Capítulo 5

¿En qué estaba pensando mi padre? ¿Cómo se le ocurrió contratarlo? De todas las personas que existen en el mundo ¿Tenia que ser él? ¿Justo él? Papá estaba loco si pensaba que iba a permitir que el sujeto raro del coche me acompañe a todas partes. Jamás. No después de como se comportó la noche anterior conmigo. Me daba demasiada rabia recordar todas las cosas que me había gritado, y lo peor de todo esto, que es lo que más me enojaba, era que él sabía muy bien quien era yo, y aún así dijo todas esas cosas. Él lo había disfrutado, no pensaba perdonarlo, su simple presencia me fastidiaba, lo quería lo más lejos posible de mí.

Hoy era Lunes por la mañana. Lunes veinte de enero, el peor día de mi corta vida. Estábamos a mitad de las vacaciones de verano, y luego de estas comenzaría mi ultimo año en la preparatoria. No estaba ni emocionada, ni feliz, ni triste. Nada. Solo queria que de una vez por todas esto ya se terminara, que el año pasara lo más rápido posible, para cuanto antes poder marcharme lejos de aquí. Todavía no podia decidir que era lo que queria estudiar, si por mí fuera sería Astrónoma, Ingeniera, Contadora, Escritora. Eran tantas las cosas que deseaba ser, que no podía elegir una, supongo que en realidad tenia miedo de elegir una y cuando sea mayor darme cuenta de que no era la correcta, y vivir todavía mi vida haciendo algo que realmente no me gusta. Siempre fui buena en el colegio, todo lo contrario a mi amiga Lina, la pobre se distraia con la primer mosca que pasa volando por enfrente de ella, estuve los últimos cuatro años intentando hacer que aprendiera los casos de factoreo. Fracasamos. Aunque ella ya decidió hace mucho lo que quiere ser. Bailarina, y es realmente buena. Una vez intento enseñarme. Nuevamente fracasamos. Tengo dos pies izquierdos. Así que, soy una de las pocas que todavía no sabe que hacer el día que salgamos de la preparatoria, aunque, ahora tenia un nuevo problema por el cual preocuparme, y era nada más, y nada menos, que el imbécil de Scott, tenia que buscar la manera de deshacerme de ese sujeto antes del comienzo de clases ¿Se imaginan que tenga que ir con él al colegio? Ya me moria de la vergüenza con solo pensarlo, todos iban a hablar de mi, todavía no podía creer que esto me estuviera pasando.

Decidí que era mejor no salir de la seguridad mi cuarto en todo el día, no con él y con mi padre rondando por toda la casa, lo menos que quería en estos momentos era cruzarme con ellos, además, hoy quería estar sola, tenía demasiadas cosas que pensar e intentar solucionar antes de que acaben las vacaciones. Una de esas cosas era que Colin seguía sin responder a mis llamados y a mis mensajes. Pensé en ir a buscarlo a su casa una vez más, pero Megan Moll no le ruega a nadie, si el quería que todo terminara así, pues bien al menos todavía tenía un poquito de orgullo, demasiado ya fue esperar fuera de su casa por una hora, no iba a andar arrastrándome por él, si el no quería escuchar lo que realmente pasó, estaba bien, llegó el momento de que yo siguiera mi camino, aunque doliera saber que ya no iba a estar para mi cada vez que necesitara de sus besos, sus abrazos, estaba bien, era lo mejor para él, se merecia a alguien que realmente lo ame, aunque me doliera. Pero antes de que todo se termine necesitaba que me escuchara al menos cinco minutos, solo deseaba pedirle perdón por todo los malos momentos que le habia hecho pasar, por cada vez que le fallé. Necesitaba hacerlo para poder seguir adelante.

"No promises" sonaba a todo volumen en mi habitación, tiré una manta en el suelo, me acosté sobre ella, cerré mis ojos y me quedé en silencio escuchando, había días en los que sólo me gustaba encender la música y olvidarme por un momento de todo. Solo estar en silencio, sin pensar en nada. Necesitaba estar sola conmigo misma, aunque, no era muy distinto a la realidad, si al fin y al cabo, los últimos años de mi vida desde que mamá murió, y papá comenzó a huir de todo, fueron casi siempre estar en soledad. Le agradezco a Dios por haber hecho que Lina se cruzara en mi camino, y por más que a partir de ahora nuestros caminos ya no vayan en la misma dirección, por Colin también le agradezco, fue realmente alguien muy importante. Estaba comenzando a quedarme dormida cuando unos golpes a mi puerta me sobresaltaron. Lo primero que pensé es que seguramente se trataría de Clara, la señora que trabajaba en nuestra casa desde que tenia memoría. Era la mejor cocinera que podía existir en el mundo, y le encantaba consentirme todo el tiempo. No me levante de la manta y le grité para que entrara.

-Pasa Clara.- Volví a gritar con más fuerza pensando que no me había escuchado la primera vez que lo había hecho. Como respuesta obtuve otros tres golpes más. Me levanté de mala gana y caminé en dirección a la puerta para abrirla.

<> Pensé.

-¿Qué quieres? No puedes venir a mi habitación, no quiero que lo hagas, a partir de ahora lo tienes prohibido. Vete.- Le dije mirándolo con cara de muy pocos amigos. No sé cómo se atrevía a venir hasta mi alcoba.

-Solo vine a avisarle que voy a estar todo el día en la cocina.- Habló, y por el tono divertido de su voz, era más que obvio que estaba disfrutando la situación.- Así que cualquier cosa que necesite me avisa señorita Megan, y si quiere ir a algún lugar también por favor, su padre me pidió que no vaya sola a ningún lado.

-A la última persona en el mundo que le diría si necesito algo, es a tí.- Contesté.- Y no me importa lo que diga Nicolás, no vas a ir a ningún lado conmigo ¿Qué se piensa? ¿Qué si voy al centro comercial, voy a bailar en ropa interior por todas partes? Esto es el colmo.

-Lamentablemente para ambos señorita, vamos a tener que ir a todos lados juntos a partir de ahora. Y va a tener que avisarme a mi si necesitas algo.- Dijo sonriendo, de algo estaba segura, me detestaba tanto como yo a él.- Y para su información señorita Megan a mi tampoco me agrada estar con usted, lo hago solo porque es un trabajo.- Finalizó.

-Bien ¿Podrías traerme un té entonces?- Sabia que no se refería a eso cuando dijo "cualquier cosa que necesites" pero al menos lo tenia que intentar, capaz me podía servir de esclavo.

-¿Sabe qué soy su guardaespaldas y no su asistente personal verdad señorita? ¿También es usted media tontita? Eso no me lo habían dicho, creo que su padre olvido advertirme.- Habló divertido. No Respondí, le cerré la puerta en la cara y volví a recostarme en mi manta hecha una furia. Ni siquiera me servía de sirviente, y se creía con derecho a insultarme. No quedaba otra opción, me tenia que deshacer de él cuanto antes.

Tomé mi celular y marqué el número de mi amiga, tenía que desahogarme con alguien.

-Hola Dulce, te acordaste de mi, por fin.- Saludó y reclamo a través de la línea.

-Hola Li, lo odio, te juro que lo odio, lo detesto, es tan... tan... estúpido.

-¿Qué? Jajaja ¿A quién odias ahora? Espera un momento ¿Es una crisis de esas en las cuales odias a todo el mundo? ¿O solo tenemos que odiar a una sola persona hoy?

-No mensa. A Scott. No sabes lo que es, ya me está volviendo loca, es un cretino.

-Pero si solo debes llevar horas de conocerlo Meg, no saques conclusiones apresuradas, cuentame ¿Es un viejito aburrido? Jajaja

-No te rías, no es divertido. Y no es un viejo, debe ser unos tres o cuatro años mayor que nosotras.

-¿QUÉ?- Gritó.

-No grites mujer. Si, es joven, pero es tan idiota, te lo juro, y no se cansa de decirme cosas horribles todo el tiempo.

-¿Es sexy? ¿esta en tu casa ahora? ¿puedo ir a verlo?

-Lina.- La regañe.

-Lo siento ¿Que cosas te ha dicho?

-Mmm... Él dijo que soy una niña malcriada, una nena de papá, que lamentablemente iba a tener que estar conmigo y acompañarme todo el tiempo, y básicamente, que yo tampoco le agrado.

-Amiga ¿Y ese quien se cree que es? Espera un segundo ¿Tú que le hiciste Meg? Algo le has dicho.

-Nada. Sólo le choqué su horrible pedazo de chatarra, le grité también un par de cosas horribles, y lo intenté usar de esclavo, pero nada más Li lo juro.

-Jajaja dulce, eres un ángel.

-Lo sé.- La interrumpí.

-Sacada del cielo a patadas.

-Ey.- Grité.- No seas mala tú también, demasiado con mi padre y Scott.

- Lo siento.- Rió.- Ahora cuéntame Meg ¿Cómo es él?

-Como una persona básicamente, tiene dos piernas, dos brazos, una nariz, y esas cosas. Nada especial.

-Por favor Megan, te estoy hablando en serio, odio cuando usas tu sarcasmo.

-Bueno, no te pongas tan agresiva. Veamos, es alto, mucho más alto que yo, es de esos chicos con espalda ancha que seguramente se la pasa entrenando en el gimnasio todo el día, cabello castaño oscuro, ojos color marrón. ¿Sabes qué? siempre esta sonriendo de manera burlona, es irritante de verdad, pero cuando lo hace, se le forman hoyuelos en su mejillas.

-Ohh, te parece atractivo. Esta bien, entiendo, te lo dejo para ti, puedes quedártelo.

-¿Enserio Li? estuve como unos quience minutos diciéndote todas las razones por las cuales lo detesto ¿Acaso no me escuchaste?

-Ajam. Bueno Meg hablamos al rato pequeña rubia mentirosa, me llama mi padre. No pelees tanto a ese chico, dale una oportunidad, peor hubiese sido que tu padre contratara a un viejito aburrido, con este al menos te puedes divertir ¿Sabes a que me refiero no?

-Eres tan pervertida, jamás Lina, jamás va a pasar algo así. Bueno rubia hueca, nos vemos. Te amo.

-No vemos. Yo te amo más.

Corté la llamada, deje mi celular en el suelo y tomé a cambio un libro que había traído para cuando me dieran ganas de leer. Así que como lo tenía planeado, me quedé todo el día leyendo en mi habitación, no salí ni una sola vez, por esta razón, me había salteado el desayuno y el almuerzo, y ya estaba comenzando tener demasiada hambre, tenia que ir si o si hasta la cocina para ver que había de comer, si corría con suerte, Scott ya se habría cansado y se habría marchado a su casa, o estaría en alguna otra parte. Salí de mi cuarto y bajé corriendo las escaleras como era de costumbre, si mi madre estuviera aquí, ya estaría gritando como loca al verme bajar así. Por suerte el sujeto raro no estaba en la sala cuando crucé por esta.

<> Pensé cuando llegué hasta la puerta de la cocina.

Scott estaba sentado junto a la barra para desayunar de la cocina, al parecer se encontraba bebiendo algo, y por el olor que inundaba en el ambiente, seguramente Clara le había preparado un café. Estaba de espaldas a mí y no pude evitar quedarme unos minutos observándolo con curiosidad, e inmediatamente me regañé a mi misma por estar mirándolo, y entre. Pasé por su lado, actuando como si él no existiera, abrí la nevera, me serví un poco de yogur y me dispuse a tomarlo. Podría haberlo sacado y haberme ido de nuevo a mi habitación, pero no, me senté enfrente de él y comencé a degustar el delicioso yogur de fresas. Esperaba que me dijera algo, ya estaba preparada para iniciar otra discusión con él, es más, quería discutir con él. Pero no lo hizo, solo tomó su taza y se marchó, ignorandome por completo, extrañamente eso me enojó más aún.

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