EL REENCUENTRO

Esa misma noche, mientras todo el reino estaba prestando atención a lo que ocurría en el baile del inicio de la selección, dos personas acaban de llegar a la torre efímera. Dichas personas, aprovechando que era el momento oportuno para moverse sin levantar tantas miradas, llegaron con el fin de reunirse con los magos de dicha torre.

A lo lejos, podían observar como salían del corredor principal sir Arthur y su discípulo mayor, León. Estos solo esperaban reunirse con el general Henry Green, la reunión era de carácter tan secreto y anónimo, que ni siquiera dejaron que los guardias regulares lo recibieran; sin embargo, a medida que se acercaban observaban como una hermosa mujer de cabello lacio y largo, con un color rosa que se asemejaba al que se mostraba en el atardecer, estaba al lado del general.

Lo que más llamó la atención de sir Arthur, como líder de la torre, era que dicha mujer llevaba puesto el uniforme de su institución, lo que hizo que su corazón se aceleraba. Quería creer que aquel momento sería el reencuentro que tanto había esperado por esos dos meses en que su aprendiz más joven, la duquesa de Leticia, había desaparecido.

—¡¿Claire?!—preguntó León estupefacto.

Aquella mujer no era nada de lo que era la hermanita que el mismo había encontrado de joven, casi moribunda, en la orilla del río. Aquella mujer, de belleza impresionante, solo compartía el mismo color de ojos que vio en Claire antes de que ella desapareciera.

—¡Hermano!—dijo con una sonrisa.

Intentó acercarse para abrazarla, pero su maestro fue más rápido. Aquel gesto hizo que Claire llorara un poco, pudiendo sentir de nuevo el tacto de un padre que solo había sentido por parte de sir Arthur y su hermano jurado. Era algo muy hermoso para su alma, siendo que la vida no le pudo dar un padre normal y cariñoso, le había dado dos que si valían la pena.

—Pequeña—la abrazó con ternura—bienvenida a tu casa.

No solo la abrazó, sino que también la besó en la frente. No solo había jurado su hermandad para con ella, siendo Claire la más joven de los once discípulos, sino que la consideraba como su hija, siendo que él era el mayor de todos, y que su hija biológica la consideraba también como su hermana.

Una vez todos se saludaron, procedieron a pasar al despacho de sir Arthur, el cual estaba acondicionado para poder tener una reunión lo más cómodos posible y sin ser interrumpidos.

—¿Qué pasó, Claire?—preguntó bastante cansado León—te hemos estado buscando como locos todos estos meses, inclusive casi nos vamos en contra del rey Anatole, sino fuera porque este y el general Green nos convencieron de seguir ayudando a los enanos en la creación de las nuevas armaduras.

Claire asintió con pesadez, al escuchar los agravios de su compañero. Entendía que tanto él, como sir Arthur y toda la torre mágica estuviera en estado de alerta. Al ser una institución mixta, es decir, tanto publica como privada, siendo un 75% privada, podía tomar la decisión de rebeldizarse en contra del reino si veía la integridad de uno de sus miembros amenazada, en especial viniendo de parte de la iglesia.

Mordiéndose un poco los labios, sabiendo que debía ser cuidadosa porque literalmente si el sumo sacerdote y sir Arthur pudieran, se matarían a la primera oportunidad, siendo así de desastrosa la relación entre ambos organizaciones, comenzó a contar lo ocurrido.

—Mi verdadero nombre es Clarissa Minrok—dijo con un nudo en la garganta—soy la hija menor del terrateniente del estrecho de Bering y líder de la secta del viento escarlata. Cuando era niña, debido a mi afinidad con la energía del caos y siendo parte de una tradición enfermiza para conservar la pureza de la sangre, me querían convertir en la esposa de mi padre que también resulta ser mi abuelo. El día en que ustedes me encontraron al borde de la muerte en la orilla del río, fue el día en que mi hermana mayor logró salvarme de ese destino a costa de su integridad misma.

A raíz de lo anterior también le contó lo ocurrido con el primer monarca, de cómo este le salvó la vida gracia a la obsidiana dorada y como se había vuelto a reencontrar con su hermana mayor después de tantos años. Revelándoles que la nueva concubina del rey Anatole, Clara, era su hermana biológica en efecto.

Ante aquellas palabras ambos hombres no sabían qué hacer, ni siquiera Henry, quién pese a saber la verdadera historia de su esposa y todo lo que tuve de sufrir, solo se contenía de ir a cortarle el mismo la cabeza a ese monstruo porque deseaba estar todo lo que pudiera al lado de su esposa embarazada.

—Aunque no todo es malo—dijo tocándose el vientre—serán abuelo y tío dentro de unos cuantos meses.

Si ya de por sí estaban sin palabras por el cruel pasado de Claire, ahora estaban más al enterarse de su embarazo. Su situación era muy mala hace solo unos meses, casi moría debido a su enfermedad y su maldición; sin embargo, ¡Había logrado concebir vida!

—Sí que eres rápido—dijeron ambos al tiempo.

El general solo pudo carraspear debido a su vergüenza, aunque eso le provocó un poco de risa a Claire. Al ver la imagen de la pareja enamorada frente a ellos, ambos magos pudieron respirar un poco aliviados. Sabían que si algo pasaba, Claire no estaría sola. Tendría tanto a la torre mágica, como a una familia propia.

CLAIRE GREEN (DUQUESA DE LETICIA, ESPOSA DEL GENERAL HENRY GREEN, HERMANA MENOR DE CLARA MINROK) - ILUSTRACIÓN DE MI AUTORÍA.

HENRY GREEN (DUQUE DE LETICIA, GENERAL DEL REINO DE ARGELI Y MEJOR AMIGO DEL REY ANATOLE) - ILUSTRACIÓN DE MI AUTORÍA. 

TORRE MÁGICA EFÍMERA, MANEJADA POR SIR ARTHUR Y CUYO PRÓXIMO SIR SERÁ SU DISCÍPULO MAYOR, LEÓN - ILUSTRACIÓN DE MI AUTORÍA.

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