Capítulo 18

El resto del fin de semana pienso en la forma de como decirle a mi padre sobre el software que ha creado Charlie, me gustaría hacerlo sin tener que revelarle quién soy, sin embargo, esto resulta un tanto imposible.

La insistencia de mi hermano y de Santi tampoco ayuda, no me dejaban un solo instante tranquila, es por ello que la mañana del lunes camino por los pasillos de la universidad hecha un Zombi. Estoy decidida a contarle a Charlie quién soy y después de eso  hablaría con mi padre. Hoy ha sido el día que elegí para hacerlo, pero al entrar al aula donde compartiría esa sesión con él, no estaba, no había ningún rastro suyo.

A la hora del almuerzo voy a la cafetería para buscarlo y tampoco estaba allí, recorrí la biblioteca, el laboratorio de informática y los lugares que él frecuenta, según sus amigos, pero no había ninguna señal. Al final volví a la cafetería dándome por vencida.

No tenía ganas de hacer nada, no podía concentrarme en las clases por lo que al final decidí irme a casa antes de la hora acostumbrada. 

A diferencia de otras ocasiones, Mario, el hombre de seguridad y chofer que me ha asignado mi padre permanece en silencio, algo no muy común en él, además de que lucía nervioso como si quisiera decirme algo, pero no se atrevía.

Bajo del auto haciendo una nota mental de preguntarle qué le sucede, pues ahora no me veo capaz de poner mi atención y mi preocupación en algo que no sea Charlie.

Cuando ingreso a casa mi ceño se frunce ante la sorpresa de ver a casi toda la familia reunida, generalmente nos reunimos cada quince días, los domingos, en la casa de alguno, pero hoy no era domingo y estoy segura que en está ocasión no tocaba en la nuestra.

—¿Qué hacen aquí?—Pregunto, pues otra razón para que la familia se reúna es que esté pasando algo importante y se requiera del consenso de todos.

—¡Pero qué sobrina tan antipática tengo!—Exclama tía Ross acercándose a mí para abrazarme. Mi vista recorre toda la sala, algunos me lanzan una sonrisa forzada, pero es cuando miro el semblante preocupado de mi madre que confirmo que algo no marcha bien.

—Mamá ¿Qué está pasando?—Camino hacia ella después de ser liberada del abrazo de la tía Ross.

Trata de decirme algo, pero nada sale de su boca. Brayan se acerca a ella, le observo e inmediatamente sé lo que está pasando.

—¡Les dijiste!—Le grito—Te dije que yo le contaría...

—Hija cálmate, por favor—Interviene mamá.

—No me voy a calmar nada ¿Dónde está papá?—recorro toda la sala y ni él, ni tío Richard; ni el tío Iván; ni el tío Samuel se encuentran. Todos se sobresaltan ante mi pregunta—¿Dónde está papá?—vuelvo a repetir al no recibir respuesta.

Busco a Santi con la mirada y espero hasta que éste me de la respuesta que necesito, él es el único que no me traicionaría, nunca ha sido capaz de ocultarme nada, se que esta vez no será la excepción.

—En la casa del Jardín—y antes de terminar yo lanzo mi mochila al suelo y me precipito hacia allí.

Mamá y la abuela intenta detenerme para que no vaya, ignoro su llamado y corro más deprisa.

Cuando estoy frente a la casa, escucho a alguien gritar dentro, mi corazón se acelera al reconocer la voz, pero me niego a creer lo que pasa por mi cabeza en este momento, llego a la casa del jardín y abro la puerta con fuerza haciendo que esta impacte contra la pared con un fuerte estruendo.

La cara del tío Iván y del tío Richard reflejan sorpresa al igual que la mía, sin embargo, es la de mi padre que refleja el más puro terror, no entiendo nada de lo que está pasando hasta que vuelvo a escuchar un grito, grito que proviene desde mi lado izquierdo hacia dónde dirijo la mirada encontrándome con algo que no creí posible.

Charlie atado a una silla, amordazado mirándome con pavor.

—¿Qué le han hecho?—Grito estupefacta—¿Cómo se han atrevido a hacer esto?—Intento acercarme a Charlie, pero él rehuye de mi tacto—¿En qué pensaban?

—Solo queríamos divertirnos un poco—Dice tío Richard encogiéndose de hombros, tío Iván lo golpea detrás de la cabeza.

—Desatenlo—Exijo—Es que si no lo veo no lo creo, ahora mi familia pertenece a la mafia y yo ni enterada —Hablo con todo el sarcasmo del mundo dándole a entender que esto parece sacado de una película de acción y que el guión es un desastre. 

—No podemos hacer eso cariño—Habla papá un poco precavido—Necesito asegurarme que no saldrá huyendo cuando lo hagamos y que nos contará todo respecto al Software.

—Juro que mataré a Brayan—Mascullo—Charlie, estos señores que ves aquí son mis tíos, y este—señalo a papá—es mi padre. No te harán daño, te lo juro, necesito que confíes en mí, aunque después de esto es un poco difícil—fulmino con la mirada a los hombres que están detrás de mí—Voy a liberarte, pero necesito que dejes que explique a qué se debe todo esto.

»»»Estoy segura que sabes quién es mi padre desde que lo viste, por eso quiero que me dejes contarte todo, si después de esto quieres irte lo aceptaré.

—Hija no creo que...—Empieza papá, pero le interrumpo.

—Lo dejarán ir y punto—Grito sobre saltándolos, asiente y no vuelve a decir nada.

Quito la cinta que cubre la boca de Charlie para que me dé su respuesta.

—E...está bien—Tartamudea y siento que puedo volver respirar con normalidad.

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