PARTE V: TRASTORNO Capitulo 12

Johnny despertó asustado a pesar de que ya había transcurrido seis horas desde el último episodio. Su corazón estaba golpeándose en su pecho y sus ojos miraban rápidamente a todos lados, buscando alguna anormalidad en su habitación, ayudándose con la claridad del día que ya atravesaba la ventana.

Se preguntaba si lo de anoche lo había imaginado o si en realidad estuvo esa cosa en su cuarto. Tal vez era un sueño dentro de un sueño, alguna vez había oído hablar de eso. Pero la sensación había sido muy real y los oídos aun le chillaban después de aquel grito espeluznante.

«El brazo» pensó.

Rápidamente se sentó en la cama quitándose la cobija de encima. Se mira su brazo derecho donde recordaba a ver tenido unas manchas de un agarrón. Pero su brazo estaba normal, ni marcas, ni manchas.

Se lleva las manos a la cara y las sube hasta su pelo «solo fue un sueño» dice tras un profundo suspiro.

Sentía que se estaba volviendo loco. Sabía que tenía que hacer algo cuanto antes, «¿pero qué?» era la pregunta. Hasta ahora se había enfocado en Lesly, para buscar su collar y escuchar de sus labios que había pasado en el club. Pero eso no lo había llevado a nada. ¿Que sabía hasta ahora?, que ella lo había salvado de ahogarse y que la habían obligado a no sé qué. Eso es igual a no tener nada.

Ese día, habría querido hacer lo de cualquier fin de semana cuando se acercan los exámenes del semestre: se sentaría frente a su ordenador a estudiar todo el día, hasta que se hiciera la hora de ir a trabajar en Tragos y Copas. Pero sabía que su cerebro no se concentraría con todo lo que le estaba sucediendo, y solo sería una pérdida de tiempo. En cambio, se preparó una gran jarra de café, prendió su computadora y tomo una hoja de papel en blando donde escribió en la parte superior con un lápiz de grafito «PESADILLAS».

 Cuando Johnny era pequeño tenía el don de predecir algunos hechos a través de los sueños, tal vez repasar sus pesadillas lo ayudarían a obtener alguna respuesta. Claro que aquel entonces era más sencillo: si en el sueño se le caía un diente, era que alguien iba a morir; si soñaba con una culebra, era envidia; si soñaba con barro, significaba enfermedad. Pero esto era diferente.

Lo primero que escribió en el buscador de la laptop fue «soñar con una puerta». El día que se estaba ahogando en la piscina tuvo su primer sueño y lo más relevante había sido esa puerta en la mitad del camino. Lo que pudo encontrar es que: significaba el cabio de espacio, la entrada o salida a algún lugar. La explicación que Johnny le dio fue la entrada a la muerte, como cuando las personas dicen que han visto un túnel cuando han padecido un coma.

El joven está inmerso en su investigación, cuando un aire gélido sube por su espalda haciéndolo erizar. El mismo aire mueve una cortina, lo cual llama la atención de Johnny ya que no había ninguna ventana abierta. Cae en cuenta que el ambiente esta gris y frio. Lo que es extraño, porque cuándo se había levantado el cielo estaba despejado y el sol brindaba sus rayos de luz.

De pronto, un bocinazo en la calle lo hace sobre saltar y en segundos todo el lugar se aclara. El chico se levanta y mira por la ventana. Un conductor peleaba con un peatón. Pero lo que más sorprendió a Johnny es que el día estaba igual a como él lo había visto en la mañana, solo que el sol calentaba más fuerte y estaba a hacia el oeste.

- ¿cómo es posible? – dice Johnny mientras mira el reloj de su teléfono.

Ya era las tres de la tarde. Johnny no lo podía creer. Él se había levantado a las nueve de la mañana y sentía que solo había pasado un par de horas desde entonces.

Dejo el celular en la mesa y se dio un respiro para preparar algo de comer y descansar un poco sus ojos de la luz del computador. Después de una corta pausa, prendió el televisor y lo coloco en un canal de videos musicales, para cortar ese silencio perturbador, y se sentó frente a su computadora para continuar su investigación.

Lo segundo en lo que indago fue: en el significado de soñar con un familiar muerto. Tres de las cuatro pesadillas que había tenido, su padre había estado presente de alguna manera. Según varias páginas de internet «se sueña con alguien que ya está muerto, cuando ha quedado algo pendiente por hacer con esa persona». Algunas páginas más esotéricas señalaban que algunos familiares muertos aparecen en los sueños para comunicarse con nosotros.

«Johnny, ve con tu madre» Las palabras de su padre hicieron eco en su cabeza.

Esa oración preocupo al chico un poco. Rápidamente tomo el teléfono para llamar a su mamá y asesorarse de que estuviera bien, algo que confirmó de inmediato, al ella contestar bromeando porque ya era la segunda vez que la llamaba ese fin de semana. Tal vez su padre no se refería precisamente a que la llamara, maquinaba en su mente mientras conversaba. Así que tomo el lápiz y anoto en la hoja de apuntes después de colgar el teléfono «visitar a mamá el fin de semana» algo que la emociono mucho al decírselo en la llamada.

En lo último que inquirió Johnny, fue en la sensación de haber estado paralizado como un inválido. Lo que descubrió lo tranquilizo. Ya que según psicólogos se definía como «parálisis del sueño, y es cuando la persona se despierta en el punto más profundo del sueño», pero lo que más lo calmo, es que algunas personas afirmaban a ver visto una sombra estando en este estado.

- A pesar de todo no estoy tan loco – se dijo

El silencio del apartamento empieza a inquietar nuevamente a Johnny. Cuando fija su mirada al televisor, se repara que estaba apagado. Pero él no recordaba haber tomado el control remoto y mucho menos haberse parado para apagarlo directamente… la vibración insistente de su celular lo interrumpió de aquel estado de amnesia, el chico contesto sin mirar quien llamaba.

- ¡Halo!

Pero no hubo respuesta. Solo se escuchaba como si estuviera cayendo una lluvia torrencial.

- ¡Halo! – repitió Johnny

Después de un largo silencio, escucho ese alarido escalofriante que recordó de inmediato, ya que era el mismo que había proferido la cosa cuando estuvo sobre él antes de desaparecer. 

El grito fue como un detonante para sacarlo de un trance. En un momento estaba frente a su computadora y su teléfono estaba apagado sobre la mesa, en el fondo se escuchaba un Reggaetón producto del televisor que estaba prendido en el mismo canal de videos musicales.

- Me quede dormido – recalco mientras se estrujaba los ojos.

Afuera ya estaba oscuro y el frio ya se colaba por la rendija de la puerta. Las luces estaban encendidas y él no recordaba haberlo hecho. Miró la hora. Ya eran pasadas las nueve de la noche. «No puede ser» había vuelto a pasar. Era como si saltara en el tiempo.

Opinaba que ya había dedicado mucho tiempo en este asunto de los sueños y el cansancio le estaba haciendo una mala jugada. Mañana seria otro día. Así que apago la computadora y el televisor y se dirigió a su cuarto.

Pero el día no había terminado. Y cuando encendió la luz de la habitación sus ojos se impactaron con lo que estaban viendo. Una manga de la chaqueta negra que se había caído del perchero la noche anterior antes de aparecer el ente en su cuarto, se asomaba de abajo de su cama.

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