Capítulo 20: No todo está perdido

Llovía, se encontraban los gemelos peleando en su forma lobuna, truenos se escuchaban a la lejanía. Dentro del cálido hogar, tomaban un café.

Ente cree que es tiempo de que César hable con los gemelos, así que se lo comunica.

—Se nos acaba el tiempo, en cualquier momento nos encuentra y no es difícil hacerlo tampoco— dice Ente.

—me hice una promesa, aquel día, vengarme de ese sujeto a cualquier costo, por la memoria de Emma— responde César y da un silencioso pero largo sorbo.

—es la única manera que tenemos por ahora— acota Ente un tanto compasivo.

—aunque no creo que le gustaría que muriera ninguno de sus hijos, se nos acaban las opciones— él acepta con mucho remordimiento y termina su café.

César dejó pasar un par de días más mientras entrenaban, pese a la diferencia de poder que poseía Alexander aún estando ambos en la forma de lobos gigantes, ambos controlaban su poder a su totalidad, Mathias regeneraba velozmente las heridas dejando pasar las horas en su forma. El mentor decide al fin hacer caso a las palabras del dios menor y sale.

—¡Chicos! Tengo algo importante que comentarles— exclama César.

Los muchachos prestan total atención y se destransforman por la seriedad del asunto, la pausa de César generó drama y preocupación. Los ojos del dentista se ven vidriosos, el ambiente se tiñe de pesadez.

—¿César? ¿te pasa algo? ¿qué ocurre?— Mathias pregunta a la expectativa.

—deben combatir a muerte, y consumir la carne del perdedor— César Rodríguez suelta una pequeña lágrima al emitir aquellas palabras.

—¿es... en serio?— pregunta Alexander luego de un enorme silencio en shock. Ente asiente.

Los hermanos gemelos dudan un instante, se miran con la esperanza de que algo más ocurra, el tiempo pasa y se siguen mojando con la cada vez más helada lluvia, la cual se vuelve torrencial. Más truenos y relámpagos, centellas, hacen eco en el lugar, el anochecer se acerca marcando la noche más triste que jamás tendrán en sus vidas.

Se ponen de acuerdo entre miradas, para comenzar la pelea que marcará sus vidas, toman distancia mirándose fríamente. Ambos gemelos se transforman en lobos gigantes, sus pelajes majestuosos comienzan a empaparse, y resuena al unísono, el latido de cada corazón marcando la tensión, la lluvia no para.

Alexander embiste rápidamente pero Mathias logra esquivarlo, el lobo negro se resbala por la inercia pero logra mantenerse de pie. El gran lobo blanco intenta aprovechar el momento y salta sobre él, aterrizando sus patas sobre el lomo de Alexander. El lobo negro cae rodando y consigue dar unos zarpazos al reincorporarse.

Ente los observa con ansiedad, sintiendo cada momento como lo más importante del mundo entero. César ve con dolor las heridas que se causan, pero intenta parecer que se encuentra bien. El cielo ruidoso aumenta su luz dejando ver así, la sangre del combate en el cabello de ambos caninos.

La fuerte mordida de Mathias hace preocupar a Alexander quien encuentra su pata lastimada y él le devuelve una colmillada al cuello hasta que le sueltan.

Mathias embiste con gran magnitud a su hermano lobo negro, pareciendo que no volvería a levantarse del cansancio y con la pata rota le sería más difícil. El lobo blanco tenía una breve ventaja para acabar con su hermano, se acerca débil y tambaleante, el lobo negro se agita intentando erguirse. Mathias cae fuerte al suelo, dejando ver la mordida letal en su cuello y la sangre fluyendo, fallece poco a poco. El ensordecedor aullido de Alexander hace temblar los corazones humanos del dios menor y su mentor. Una lágrima caía por empatía en la mejilla de Ente, la tierra levemente tembló, un rayo cae a varios metros.

El enorme lobo negro se acercó rengueando a los restos de Mathias. Probó su carne entre lágrimas, sanó su cuerpo lentamente, comió lo suficiente para curarse por completo y su pelaje cambió, sintió como si se recombinara con el lobo blanco. Ahora era dos veces más poderoso y llevaría unos mechones blancos en su pelaje. Se destransforma y cae llorando en lo que queda de su hermano aún en forma de lobo. César camina hasta él y toca su hombro, por esta vez, Alex no tiene fuerza alguna para correrle la mano.

Pasaron varios días tratando de encontrar al villano, cubiertos de deseo de venganza, usaron las redes sociales y los medios de comunicación intentando provocar la aparición del villano, pero parecía que simplemente no le importaba en lo más mínimo pelear. Hasta que obligado por amenazas de su divinidad, acudió a la pelea, fue lo más soberbio posible, como si fuera un simple trámite que no duraría mucho.

—¡Hasta que apareces, cagón de mierda! ¡hijo de puta!— exclamó con ímpetu Alexander.

—¿con esa boquita besas a tu mamá?— preguntó Iván.

Ente tomó del brazo a César quien gruñía de rabia, siendo el espíritu de la pantera quien tomaba control.

Alexander cargó contra el heraldo de brillo púrpura, hasta que fue atravesado sorpresivamente por un enorme pincho sombrío. Su deseo de venganza cegó su mirada, ensordeció sus reflejos, y no se tomó consciencia de la marca en el suelo con la niebla que predecía sus futuros pasos.

—¡qué imbécil! ¡El solito se mató! ¡corrió hasta su muerte!— alardeó entre risas el super villano.

Al ver que no habrían más contrincantes, debido a que el último heraldo rival estaba siendo detenido para no pelear, absorbió los restos, y decidió marcharse. Ahora la esperanza parecía recaer sobre los hombros de César, pero no sabía cómo detener al asesino de Emma y Alexander. Ente llevó dentro al heraldo plateado, le preparó un café, el señor Rodríguez no paraba de llorar.

—Toma el cafecito, te va a hacer bien, ya no hay más que hacer— dijo Ente mientras sostenía los hombros de César.

—¿en qué me va a ayudar un simple café?— preguntó el hombre antes de probar un sorbo con la temperatura justa.

—hace bien al alma, ya lo verás— respondió el dios menor.

El vapor y aroma le seducían, sin embargo nota algo.

—qué raro— murmuró César.

Finalmente tras haberse tomado todo el café, el tiempo pasaba mientras charlaban. Al cabo de un largo rato, César cayó sobre la mesa, tenía convulsiones y le brotaba espuma de la boca. Una vez que su cuerpo enfrió, Ente absorbió el cuerpo de César Rodríguez, alias "el doctor" con el mismo poder del heraldo de brillo púrpura.

...Continuará....

Más populares

Comments

becfran

becfran

.

2023-04-11

1

becfran

becfran

Noooo

2023-04-11

1

becfran

becfran

Ya lo dijo

2023-04-11

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play