Capítulo 13

-¿Cuál es la otra opción para abrir esa puerta?- pregunto en su lugar.

Él duda y se pone inquieto, luego intenta mirar con desconfianza alrededor e inmediatamente lo detengo. 

-No hagas eso. Tenemos dos vigías, no lo suficientemente cerca como para escuchar, pero no quieres actuar tan sospechoso o se acercarán y ya no podremos hablar cómodamente. Bueno, a no ser que me deshaga de ellos, pero creo que eso a la abuela no le gustará- pongo mis manos en la parte trasera de mi cabeza y me apoyo en el tronco del sauce. Puede que este árbol tenga buena cobertura, pero aún así se puede ver si estás a ras del suelo, como esos dos tipos están. 

-Ok… La verdad es que se supone que es un secreto y no sé si estoy haciendo bien en contarle a un desconocido, pero Mara parece confiar en ti, lo suficiente como para pedirme que te ayude y lo cierto es que estoy francamente desesperado para este momento.

- Dime, puedo ser el mejor maldito aliado que tendrás en tu vida, si es que decido que lo mereces- le aseguro. 

Él me mira confundido -¿De dónde sacas esa clase de confianza?- pregunta, desviándose del tema. 

Me inclino hacia delante, bajando mis brazos, acercándome hacia él. -Mi confianza viene de mi poder. Puedo acabar con todos aquí y ni siquiera tendría que moverme de donde estoy sentado- le aseguro, sonriendo sombríamente. Luego vuelvo a mi lugar. -Así mismo, ese poder me permite salvarte la vida, si es que alguien decide atacarte. ¿Entiendes? Puedo amenazar a quien se me plazca, porque puedo cumplir esa amenaza o puedo ponerme frente a una bala que originalmente iría directo hacia ti y salir indemne. Ese es el origen de mi confianza. 

-Que envidia… me gustaría tener esa clase de confianza también… 

-Hermano, si tú tuvieras mi poder, te llevaría al infierno conmigo cuando abra esa puerta- lo molesto. 

Él hace una mueca - mejor no, gracias. 

Me pregunto si mi confianza desaparecerá una vez que pierda mis poderes, después de que Marie se convierta completamente en una Dragón. A mi hermana no parece haberle afectado, pero ella nunca dependió tanto de su telequinesis, como yo lo hago de mi fuego. 

-Recuerda que es un secreto, sólo la matriarca, Mara y yo lo sabemos y se supone que yo no tendría que saberlo. 

-Ok, sigue. 

-Una adivina que por lo que se dice tiene poderes reales, profetizó que Mara tendría un hijo que sería capaz de controlar las puertas al infierno, no sólo esta puerta. 

-Espera un momento, ¿hay más puertas?- pregunto, escuchando esto por primera vez. 

-Por lo visto sí, pero no sé dónde. Mara dice que al parecer ni la matriarca sabe bien. Lo único que sabemos es que no hay ninguna cerca, probablemente ninguna en este país- responde Nicolás, con cara apenada por darme malas noticias. 

-Mierda. Ok, no importa. Dime de este hijo de Mara y cómo es que no la han hecho tener un hijo a la fuerza- pido.

-Eso es porque la adivina dijo que sería a los diecinueve años- explica. 

Esa es la razón de por qué la abuela esa, ha esperado entonces. 

-¿Qué edad tiene ahora Mara?- pregunto. 

-Dieciocho… Y la matriarca tenía previsto que Mara se casara en un mes, pero escuché que como están de mal las cosas, quieren adelantar la fecha.

-Bueno, supongo que eso resolvería mi problema, sólo que no creo tener el tiempo suficiente como para esperar nueve meses y aunque lo tuviera, luego de esos nueve meses, no tendría más que a un bebé que no sabría ni hablar, mucho menos entendería que debe abrir una puerta- descarto la opción, ya que no creo que esperar varios años sea posible. Es cierto que la desaceleración de la tierra está siendo lenta, pero las consecuencias serán cada vez peores, hasta que ya no quede nada. 

-Eso es cierto, pero tengo la teoría que nada de esto sucedió por casualidad. Creo que sólo hace falta engendrar a un niño, para que Mara obtenga los poderes con los que debió haber nacido. Independiente de los poderes que tendrá el niño al nacer-  Nicolás se ve un poco enfermo hablando de su hermana engendrando un hijo. 

Lo entiendo. Más le vale a ese maldito Dragón Negro, no tocar de esa manera a mi hermana o se las verá conmigo. Puede que Alexander sea prácticamente familia, pero mi hermana es mi hermana. 

-¿Qué tan seguro estás de eso?- pregunto, deseando saber si tengo una opción real por ese camino. 

-Diría que estoy seguro en un treinta por ciento- admite de mala gana. 

Sonrío, satisfecho con su respuesta. 

-Eso quiere decir que es un montón de probabilidades más que encontrarse una puerta al infierno.

Él me mira extrañado, pero se encoge de hombros -supongo que tienes razón. 

-Dime entonces, ¿qué tan dispuesta está Mara a tener un hijo?- de verdad lamento estar pensando en utilizarla también, pero no hay muchas opciones. 

-Creo que ella espera tener a ese hijo, primero lo esperaba para acallar y dar una lección a las personas que la apuntaron por no tener el poder de la puerta, pero luego se acostumbró a la idea y llegó a desear una familia propia de verdad- admite. 

-¿Pero hay un problema?-asumo. 

-Sí, el problema es la persona que eligieron para ser su esposo. En este lugar siempre hay matrimonios arreglados, nuestros propios padres se casaron así, pero eso muchas veces significa que no son buenas relaciones, en el caso de Mara es aún peor, porque ese tipo es uno de los que desprecia a Mara y la trata como la mierda- dice frustrado nuevamente. 

Pienso sobre ello y decido que es ciertamente desafortunado. 

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