¿Ya llegas?- Pregunté en cuanto Lina respondió a mi llamado.
-Ya casi, en cinco minutos, sabes que mamá conduce como una tortuga.
-Esta bien, ya te extraño, hace como cinco días que no te veo.- Dije, y era verdad, no podía estar mucho tiempo sin ver a mi amiga, la necesitaba demasiado.
-Y yo a ti, dime ¿Esta ese guardaespaldas sexy en tu casa?
-No lo llames así, y si, seguro esta en la cocina, no lo sé, no he ido.
-Quiero conocerlo, pero no te pongas celosa, ya te dije que te lo dejo a ti, baja, ya casi llegamos.
-No lo quiero, ahí voy.- Salí de mi habitación, aún hablando por el teléfono con mi amiga, cuando llegué a la puerta de entrada, colgué la llamada y salí a recibirla.
-Hola Meg.- Saludó esta cuando llegué a su lado.
-Hola Li.- La abracé fuerte.- Hola Flor ¿Cómo esta?- La madre de Lina, era una de las mujeres más hermosas que había conocido, era alta, de cabello color castaño claro y un par de ojos color verdes. Lina era rubia como su padre, pero sus ojos eran iguales a los de su madre.
-Hola cielo.- Me devolvió el saludo Flor.- ¿Van a quedarse a dormir aquí?
Con mi amiga nos miramos por unos instantes, antes de responder al mismo tiempo.- Nos quedamos aquí.
-Bueno, no se metan en problemas, me voy porque tengo que hacer muchas cosas aún.- Luego de despedirse, y repetirnos más de diez veces que debíamos comportarnos, Flor se marchó y con Lina entramos en la casa.
-¿Dónde esta?- Preguntó esta a penas cruzamos la puerta.
-Te dije que en la cocina, siempre esta ahí.
-Vamos.- Me arrastró hacia la cocina, y cuando llegamos a ella, efectivamente Scott se encontraba allí, ayudando a Clara a preparar galletas.
-Buen día.- Gritó mi amiga para llamar la atención de ambos, Scott soltó la cuchara llena de mezcla para galletas que tenia en la mano, y se alejó de las fuentes.
-Buen día mis niñas.- Saludó Clara contenta de ver a mi amiga.- Vengan, estoy enseñándole a Scott a preparar unas galletitas.- No pude evitar soltar unas carcajadas, era muy gracioso ver a Scott con un delantal de flores rosas sobre su traje negro.
-No gracias.- Dije aún riendo.- Ya nos vamos arriba Cla.
-Que amargada eres.- Habló Scott volviendo a tomar la cuchara.- y tú ¿Eres Lina? Por fin conozco a mi novia.- Lina y Clara lo miraron confundidas.
-¿Qué? ¿Tu novia?- Preguntó esta sin entender absolutamente nada.
-¿Megan no te lo contó? Creí que ya lo sabias, dejame presentarme, soy Scott Kinney, el amor de tu vida.- Dijo sonriente, Clara estaba aún más sorprendida que Lina.
-Megan.- Mi amiga me miró pidiendo una explicación.
-Luego te cuento.- Dije.- Y tú.- lo señalé con mi dedo.- Eres un idiota.- El comenzó a reír, y Clara ya había vuelto a preparar sus galletas.
-Lo bueno es que no estuve soltera todo este tiempo como pensaba.- Dijo mi amiga y todos reímos.
-Nos vamos.- Dije tomándola de la mano y comenzando a caminar hacía la puerta.- Adiós.
-Adiós.- Se despidió también Lina. Cuando llegamos a mi habitación se puso a gritar como loca por la vergüenza que había pasado hacía unos momentos, y tuve que explicarle detalladamente todo lo que había pasado ese día en la peluquería y como había inventado que ella era la novia de Scott.
-No te pongas así, solo fue una pequeña mentira.- Dije, ya cansada de que me reclamara el hecho de no haberle contado.
-Si ya esta, pero, es lindo eh.- Dijo riendo.
-No.- Solté.
-Oh vamos, bueno si tu no lo quieres me lo quedo yo.- Y no me agrado ni un poco la idea de que mi amiga estuviera con él.
-Eso no va a pasar.- Dije mirándola furiosa.
-¿Por?- La vi quedarse callada mirándome fijamente por unos segundos.- Oh, estas celosa dulce, era un chiste igual, es tuyo.
-¿Qué? No Lina, no me gusta.- Grité.
-Como digas ¿Me prestas ropa? Quiero bañarme, tu baño me gusta más que el mio.- Preguntó, yendo hacía mi armario, a ella le gustaba bañarse en mi casa desde que era pequeña, o mejor dicho, le gustaba usar mi ropa, aúnque la mayoría le quedaba muy corta, pero siempre encontraba algo para usar.
-Si.- Respondí tirándome en la cama. Aunque había intentado disimularlo lo mejor posible, me había molestado escuchar a Scott decirle esas cosas a Lina.
***
Ya habían pasado dos semanas de la llegada de Scott a mi vida. El mes de enero se me había pasado volando y ya estabamos a principio de febrero, y aún nada de lo que intentaba hacer servía para lograr fastidiarlo, al contrario de eso, solo lograba volverme más y más loca yo misma, él solo se dedicaba a burlarse de mi y repetía una y mil veces "no vas a lograr nada Moll", odiaba que me llamara así, con el nombre tan hermoso que mis padres habían elegido para mi, él me llamaba todo el tiempo por mi apellido, era obvio que eso también lo hacía para fastidiarme, y si que lo lograba, y muy bien, aunque prefería mil veces soportarlo diciéndome "Moll" que "señorita". A estas alturas ya tenia más que claro que Scott no se iría por su propia cuenta, así que como ya lo imaginaba, no me quedaba mas remedio que hacer que mi padre lo despidiera del trabajo. Era lunes por la tarde y me habian avisado que hoy darían una gran fiesta en casa de una de mis compañeras del colegio, normalmente no se hacían fiestas los días de semana, pero como estábamos de vacaciones, eso realmente no importaba. No tenia demasiadas ganas de ir para ser sincera, pero era la oportunidad perfecta para deshacerme de Scott, ya tenía todo muy bien planeado, llamaría a la rubia de mi amiga, iríamos a esa fiesta y nos meteríamos en grandes problemas, así mi padre se enojaria mucho con él, y quedaría como que no hace nada bien su trabajo, con un poco de suerte se daría cuanta de que no es la persona indicada para esto y lo despediria, y nuevamente la paz llegaría a mi vida, aunque seguro también me ganaría un castigo por meterme nuevamente en algún lío, pero si con eso, Scott se iba, valía la pena. Era el plan perfecto.
-No lo entiendo, él no es una mala persona, no sé porque insistes tanto en que se vaya.- Lina había llegado hacia veinte minutos a casa, y no había parado de intentar convencerme de que lo que hacia estaba mal.- No me gusta ni un poco lo que quieres hacer, no lo merece.
-Solo dices eso porque no es a ti a la que siguen a todas partes.- Le contesté enojada.- Y no eres tú a la que molesta todo el día.- Caminé hacia mi cama y me senté en el borde de esta, estaba cansada de que todos lo defendieran todo el tiempo.- Y porque te parece guapo.- Agregué.
-Y para ser sincera contigo, no me molestaría que semejante bombón me acompañe a todos lados.- Rodé los ojos ante el comentario de mi amiga.-Es más, me cansaria de presumir a semejante belleza.- Ambas nos quedamos calladas, hasta que Lina volvio a hablar.- Meg ¿Qué es lo que realmente pasa?- Preguntó sentándose junto a mi.- Te he visto mirarlo.- Solo me quedé callada, no sabia como responder a su pregunta ¿yo mirar a Scott? Eso era una locura, se que habia días en los cuales me quedaba viendo sus ojos, o los hoyuelos en su mejilla, pero solo eran momentos estúpidos, él no me gustaba, ni siquiera me caía un poco bien.- Vamos Meg, soy tu mejor amiga, sabes que me puedes contar cualquier cosa.- Volvió a insistir al darse cuenta que no estaba en mis planes hablar del tema.
-Solo escucha las locuras que dices Li.- Reí.- No pasa nada en verdad, estas comenzando a imaginar cosas.- Me levante para huir a esconderme en el baño, y así poder evitar todas sus preguntas, pero fue más rápida que yo y me tomo del brazo, obligándome a tomar asiento nuevamente.
-Mira, yo quiero ayudarte Megan, pero si no me cuentas lo que realmente te pasa no puedo hacer nada.
-Esta bien, me cansaste, te lo voy a decir, pero, no quiero volver a hablar del tema, te lo cuento y ya, lo olvudamos.- Ella asintio.- Bien, es solo que quiero alejarme lo antes posible de él, no quiero seguir volviéndome loca, es que, te juro que la mayoría del tiempo lo detesto, y quiero meterle una patada en su jodido trasero, quiero que se vaya lejos y me deje nuevamente tranquila, pero luego Lina, él sonríe y me quiero quedar por horas mirando su estúpida y horripilante sonrisa, y en verdad no quiero que eso pase Li, estoy realmente luchando para que eso no pase, lo odio tanto.- Hablé lo más rápido que pude, y me sentí aliviada de poder contar todo lo que sentía.
-Ohh, ¿Crees que te estás enamorando de él?- Al escuchar esa pregunta me atragante con el zumo de naranja que estaba tomando en esos momentos.
-¿Estas loca verdad?- Pregunté mirándola espantada.- No estoy enamorada de él, eso no va a pasar nunca, no, yo no quiero nada con él, ni siquiera quiero seguir teniéndolo cerca, no voy a mentir, si me parece un poco atractivo, pero como cualquier chico desconocido que veo y me parece lindo. Nada más.
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-Solo quiero que sepas Meg, que si te estas enamorando de él, esta bien, es algo que puede pasar, y el amor, es hermoso, algo increible, y si sucede, no intentes esconderlo, porque hacer eso, te puede lastimar, y mucho.
-Deja de hablar de amor, esa palabra me enferma.
-Bueno como digas ¿Qué nos vamos a poner hoy?- Se levantó de mi cama y caminó hacia mi ropero para comenzar a revolverlo. Agradecí que dejara de insistir sobre Scott.
-¿Ropa?- Pregunté de manera divertida.
-Que graciosa eres Moll.- Ahora ella también había comenzado a llamarme así para fastidiarme.
Pasamos toda la tarde probándonos vestidos, faldas, tops, hasta tacones, mi habitación era un verdadero caos, definitivamente obligaría a mi amiga a ayudarme con la limpieza luego de esto. Lina había elegido para ella un vestido arriba de la rodilla color azul y unos tacones negros, estaba tan sencilla pero tan hermosa a la vez, es que a mi amiga todo lo que se ponía le quedaba realmente perfecto. Yo esta vez había optado por un pantalón de cuero negro y un crop top blanco, con lo que habia pasado en la última fiesta a la que habia ido, no volveria a ponerme vestidos para salir. Una vez que terminamos de peinarnos y maquillarnos, bajamos hasta la cocina para avisarle a Clara que saldríamos y claro que a mi niñera también.
-Clara.- la llamé al entrar. Lina entró corriendo para tomar la fuente de galletas que había encima de la mesa.
-¿Qué pasa mi niña?- Preguntó depositando un beso en mi frente, y caminado hacia Lina para darle uno también a ella, que ya tenía la boca llena de comida.
-Lina y yo vamos a salir.- Dije mirando hacia donde Scott se encontraba.- Harán una fiesta en casa de una compañera del colegio y vamos a ir un rato.- Añadí, y me apresuré a tomar una galleta antes de que la rubia se las terminara.
-Megan, sabes que tu padre no quiere que te metas en problemas, y mucho menos a él.- Soltó de repente Scott. No me sorprendieron sus palabras, de hecho estaba esperandolas.
-Si, lo sé, dijo problemas, pero nunca que no vaya a fiestas ¿O acaso te lo dijo a ti?.- Para este momento la rubia de mi amiga ya se había comido todo lo que quedaba en la bandeja.- Así que, apresuraté, cambiaté, en media hora nos vamos Scott y ni creas que vas a ir así.- Le dije señalando su traje, que por más que le quedaba bien, llamaría mucho la atención si llegaba a ir así vestido.- Vas a hacernos pasar verguenza unicamente.
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