Capítulo 16

—Por supuesto, será un placer para mí enseñarte—Dejo de reír cuando me mira de manera seria.

—Gra..cias—Y vuelve a tartamudear. Sonrío, ha tardado mucho. 

—!Violetta¡—Busco a la persona que me ha llamado encontrándome con Lincoln—He estado buscándote —Me saluda con un beso en la mejilla.

—¡Aquí estoy!—Exclamo devolviéndole el saludo—Estaba conversando con Charlie—Señalo, pero cuando lo busco con la mirada ya no está junto a mí.—¿A dónde se habrá ido?—Sigo buscándole, pero sin lograr dar con él.

—¿Quieres bailar conmigo?—Pregunta Lincoln haciendo que detenga mi búsqueda.

—Me encantaría, pero ya tengo que irme—Le informo—Es tarde, les dije a mis padres que llegaría temprano—Miento. La realidad es que quiero llegar a casa para hablar con mi hermano acerca del experimento con Charlie.

—Entiendo ¿Quieres que te acompañe a casa?

—Traje mi auto—Le informo. Y su rostro se muestra acongojado

—Cierto, bueno, entonces no veremos el lunes en la universidad—asegura a lo que asiento. 

—Hasta el lunes—Me despido con un beso en la mejilla. 

Voy hasta el lugar donde he dejado a Rebeca, sigue allí con su primo y sus amigos.

—¡Futura esposa! ¿Dónde te habías metido?—Exclama Dylan al verme llegar, sonrío ante ese hecho.

—Sólo vine a despedirme—Les informo.

—¡Qué lástima! Estuve pensando en los nombres de nuestros futuros hijos, será para otra ocasión, espero volver a verte—Dice mientras me envuelve en un abrazo de despedida.

—Yo también espero poder verte otra vez Dylan, sigue pensando en los nombres de nuestros hijos y cuando volvamos a vernos me informa—Eso lo hace reír a carcajadas.

—Lo haré.

Me despido de los demás chicos al igual que Rebeca y nos dirigimos a casa, la dejo en su hogar y conduzco hacia el mío con miles de cosas en mi cabeza.

Lo primero que hago al llegar es dirigirme a la habitación de Brayan y aporrear la puerta con fuerza.

—¡Qué diablos sucede contigo!— Me observa con odio mientras sostiene el pomo de la puerta abierta.

—Necesito contarte algo urgente—Le empujo dentro de la habitación cerrando detrás de mí.

—Espero que sea realmente importante, Violetta. Juro que no te la dejaré pasar—Amenaza. Al parecer acabo de despertarlo. 

Le hago sentar en la cama, y yo ocupo la silla de su escritorio ubicándome frente a él. Le pido que se eche agua fría en el rostro para que termine de despertar cien por ciento, espero a que salga del baño cinco minutos después.

Necesito que esté totalmente lúcido para que pueda entender cada cosa que le diga. Cuando veo que está más relajado y toda su atención la tiene puesta en mí, procedo a contarle todo cuánto sé sobre el software que ha creado Charlie para luego pedirle que saque uno de los coches que mi padre tiene en el taller para realizar el experimento.

Me escucha con atención, su cara pasa por varios estados, desde miedo, fascinación, duda y preocupación. Lo mismo que siento cada vez que pienso en el software y Charlie juntos.

—¿Cómo fue capaz de crear algo así ese chico?

—No todos tienen un maní por cerebro hermanito. No sé qué fue lo que pasó contigo. —Me dirige una mirada de odio. 

— ¡Tenemos que contarle a papá!—Dice alterado, se dirige a la puerta dispuesto a ir a despertar a nuestro padre, pero lo detengo antes de llegar.

—No podemos hacer eso—Le informo—Tenemos que asegurarnos que el software realmente funciona.

—¡Claro que funciona!—Grita— Yo lo vi.

—¿Cómo estás tan seguro de eso?—Pregunto con incredulidad.

—En la carrera de esta noche hubo un momento en que el auto de ese tal Lincoln me adelantó como por dos minutos, tu estabas distraída observando a los corredores de atrás y de los lados. Por un momento eso me dejó aturdido, pero luego el auto se detuvo de repente y pude ganar la carrera. Pensé que mi auto estaba presentando problemas, cuando termine lo dejé en el taller para que mañana Santi lo revise, sin embargo, ahora que me cuentas esto, estoy seguro que ese software tiene que ver con eso. 

—Está bien, es posible que tengas razón, pero lo mejor es hacer otro experimento y grabarlo para estar cien por ciento seguros, no vamos a tomar ningún riesgo, ni alterar a papá con algo que solo podría ser una simple casualidad. Mañana iremos temprano al taller y hablaremos con Santi para que nos ayude.

—De acuerdo, pero después de esto dudo que consiga dormir.—Suspira audiblemente.

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