CELOS Y COLMILLOS

Parecía que las sábanas se acomodaran a la perfección con mi cuerpo, es una noche que jamás olvidaré, como sus brazos firmes se aferran a mis caderas evitando que escape, como su voz de estrella juega en susurros estremecedores.

—Jules… No tienes mucho tiempo y será mejor para ti verte en casa… No soporto compartir el mismo aire de otro hombre al lado tuyo.

Tira de mí, dando un mordisco a un costado de mi espalda —Christopher…

—¿Por qué me amas Jules? —Asustada volteo encontrando sus ojos divertidos ante mi angustia —No te convengo… Pero aun así, no dudas en correr hacía a mí.

—Eres diferente…

Sus ojos no se desvían de los míos —¿Lo soy?

Asiento y su respuesta retumba en una carcajada —Nunca me harías daño, sé que no te importo, pero no eres un asesino…

Christopher ladea su rostro paseando sus manos en los mechones oscuros que invaden su frente —¿Qué sugieres para empezar? —Menciona sujetando mis manos mientras se posiciona encima de mí —Tal vez apoderarme de ti en tanto consumo ese ingenuo corazón.

—¡No Christopher! —Agito mis manos y mi cuerpo negándome a ver aquellos ojos de cristal transformarse en un rojo intenso, inquieta agito las manos que me someten y rasguñan los brazos dolorosamente ¡Va a matarme! Siento su aliento frío acumularse en mi pecho, su saliva resbala con el alzar de sus fauces, un penetrante rugido es sacudido de su cuerpo como una declaración de muerte —¡No por favor!

Grito alterada hasta tropezarme con un nudo de sábanas y almohadas cubriendo mi caída al suelo, era una pesadilla… Encontrando como único escenario la habitación de Charles, mi corazón está agitado y noto que la responsable de esos rasguños suaves sobre mis manos fueron mis propias uñas ¿Todo empeorará? No creo ser capaz de verlo a los ojos, el miedo se expande como el odio. ¡No lo amo!

—Despertaste —Menciona Adeline, la cual había entrado desde temprano acompañada de su laptop —Charles fue por los resultados del análisis de ADN.

—¿Tan pronto?

—Será mejor resolverlo cuanto antes, si el cabello de Christopher es compatible con las heridas tendremos una prueba sobre la existencia de los lycanes en el mundo actual.

Me levanto algo frustrada —Es claro que el no fue el responsable de mi lesión.

—Es por eso qué Charles llevó tu ropa de ayer al laboratorio —Cabizbaja Adeline suspira —Había rastros de pelaje, uno completamente blanco y otro gris oscuro.

—¡Adeline me niego a entregar los resultados al Tribunal! ¿Acaso no lo sabes? Esto será una prueba más que suficiente para enjuiciar a Christopher por los asesinatos.

—¡Lo sé! La sola idea de verlo así me mata mucho más que a ti…

—El no es el culpable… —Apresurada me pongo un abrigo largo saliendo del hotel enseguida.

¡Un Psicópata no defendería a una persona! Salgo con los gritos de Adeline como fondo, Al bajar los escalones tropiezo con Hannah ¡Faltaba menos! Escondo mi rastro para escabullirme, más sus largas uñas de estilistas costosos jalan mi abrigo hasta atrás.

—Con que aquí estabas… —Menciona altivamente sin compañía de ningún guardaespaldas —¿No es muy zorra de tu parte venir a un hotel sin tu esposo?

Me levanto ignorando su comentario, aunque no basta porque vuelve a tumbarme al suelo —¡No piensas responder! ¡¿Sabes lo preocupado que estaba Christopher al no verte en casa?! Realmente eres una bruja barata.

—¡¿Christopher volvió?! —Grito incrédula —Es imposible… Yo lo vi…

—Ahórrate tus excusas, no eres digna de él ¿Qué pensaría de ti al verte aquí con otro hombre?

—¡¿Qué?! Tienes prueba sobre lo que dices o sólo sigues resentida porque te rechazo.

—¿Yo resentida? —Hannah mueve su bolso de un golpe a mi rostro —Cuídate la espalda… Porque un hombre como Christopher no se queda mucho tiempo en la vida de una sola mujer.

¡Carajo! En verdad odio no poder golpear ni un poco a esta tipa, me levanto y resoplo sintiendo una pequeña gota de sangre en mi labio —Ese es mi problema.

Corro al estacionamiento ¡Si Charles entrega esas pruebas será el fin de Christopher! ¡¿Dónde está mi auto?! Camino rápidamente por los números del lugar sin éxito, no era yo quien manejaba anoche… ¡Vamos!

—¿Jules?

¡Esa voz! Freno enseguida —¡¿Christopher?!

Una sombra sale de un auto negro, ahí estaba él… Su mismo cuerpo humano, su misma posición de superioridad al verte —¿Qué haces aquí Jules? ¿Es este tu hogar?

—Oye no es lo que piensas, yo… —Sus manos me alejan en cuanto intento acercarme —¿Hannah te trajo hasta aquí?

—Tenemos un contrato —Determina molesto llevando su mano hasta el cabello —¿Soy fácil para ti? Tomas mi carrera como un juego.

—¡No estuve con nadie más! Tú… —Imposible hablar su mirada es severa, tanto que apenas soy capaz de sostenerla —Tú fuiste quien se marchó todo el día ¡No volviste en toda la noche!

—Jules yo volví en la noche y tú eras quien no estaba…

Niego repetidamente con mi cabeza ¡¿Por qué miente?! ¡Yo lo vi en el bosque! ¡Sé todo! —¿Realmente llegaste en la noche?

Él suspira y me levanta en su espalda hasta adentrarme al auto, en cuanto cierra la puerta los seguros de la misma se activan ¡¿Qué pretende?! —¡Bájame enseguida!

Sin escucharme andamos camino a la mansión del ricachón que acostumbra, digo... Me encantan los lujos, pero más cuando son míos. La tensión entre ambos se acumula, sujeta el volante con una mano y la otra en su pierna, veo que no quita su vista del camino casi que por orgullo ¡¿Y qué importa si pase la noche con otro hombre?! ¡No le gusto y saca la excusa del contrato para fastidiarme!

¡Soy yo quien debo estar molesta! Sin embargo, no sé por qué deseo que voltee a verme, que sonría o haga una broma típica que exagere su humor como de costumbre, no tengo idea de porque busco su aprobación.

Veo sus manos y algo me atrae a ellas... Quiero que me acaricie...

—Lo siento Christopher, debí haberme quedado en casa.

Él mantiene una expresión fría y apenas determina mi disculpa —Es muy tarde para eso.

—No pase la noche con ningún hombre.

—Basta no quiero escucharlo.

—¡Pero es cierto!

Molesto tensiona su mandíbula por un gruñido corto, ¡Esto es más difícil con el síndrome! Siento aún más atracción, solo deseo conseguir su atención, mis labios se secan ¡Debo ver el paisaje!

¡Por qué me metí con un hombre en su coche! Todos mis sentidos están alterados, su fragancia es fría, sus gestos también, parece un témpano de hielo.

Aunque esto hace que quiera derretirlo, era tan lindo... Más una noticia así le proporciona un cero interés sobre mí.

Al llegar a la casa siento un aura de chispas, Christopher no espera mucho para abrir mi puerta y levantarme en su espalda nuevamente, le hubiera dicho que me bajara como antes, pero este síndrome empieza a envolverme en un torbellino de codicia.

—Pagarás la cláusula —Reprocha Christopher llevándome hasta su habitación.

¡No puede ser! Si llego a responder, sería mucho peor, no quiero ser insinuosa con él y más por ¡Culpa de este maldito síndrome!

—¿No piensas responder? —Pregunta sarcástico hasta que una de sus manos golpea mi glúteo.

Me tira a la cama y cierro los ojos enseguida ¡Es demasiado atractivo!

El gruñe y se acerca aún más a mi rostro —Deberías defenderte... Es tu última oportunidad.

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