Capítulo 8

Se acercó muy lentamente hacia mí.

-¿Qué haces?- Pregunté retrocediendo para alejarme de él.- ¿No te dije que tenias prohibido subir a mi habitación?

-¿Tu qué crees?- Preguntó, y volvió a acercarse, estába vez demasiado, podía sentir su aliento golpeando mis labios. Estábamos tan cerca. Acunó con sus grandes manos mi rostro, unió nuestras frentes, conectó una última vez nuestras miradas... y me besó.

Desperté sobresaltada, sentía el sudor en mis manos y en mi frente, no podía creer el hecho de haber tenido un sueño tan... tan asqueroso. Todo había parecido tan real, hasta había sentido su respiración momentos previos al beso. La simple ida de mis labios junto a los de Scott me causaba náuseas. Ese maldito cretino, no le bastó con arruinarme la vida, ahora también queria hacerlo con mis sueños.

<> Intenté tranquilizarme.

Tomé mi celular (que había dejado antes de dormir sobre mi mesa de noche) para mirar la hora, y apenas eran las 4:00 AM. Era demasiado temprano como para levantarme, y no había dormido casi nada, así que volvería a intentar hacerlo. No me costaba ni un poco conciliar el sueño, mi padre decía que era lo que mejor me salía en el mundo, y, a decir verdad, no estaba ni un poco equivocando, al menos en algo era buena. Volví a dejar el celular de donde lo había tomado, y nuevamente me acomodé en mi cama. En menos de diez minutos ya me había quedado completamente dormida.

                                                                                        ***         

Era martes en la mañana, mi padre se había marchado muy temprano, debido a uno de sus tantos viajes de negocios que realizaba a menudo, nada nuevo en verdad. Odiaba demasiado su trabajo (siempre lo había hecho) y antes me molestaba que siempre se tuviera que marchar, aunque jamás se lo había dicho. Desde que mi madre había muerto, cualquier escusa era buena para marcharse de casa, al parecer, se había olvidado que yo al igual que él, también sufría. Papá era un completo egoísta, solo se interesaba en su propio bienestar, y en conseguir ser el alcalde de la ciudad, y aunque sonara mal, yo prefería mil veces que perdiera las elecciones, aunque ya sabia que eso era bastante imposible. No me había despertado para despedirlo, porque la verdad es, que había olvidado que hoy se marcharía, y si me hubiese acordado, tampoco me hubiese levantado a hacerlo, estos ultimos días lo habia evitado por completo. Estiré mi mano para tomar mi móvil y me percaté de que había un pequeño papel blanco sobre él, lo tomé y comencé a leerlo en voz alta.

Meg. Estabas tan dormida que no quise despertarte, lo siento, tengo que marcharme, no sé cuando voy a poder volver a casa. Si llegas a necesitar algo, sabes que Ricardo o Clara van a estar ahí, y ahora también Scott. Cuando pueda voy a estar llamándote, contesta el celular por favor. Te amo. Cuidate mucho, y no te metas en problemas.

Pd: ¿Sabes qué babeas cuando duermes?

Él siempre creía que con una simple nota arreglaría todo, debo admitir que antes me alegraba un poco al ver que al menos venia a despedirse de mí, pero después ya deje de hacerlo, siempre eran los mismos papelitos de siempre, con lo mismo de siempre escrito, pero ya no, con solo hacer eso no iba a poder reparar todo el daño que había causado en mí estos últimos años, ya no era la misma nena de antes, a la que con un simple papel lograban hacerla feliz. Me quedé varios minutos recostada en mi cama pensando que haría el día de hoy, quería seguir encerrada en mi habitación con mis libros, donde nadie podia molestarme, como lo había hecho todos estos días anteriores, pero mi pelo ya daba miedo de lo feo que se encontraba, tenía que ir urgentemente a un salón de belleza, y de paso respirar un poco de aire fresco. Tuvé que realizar una fuerza sobrehumana para poder levantarme de mí cama, una parte de mi, aún no quería despegarse de ella. Cuando por fin lo logré, me dirigí hacia mí baño, tomé una ducha bastante rápida y comencé a alistarme para salir, parecía que hoy seria un día bastante caluroso, así que por lo tanto opté por unos short negros y un crop top del mismo color, antes de bajar a desayunar, tomé una campera de mezclilla, solo por si más tarde llegaba a refrescar, últimamente el clima en mi ciudad te podia sorprender con cualquier cosa.

-Uno, no contestes el teléfono, sabes que solo llama porque está ebrio. Dos, no lo dejes entrar, tendrás que patearlo de nuevo.- Entré a la cocina cantando a todo pulmón y bailando exageradamente.- Tres, no seas su amiga, sabes que despertarás en su cama por la mañana, y si estás debajo de él, no lo olvidarás.- Los ojos de Scott se clavaron inmediatamente en mí, su mirada era de curiosidad, pero lo ignore, ni siquiera él y sus estupideces iban a poder arruinar el maravilloso día que me había propuesto tener.

-Buen día Clara.- Saludé depositando un beso en la mejilla de esta, e ignorando completamente a Scott.

-Buen día mi niña ¿Como has dormido?- Preguntó esta, atrapándome en un cálido abrazo.

-Muy bien la verdad.- Respondí e inmediatamente el sueño donde Scott y yo nos besábamos vino a mi mente.- Sabes qué dormir es lo que mejor me sale en el mundo.- Añadí y ella sonrió.

-En eso tienes razón.- Dijo.- Que lindo es verte así de contenta mi niña, y que linda estas hoy ¿Vas a salir?

-Si, hoy voy a salir así que seguro no llego a almorzar, tengo un par de cosas para hacer, nada importante.- Respondí. La vi a punto de hablar pero Scott lo hizo primero.

-Señorita, quiero recordarle que si quieres salir tiene que avisarme antes, le prometí a su padre que la acompañaría a todas partes.- Ya me imaginaba que el muy imbécil diría eso. No me agradaba la idea de que me acompañará, pero hasta que lograra deshacerme de él, iba a tener que soportarlo.

-¿Y que acabo de hacer?¿A caso no le acabo de avisar a Clara que voy a salir? ¿Eres medio tontito?- Respondí de forma burlona.- Además no quiero que la gente me vea contigo. Que vergüenza.

-Eso no importa, voy a acompañarla igual.- Soltó, clavando sus ojos en mí y levantándose de su asiento.

-Y yo dije que no.- Sabia que al final iba a terminar yendo con él, pero no sin antes molestarlo un poco.- Puedes quedarte aquí con Clara, o irte a tu casa, no me importa lo que hagas, solo no me molestes.

-Voy a preparar el coche, la espero en diez minutos afuera, y no crea que a mí me agrada la idea de que la gente me vea con usted.- Iba a responderle, pero se dio media vuelta y salió de la cocina dejándome con la palabra en el boca. Pude ver como Clara intentaba no reír ante nuestra pequeña discusión.

-Niña, no seas tan mala con él, es un chico muy agradable.- Habló Clara luego de unos minutos.

-No me agrada.- Dije.- No quiero un niñero, puedo cuidarme sola, me parece que a mi padre se le fue un poco la mano con el castigo esta vez.

-Cada uno cría a sus hijos de la manera que mejor le parece, nosotros no podemos meternos en esas decisiones Meg. Pero si de algo estoy segura, es que tu papá te ama, puede ser que no sea el mejor, puede ser que este fallando de muchas maneras, pero es tu padre, y siempre va a querer lo mejor para ti.

-No sé, de momento no me interesa saber nada que tenga que ver con mi padre Clara, ojala no vuelva por un tiempo, un largo tiempo.

-Mi niña, no digas esas cosas.- Se acercó a mi y me abrazó.- no seas mala con ese chico, él no tiene la culpa de que lo contratarán, ahora ve, que te debe estar esperando.

-No prometo nada.- Dije, levantándome de mi haciendo y saliendo de la cocina, no sin antes despedirme de Clara.

Diez minutos después, me encontraba junto a mi coche, esperando a que Scott de una vez por todas llegara, cuando lo vi aparecer con el de él. Seguia pensando que tendría que ser ilegal conducir esa cosa tan horrible.

-Ni sueñes que vamos a ir en eso.- Le dije señalando el intento de automóvil que tenia cuando descendió de él.- Iremos en el mío y voy a conducir yo Scott.- Lo vi pensar por unos momentos antes de responder.

-Disculpeme por no ser hijo de un millonario señorita, pero bien, iremos en su automóvil, solo que yo conduciré.- Se acerco a mí y me arrebató las llaves antes de que pudiera reaccionar, acto seguido se montó en el carro.- Ni piense que voy a subirme en un carro que usted vaya conduciendo, créame señorita, da asco.

-¿Con que derecho te crees tú para hablarme así?- Pregunté furiosa.

-Con el mismo que el suyo señorita Megan.- Respondió.- ¿Sabe una cosa? No debe tratar a las personas como no le gustaría que la traten a usted, porque tenga un poco más de dinero que todos nosotros, no quiere decir que sea mejor, o que valga más. Ahora suba de una vez por favor, no tengo todo el día.

-Eres tan detestable, no sabes nada de mi, y sin embargo te das el lujo de seguir hablando.- Solté y caminé hacia el automóvil, abrí la puerta trasera y me subí al coche, no me gustaba ir en el asiento trasero, pero no pensaba ir junto a él, tampoco quería volver a dirigirle la palabra, Scott lograba ponerme de muy mal humor en solo cuestión de segundos.

-Por cierto, linda voz Moll.- Dijo, para luego dedicarme una sonrisa a través del espejo retrovisor.

                                                                                         ***

Nicolás

-Hola cariño ¿Cómo estas?.- Hablé a través de mi celular cuando ella respondió a mi llamada.

-Hola amor, bien ¿Y tú? ¿Ya estas aquí?- Preguntó Cristina.

-Si. Hace cinco mimutos acabo de bajar del avión, estoy esperando que traigan el coche que vino a buscarme, y en menos de veinte minutos estoy en casa.

-Esta bien cariño. Estoy esperándote, no veía la hora de que llegaras.

-Yo también, ya tenia ganas de volver a verte.

-¿Cómo quedo todo con Megan? No me has dicho nada.

-Ella... bien, supongo, no lo sé.- La verdad es que nada había quedado bien entre mi hija y yo, y no había soportado estar más en esa casa, así que como siempre, volvi a huir.

-No pareces muy convencido, tal vez hubiese sido mejor que te quedaras unos días más con ella, hasta que arreglarán sus diferencias.

-No, ya voy a ir y vamos a tener tiempo de hablar, por ahora, creo que así estamos mejor.- Mientas seguía hablando, subí al coche y nos pusimos en marcha hacia la casa de Cristina.

-¿Y Scott? Espero que le haya caído bien, ese chico es un encanto.

-Lo odia.- dije, y reí.

-Oh.- Cristina estaba casi segura, de que Megan iba a quedar encantada con Scott desde el primer momento.- Pero... pensé que tal vez... que lastima.

-Cuando lo vi llegar, me asuste un poco, debo admitirlo, es un chico muy apuesto, no lo recordaba, me puse muy celoso al pensar que mi hija iba a pasar tiempo con él, pero lo detesta Cris, pobre Scott, le esperan días agotadores, voy a subirle el sueldo.

-Sigo sorprendida la verdad, pero dale tiempo, tal vez se lleven bien.

-Si eso espero. Debo colgar, nos vemos en un rato Cris.- Colgué la llamada y guardé mi celular. Hoy en la mañana había tomado el primer vuelo disponible hacia la ciudad donde vivía Cristina, dejando mi otra casa y mi hija atrás. Sabía que era una completa mierda lo que hacía, pero yo, ya no podía estar más de una semana en esa casa, todo me recordaba a ella, incluso Megan, su mirada, su sonrisa, hasta la manera en la que se enfada y comenzaba a gritar como una loca, era igual a su madre, y dolía, dolía saber que ya no volvería a verla. Era un cobarde.

Más populares

Comments

Gaby🌹

Gaby🌹

Tal cual, ella no merece que la trates así, que le estás enseñando que uya cada problema que tiene 😡

2024-11-14

0

Anonymous

Anonymous

Que bien, amo.este libro

2023-09-01

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play