Capítulo 13

Ya nos encontrábamos, mi amiga y yo, junto a mi coche, llevábamos esperando a Scott hacia más de media hora, supuestamente se había ido hasta su departamento para cambiarse de ropa. Por suerte la noche estaba hermosa, y el cielo completamente estrellado. Amaba las noches de verano, eran mis favoritas, y a decir verdad, era lo único que me gustaba de esta estación del año, cuando era pequeña, solíamos salir a caminar con mis padres todas las noches de verano, tal vez esa era la razón por la cual las amaba tanto, me recordaban a la época donde más feliz había sido en mi vida, si pudiera volver el tiempo atrás, sin duda volvería a una de esas noches, y abrazaria a mi madre, muy fuerte, para nunca volver a soltarla.

-¿Por qué tarda tanto?- Interrumpió mi amiga mis pensamientos, haciendome volver a la realidad, no volvería a abrazar a mi mamá.- Llevamos casi uno hora esperando.-Lina ya había comenzado a aburrirse.

-No sé, seguramente esta buscando una forma de ocultar su cara de mono.-Li rió.- Pero no exageres, apenas si ha pasado media hora.

-Oh, ella esta defendiendo a su amor, que tierna.- Soltó sonriente.

-No vuelvas a decir eso.- Ordené.- Voy a llamarlo para ver por donde viene.- Dije, para luego sacar mi móvil de la cartera y marcar el número se Scott, que para mi sorpresa, ya lo había aprendido de memoria.

-Dime.- Habló, a penas respondió a a mi llamado.

-Kinney, mueve tu jodido trasero de regreso a mi casa ya.- Hablé, mientras mi amiga me miraba divertida.-Si nos haces llegar tarde, las pagaras.

<> La vocecita de mi cabeza no dejaba de torturarme.

-Me demoré porque estaba hablando con tu padre Moll. Ya voy.- Respondío, y antes de que pudiera hablar, cortó la llamada.

-El idiota me cortó Li.- Aún no podía creer que me hubiese dejado con la palabra en la boca.- Y dice que estaba hablando con mi padre, que ya viene.- Mi amiga estaba recostada sobre el capó del auto, no sabia bien que estaba haciendo, pero creo que actuaba su muerte.- Ya, bajate de ahí, no seas exagerada no vas a morirte por llegar tarde mensa.

-No eres la única que puede ser exagerada Moll.- Dijo riendo.- tranquila reina no te voy a sacar el puesto.

-Eres una...Mensa.- Solté, cruzando los brazos sobre mi pecho.- Quedate quieta y tranquila, no hagas que me ponga de mal humor.

-Me amas lo sé.- Corrió hacia mí para abrazarme, pero se lo impedí.- Eres una pequeña osita enojona.

-No me toques.- Comencé a gritar mientras seguía intentando apartarla.- Vete maldita bestia peluda.- Grité más fuerte.

La voz de Scott se escuchó a lo lejos y ambas volteamos a verlo. Ni siquiera sabia que era lo que nos estaba diciendo, había quedado hipnotizada a penas lo había visto, se veía realmente guapo, hasta ahora solo había tenido la oportunidad de ver a Scott con su traje de trabajo, pero hoy, llevaba puesto un pantalón negro de jeans, una remera marrón clarita, bastante suelta (pero cada vez que se le pegaba al cuerpo, se podían notar sus abdominales bien marcados.) y para completar, tenia puesta una chaqueta de cuero, que le quedaba de maravilla. No sé cuánto tiempo estuve parada mirándolo, no podía apartar mis ojos de él, y esperaba que no se diera cuenta de eso, pero, su estúpida media sonrisa, me decía que ya estaba al tanto.

-Si ya entendimos todo Scott, no te preocupes.- La voz de Lina logró despertarme del transe en el que me encontraba.- Nada de emborracharse, nada de drogas, y por último y más importante, nada de chicos. Ahora si vamos por dios.- Gritó mi amiga.

-Yo no dije que lo más importante era nada de chicos.- Se defendió Scott.

-Ay vamos, se sincero, vas a morirte de celos si llegas a ver a esta pequeña con alguien.- Dijo señalando en mi dirección. Quería salir corriendo y esconderme, iba a matar a mi amiga por hacerme pasar tanta vergüenza.

-No sé de que estas hablando.- Respondió serio Scott.- Suban al coche.- Giró sobre sus talones y empezó a caminar en dirección a mi automóvil. Como me negaba a subir al coche de Scott, le había dado un juego de llaves del mio, para que lo usara cada vez que íbamos a salir juntos.

-Amiga limpiate la baba.- Dijo bajito Lina para que solo yo la pueda escuchar.

-A ti, te voy a matar.- amenacé.

Nos montamos los tres en mi coche, y lo primero que hice fue poner música. No quería que nadie hablará de la forma tan rara que me había comportado afuera, ni de los comentarios tan tontos de mi amiga.

<> Me regañaba a mi misma.

                                                                                      ***

Después de quince largos e incómodo minutos de viaje para mí, llegamos. La casa ya estaba repleta de gente, podía jurar que varios ya estaban borrachos, y eso que apenas eran las 21:15 de la noche. Nos apresuramos a bajar rápidamente con mi amiga, para comenzar a disfrutar nuestra noche (hacia casi un mes que no salíamos juntas a ningún lado.) y volver un caos la de Scott, comencé a caminar hacía la casa, cuando este sujetó mi brazo y me acercó mucho hacía él, tan cerca que podía sentir su respiración, por un momento recordé el sueño donde él y yo nos besábamos.

-Megan.- Habló, y se quedó mirándome fijamente.

-No haré nada malo Scott.- Mentí. Me solté de su agarre y comencé a alejarme de él, tenerlo tan cerca me incomodaba.

-Confío en tí.- Lo escuché decir. Y por una extraña razón, esas tres palabras atravesado mi corazón. Confío en tí. La gente que confiaba en mi, siempre terminaba decepcionada, y estaba segura de que él, no iba a ser la excepción. Me había comenzado a sentir mal, pero no podía dejar que Scott me controlara con unas simples palabras. Esa era una de las razones por las cuales tenía que alejarlo lo antes posible, estaba empezando a causar cosas en mi, y no era lo correcto. Me apresuré para entrar en la casa una vez por todas y perderlo de vista. Ahora solo me quedaba encontrar a mi amiga, que no tenia ni idea de donde se había metido.

-Meg Meg.- Sabia que solo había una persona que me llamaba así, y era a la que menos ganas tenía de ver en estos momentos.

-Hola Sabrina.- Saludé. Si yo fuera una princesa de un cuento, definitivamente ella sería la bruja malvada.

-Que sorpresa verte por aquí.- Su sonrisa era la más falsa que alguna vez haya visto.- Como no te hemos visto últimamente.- Hizo un pequeño silencio y por un momento pensé que se callaría, pero no, ella era realmente insoportable.- Pensamos que tú padre había hecho algo hermoso por la sociedad, y te había mandado por fin lejos de aquí, ya sabes, por lo de la ropa interior, bailando borracha, sobre una mesa.- Terminó de decir, y un par de carcajadas se escucharon por encima de la música.

-Eh, no. En realidad estaba de viaje.- Mentí- ya sabes París y esas cosas.

-Que lastima que el avión no se cayó.- sonrió.

-Si, super triste, pero ya volví ¿Me extrañaste?- Pregunté.

-Ni en mil años.- Dijo y se marchó. Estaba equivocada si pensaba que iba a dejarla avergonzarme tan fácilmente en frente de todos.

No sabía en donde se había metido mi amiga, así que, la siguiente media hora, me la pasé buscandola por toda la casa, y no hubo forma de poder encontrarla, odiaba cuando desaparecía así, me ponía de muy mal humor, lo peor de todo, era que tampoco sabía dónde estaba Scott, eso también me enojaba, había imaginado que él estaría pendiente de mi todo el tiempo, pero ni siquiera se me había acercado. Como ya había registrado toda la casa, y no había rastro de ninguno de los dos, decidí salir al patio trasero, y rápidamente se convirtió en lo peor que pude haber hecho en toda la noche. No era Scott, ni mucho menos Lina. Sentado junto a la piscina se encontraba Colin, sobre sus piernas había una chica, y estaban besándose. Mi primer pensamiento fue marcharme lo más rápido posible de ahí, pero mis pies hicieron todo lo contrario, ver al rubio que conocía tan bien, y había besado tantas veces, con otra, me dolía, sentía que iba a explotar de los celos, pensé que tal vez esta seria la ultima oportunidad que tendría para hablar con él.

-Hola.- Saludé cuando ya había llegado al lado de ellos, definitivamente mi dignidad estaba por los suelos. La chica me recorrió de arriba a bajo con la mirada y él solo me ignoró.- Colin ¿Podemos hablar?- Pregunté en un hilo de voz.

-Ay, vete, no molestes.- Gritó la chica, no sabía quien era, jamás la había visto.

-No te hablé a ti.- La miré furiosa.- Así que cierra la boca.

-No le hables así a mi novia.- Habló por fin Colin, levantándose de su asiento. Había olvidado lo alto que era, y lo pequeña que yo me veía a su lado, por unos instantes quise abrazarlo.

-¿Podemos hablar?- Volví a preguntar.

-No. Es que ¿Acaso no te quedó claro Megan?- Gritó furioso.- No quiero saber más nada de ti, vete, ya no quiero tenerte cerca, es más, ya no te acerques a nadie, haznos ese favor.- Él jamás me había levantado la voz, pero ambos sabíamos que decía la verdad.

-Colin.- Las personas que estaban mirando la escena, reían y hablaban por lo bajo.- No me dejaste explicarte, nada sucedió ese día, nada es lo que parece.- Sentía un nudo en la garganta, la situación era realmente horrible.

-Oh, nada es lo que parece, todas las zorras como tú dicen eso.- Dijo riendo.

-¿Por qué eres tan malo?- Pregunté, jamás había visto a Colin actuar de esa manera.

-Es lo que te mereces Megan.- Él tenía razón.- Es lo que te ganas por ser una zorra.- Cada vez se iban acercando más personas a donde nos encontrábamos, para ver lo que pasaba. Mis lágrimas estaban a punto de salir, cuando de repente unos fuertes brazos me rodearon, sentí paz al sentir el perfume de la persona que acabada de abrazarme, y me agarré fuerte de su remera, acercándome más a él.

-¿Acabas de llamar zorra a mi novia?- Scott había llegado al lugar para salvarme, y eso me alivió demasiado, aunque nadie iba a poder hacerme olvidar la vergüenza que estaba pasando.

Colin sonrio antes de hablar.- Venias a pedirme perdón y hacerte la víctima Megan, pero veo que ya tienes novio.- Rió.- ¿Lo ves? Es una zorra.- Dijo, esta vez dirigiéndose a Scott.

-Si, vino a disculparse contigo porque yo se lo pedí.- Habló Scott.- Quería que ella cerrara de una vez por todas, y de buena manera, ese capítulo de su vida, pero veo que no eres lo suficientemente hombre para hacerlo, la verdad, me das mucha lastima.

-¿Quién te crees que eres para hablarme así?- Preguntó Colin, acercándose peligrosamente a Scott.

-¿Y tú? ¿Quién te crees que eres para tratar de esa manera a mi novia?- Scott no retrocedió, sino que se acercó más a Colin, conmigo aún apoyada en su pecho.- Mira idiota, a esta chica, la respetas, porque tú no eres mejor que ella, y si, se equivoca, y comete errores, como todos los que estamos aquí hoy, y me das lastima, porque por no saber escuchar y creerte la gran cosa, perdiste a una chica increíble, pero bueno, mejor para mi, ahora es mía.

-Por mi, te la regalo.- Sonrió Colin tomando a su novia de la cintura.

-Campeón.- Scott me abrazabó con más fuerza, pegandome aún más hacia él.- La chica esta que tanto nos presumes, estaba con otro en la entrada, hace media hora atrás, uno con camisa roja. Él.- Dijo señalando a un chico que efectivamente vestía una camisa roja. Tomó de mi mano y casi que me arrastro hacia el interior de la casa.

-Dios mio.- Dije cuando ya nos encontrábamos adentro.

-Moll.- Tomó con sus manos mi cara, y se acercó mucho a mi.- Busquemos a Lina y salgamos de aquí ¿Si?

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play