El extraño sujeto, llega en el vehículo junto a los gemelos y el señor, amigo de los mismos. Ingresan al hogar y se sientan los cuatro en cada silla, llenando la pequeña mesa cuadrada de madera. La cual hace muchos años que no se volvía a llenar. Sobre ella, un periódico de hace un par de días el cual se podía leer: "La joven influencer y actriz, de 25 años de edad, Tamara Romina Báez. Ha sido hallada brutalmente asesinada y violada, tras su desaparición. En otras noticias, el equipo local de..." leyó disimuladamente aquel hombre, César se percató de aquel posible interés que parecía transformarse en angustia.
—¿entonces?— pregunta Mathias, mirando lentamente a cada quien, el desconocido carraspea la garganta.
—no poseo nombre alguno, no al menos uno que puedan pronunciar, y mi título no he de mencionar— contestó aquel sujeto.
—título ¿qué título?— interrumpe sospechando, Alexander, César observa detenidamente al sujeto.
—el que se me otorga por la divinidad que me creó— respondió seguidamente.
—¿quién te creó?— pregunta Mathias con dudas.
—no puedo decirles, estoy de incógnito, y el dato se les puede escapar, o alguien podría oírnos. ¿No saben de aquellos heraldos del espejismo, que pueden volverse invisibles? ¿O los del terror, que no se les pueden oír los pasos?— asegura el hombre haciendo que el ambiente se envuelva entre miedo y preguntas.
—Entonces ¿nos dirás de dónde venimos?— plantea Césae la interrogante, y pensativo se encuentra.
—¡Sí! Perdonen, ustedes son heraldos ferales, producto de un dios antiguo, según la leyenda. Lo están pisando ahora mismo—, dice con una leve sonrisa amable aquel ser.
—esto es de no creer...— comenta Alex un tanto molesto.
—¡¿y por qué ninguna deidad nos dijo nada?!— contesta enojado Mathias.
—Aquella divinidad es tan antigua que ni los dioses mayores conocen su idioma. Tampoco conoce el nuestro, ni el de ustedes— dice con calma
—¡qué conveniente!— responde Alex.
—buena suerte la nuestra— comenta Mathias.
—basta, chicos. ¿Qué eres?— pregunta el Doc. con una mirada acertiva mientras se acaricia la barbilla.
—una deidad menor, no poseo un cuerpo como el de ustedes, me manifiesto como me perciban— comenta con soltura el extraño.
—yo sólo veo a una loca que se cree una diosa, seguro sacó todo de internet— dice Mathias sobradamente.
—¿¡cuál mujer!?— responden al unísono César y Alexander.
—pueden llamarme como quieran— comenta el extraño para calmar el asunto.
—¡pelado! Así te voy a decir— rápidamente dice Alexander, a lo que César viendo una cabellera masculina en el desconocido, mira extrañado a los gemelos.
—Ente, y punto— impone el doctor sin que nadie lo objete. Con miedo y respeto asienten.
—Si conocen la leyenda de Fenrir, sabrán de quiénes se inspiraron, se volverán poderosos al comer la carne de otro heraldo. Siempre hay uno, pero en este caso compartiendo óvulo, son dos del mismo poder— afirma Ente con tranquilidad, su mirada le hace seña a César para hablar a solas.
—vayan ya mismo a entrenar— dice el dentista con total seriedad. Los gemelos se miran entre sí y salen.
—Esa es la clave para derrotar al heraldo de antes, deben comer más heraldos, y al final uno deberá comerse al otro— Ente comunica sin alevosía.
—¡¿pero qué es esa locura?!— responde enfadado César.
—¡ganar a cualquier costo! En la guerra se hacen sacrificios— dice con firmeza.
—lo pensaré, sólo no digas nada al respecto— responde el doctor al hombre extraño.
Un golpe seco hace retumbar la pared, salen afuera para comprobar lo qué sucedía. Alexander no paraba de derribar a su hermano, si antes estaban igualados, ahora las patadas de Alex eran totalmente injustas para Mathias. No sólo su velocidad y fuerza física, los reflejos también tuvieron un cambio, y Mathias no podía contrarrestar los golpes, fue humillante para él.
César aprovecha la distracción de la pelea para arremeter únicamente hacia Alexander, el poderoso estruendo en forma de onda expansiva plateada hace idea de la intensidad con la que el espíritu de la pantera cae al suelo sin esfuerzo, y nota su pecho rasgado con la forma de una garra lobuna.
—¡para!— grita desesperado César. La pelea finaliza a la inmediatez.
—¡perdona! ¡No sé lo que pasó!— responde alterado y con culpa, realmente preocupado, Alex.
—¡es el instinto! Deberían buscar otro sitio para esconderse, aquí el sujeto de antes nos puede encontrar— dice Ente.
—no es algo que se pueda hacer a la ligera ¿dónde iríamos, cómo comeríamos?— responde el herido en batalla, Mathias.
—¡deben cazar ya mismo más heraldos, no quedan muchas deidades mayores! Ya ven la fuerza que tiene el lobo negro por ello, lo justo sería que la pantera dé el golpe final— contesta con prisa el dios menor.
—¡¿y tú no piensas ayudar, qué poder tienes?!— pregunta Mathias.
—ninguno—, contesta Ente.
—¡vaya dios!— exclama Alex despectivamente.
—yo creo que si ganamos, deberíamos comernos a ese hijo de puta para tener más poder—, dice un tanto vengativo Mathias.
—con matarlo, es más que suficiente—, responde su hermano Alexander.
Al cabo de unas semanas buscando y entrenando, lograron dar con un par de heraldos, César los ejecutaba con su katana a los de azul marino. Casualmente en la calle, dieron con la única de luz dorada, la señora Eugenia, no se veían otros que no fueran esos, así que con pena sacrificaron a la mujer de cincuenta años. Lograron acumular cuatro asesinatos, hasta que notaron ser los últimos heraldos existentes, y tardaron cuatro días en desistir de la búsqueda.
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Comments
Nahuel Pérez ♾️
Hay segundo libro desde antes de empezar el primero 🤭
2023-04-09
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Libna Omara
ms pregunto cómo terminará esto, mejor que no termine XD
2023-04-09
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