencio volvió a hablar.—Entonces ¿Disculpas aceptadas?

—Lo voy a pensar.—Dije y salí de la habitación, logrando que mis padres estallaran en carcajadas.

Pero esta vez no era así, y por más que llorara, gritara o pataleara, mi madre ya no estaba aquí, esa era la estúpida realidad, y tenía que aprender a vivir con ella, así que ahora, era yo la que tenia que soportar los castigos de mi padre.

<> Pensé, levantándome de un salto de mi cama y saliendo de mi habitación, me dirigí a toda prisa hacia la oficina de mi padre, era su lugar favorito en la casa, así que sin duda alguna iba a estar ahí. En el camino iba pensando infinidades de súplicas para hacerlo cambiar de idea, una más absurda que la otra, pero bueno, con todo lo que tenia en la cabeza no podía pensar muy bien en estos momentos, y si todo era como siempre, con un par de lágrimas de cocodrilo, iba a lograr lo que quería, siempre se me hacía fácil convencer a papá, quería compensar su ausencia, dándome todo lo que se me antojara, una forma estúpida diría yo. La puerta de su oficina se encontraba abierta de par en par, lo cual me pareció muy extraño siempre la mantiene cerrada y se enojaba si alguien la deja abierta al salir, me había imaginado entrando y dando un portazo para hacer la escena más dramática, pero bueno, me conformaba con lograr convencerlo.

—Adelante.—Dijo cuando me vio parada de brazos cruzados sobre el umbral de la puerta.

—No gracias, aquí estoy bien.—Respondí llevando mis manos hacia mi cintura.—Tenemos que hablar.—Solté, logrando que toda su atención se dirigiera a mí.

-Megan no voy a cambiar de opinión, esta vez no vas a lograr nada, así que prefiero que te marches y me dejes terminar con mi trabajo, si a eso venías, te lo advertí muchas veces, sabes que te amo Meg, pero lo de anoche fue demasiado, la decisión ya esta tomada, cuando termine de preparar algunas cosas te informare tu castigo.

-¿Estás jugando?- Pregunté acercándome a su escritorio.- Por favor dime ¿Esto es un juego?- Comencé a reír de manera exagerada.-Oh, el futuro alcalde de la ciudad está jugando a comportarse como un verdadero padre.

-Basta Megan, no voy a permitir que me faltes el respeto.- Podía notar cuan furioso se había puesto con mis hirientes palabras, a veces sabia que se me iba un poco la mano con las cosas que decía, pero ya había llegado el momento de decir todo lo que pensaba, y por más que fueran cosas hirientes, no podía seguir más callada.

-¿Cual respeto?- Volví a reír.- Perdona si lo que te voy a decir te duele, pero siento más respeto por Clara que por ti, al menos ella se acuerda de mí cumpleaños.- Dije, logrando que la cara de mi padre se desencajara por mis palabras, era obvio, él ni siquiera sabía que se había olvidado de mi cumpleaños.

-¿Viniste a eso Megan? ¿Solo a echarme cosas en cara?.- Su semblante era serio.- ¿Sabes qué? No me interesa en absoluto, solo no voy a permitir que sigas arruinando mi imagen con estupideces.- Y sin darse cuenta, término dándome la razón, él solo se preocupaba por su reputación, y a mí, me importaba una mierda lo que la gente pensara.

-Claro es por eso, lo sabia, es lo único que realmente te importa.- Nos quedemos en silencio, mirándonos por varios segundos, hasta que volví a hablar.- Te doy vergüenza ¿No?

-¿Qué esperabas? ¿Qué este orgulloso de ti?- Dijo mirándome seriamente, sabía que todas mis palabras le habían causado dolor, pero yo solo había sido sincera, él nunca estaba. No respondí y tampoco deje que siguiera hablando, salí de ese lugar lo más rápido que pude y me dirigí a mi habitación nuevamente, solo quería estar sola, aunque ya me sentía mejor por haber dicho lo que pensaba, hacia tiempo que necesitaba hacerlo.

                                                                                                ***

Después de la gran discusión que tuve con mi padre, pasé todo el día encerrada en mi habitación, no tenía ganas de verlo, ni a él, ni a nadie, no podía creer lo injusto que estaba siendo conmigo. "No tears left to cry" sonaba en mi habitación tan fuerte como mi reproductor me lo permitía, como iba a tener toda la tarde sola para mí, decidí que la iba a usar para leer, era mi pasatiempo favorito, aunque pocas eran las personas que sabían de mi amor hacia la literatura, fue un amor que surgió desde que era muy chiquita, desde el día que mi madre llegó con aquel libro en sus manos como regalo de mi cumpleaños, no pude dejar de leer, solía pasar días enteros encerrada con mis libros, me desvelaba noches completas porque estaba tan enamora de las historias, de los personajes, que no podía parar. Me encontraba tan perdida en mis pensamientos que no me di cuenta de que papá me estaba llamando, la verdad no sé cuanto tiempo estuvo haciéndolo, y como seguía insistiendo, me levante de muy mala gana de mi cama y caminé hacia la puerta para abrirla.

-¿Qué?- Pregunté mirándome las uñas, no tenia ganas de hablar con él.

-En una semana llega Scott, espero seas amable con él, y de una vez por todas dejes de meterte en líos Megan.- Dijo. Podía sentir sus ojos clavados en mí, y aunque no entendía quien era Scott, presentía que no era algo bueno.

-¿Y quién se supone que es?- Pregunté lo más seria que podía estar.

-Tu guardaespaldas.- Soltó sin más.- Como no sabes cuidarte sola, no sabes mantenerte lejos de los escándalos, me vi obligado a buscar una persona que lo haga por ti, pero para ahorrarte que pases vergüenza, vas a decirles a todos que es tu guardaespaldas.

-¿Acaso estas loco?- Ahora si que mi padre se había pasado.- ¿Por qué no te vas como siempre y me dejas tranquila?

-Ya te lo dije, no me interesa en absoluto lo que digas.- Sonrió, él estaba disfrutando demasiado esto. Iba a responderle, pero como siempre, con un movimiento de manos me pidió que me callara y se marchó. Seguía sin entender que era lo que acababa de pasar ¿Ahora se suponía qué tenía un guardaespaldas? ¡No! ¡No! ¡No! Mi padre estaba equivocado si pensaba que iba a permitir eso.

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Comments

.🌱Pomhy.☕

.🌱Pomhy.☕

¡Qué talento tienes! Estoy ansiosa por saber qué pasará en el próximo capítulo.

2023-08-21

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