Cuando al octavo día no encuentro nada, decido cambiar de táctica y en lugar de centrarme en la ciudad, me concentro en los sobrevivientes que se esconden en el campo.
Es allí donde encuentro la primera pista real.
Cuando estoy recorriendo un camino secundario de sólo tierra, soy abordado por cinco tipos con todo tipo de herramientas de trabajo. Tres hachas y dos guadañas, todas viéndose demasiado bien afiladas. Detengo mi moto a unos dos metros de ellos y logro ver que unos pocos metros por detrás, lograron hacer una barricada con un par de árboles cortados.
Ahora, la chica debería aprender un poco más de estos tipos.
-Regresa por donde viniste- ordena el mayor de ellos. Los estudio por un momento y veo que todos tienen un cierto parecido, dando a entender que son algún tipo de familia. Sus edades van de como los doce años, hasta como los veintidós o así, sus ropas son humildes y están un poco sucias, lo que puede significar dos cosas. No se preocupan por su higiene, aunque eso no es algo raro ahora o llevan varias horas en pie, ya a las diez de la mañana.
Me inclino por lo segundo, ya que llevan herramientas de campo.
-Tranquilo, no busco problemas. Me iré después de conseguir algo de información que necesito- digo, levantando mis manos y bajando de la moto. Inmediatamente ellos se ponen nerviosos y levantan su guardia incluso más.
-Aquí no hay nada de información. Aquí no hay nada más que nosotros. Es mejor que te vayas si no quieres que cortemos tu cabeza- responde el mayor nuevamente.
-No puedo hacer eso, no hasta después de que respondan mis preguntas- digo. Admitiendo que soy buenos tipos, ya que dejar ir a alguien en este mundo que estamos viviendo, significa que después puede volver y matarte.
-No lo repetiré nuevamente. Sal de aquí- insiste el mayor de ellos.
-Y yo sigo diciendo que no me puedo ir, hasta asegurarme de que no saben nada- digo, empezando a molestarme, ya que no quiero pelear, al menos no con ellos. -Escucha, hay gente esperando que obtenga resultados y me niego a volver con las manos vacías.
-Eso no nos incumbe.
Maldita sea, claro que les incumbe, estoy tratando de salvar el puto planeta.
-Mira amigo, ya me cansé y aún tengo que recorrer un montón de lugares. Si no quieren cooperar por las buenas, será por las malas- advierto y un segundo después, con un movimiento de mi mano, todos ellos están rodeados por paredes de fuego.
Si bien mi tío Lucas tenía la misma habilidad que yo y podía controlar el fuego, desde hace un tiempo dejé de tener una limitación, con la que él contó durante su tiempo como centinela y eso es que él necesitaba tener algo para encender el fuego. Encendedores, fósforos, cualquier cosa que lo generara y yo también tenía ese problema hasta un medio año atrás, cuando fui capaz de producir mi propio fuego y este aumentó en potencia y mi control se incrementó.
Los cinco tipos gritan asustados y seguramente sorprendidos al ver que no están siendo quemados. Así que consumo el fuego hasta que no queda ni rastro, liberando a los chicos, los que lucen extremadamente descolocados y asustados.
-Como ven, no soy un simple humano. Soy un dios del fuego- dejo salir, porque siempre quise decir eso y estos tipos no saben nada de centinelas y Dragones, así que aprovecho la ocasión. -¿Responderán mis preguntas ahora?
-No les hagas caso hermano, fue un simple truco- advierte el menor de ellos.
-Parece que aún no te convenzo- inmediatamente lo encierro en barrotes hechos de fuego, como si de una jaula se tratara, haciéndolo casi cagarse de miedo. Desaparezco el fuego y el chico cae de rodillas, con sus manos apoyadas en el suelo, habiendo dejado caer su hacha y está casi hiperventilando.
-Está bien. Te creemos dios del fuego- afirma el mayor, mientras que el resto asiente mirando con miedo.
-Llámame Iván- digo, decidiendo que ser llamado dios es demasiado pretencioso de mi parte, aunque tenga la habilidad para ser llamado como uno.
El mayor duda un poco, pero no discute -¿Qué es eso que quieres saber?
-Quiero saber si han escuchado alguna vez sobre una puerta al infierno- digo, sintiéndome ridículo como cada vez que esas palabras salen de mi boca.
Parece sacado de un cuento de fantasía. Definitivamente ridículo.
Pero esos tipos no piensan que es ridículo, lo puedo adivinar por sus expresiones, las que pasan de sorprendidas a conocedoras. Inmediatamente me inquieto y tengo de detenerme para no demandar respuestas a la fuerza.
-Ven con nosotros- dice él y se da la vuelta, seguido por el resto. Los sigo, esperando con ansias lo que puedan decirme.
Si ellos saben algo, este sería el primer indicio que descubro en este lugar. Sólo espero que no sea una pérdida de tiempo.
El camino que seguimos se vuelve cada vez más inclinado y es cuando me doy cuenta que hacia dónde vamos es el fondo de una montaña.
-Los sonidos viajan lejos y como vivimos en una tierra que está abajo de la que está alrededor, pudimos escuchar tu moto en el momento en que ingresó al camino de tierra.
Maldita sea. Con razón me estaban esperando.
-Y eso que elegí una moto silenciosa- admito.
-No lo suficiente- dice el que creo es el segundo mayor.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 85 Episodes
Comments