ES HORA

Esto es cada vez peor… La noticia cae sobre mí como un baldado de agua fría, corremos a la escena del homicidio y mis dudas llegan al límite, de confirmarse sus características con las otras chicas asesinadas, ya no podría pasar por alto una posible autoría de Christopher en estos casos.

Al llegar notamos el área cerrada por las autoridades de Roma, los oficiales toman fotografías para después confirmar el cadáver de la víctima con los anteriores asesinatos…

—Debemos hacer guardia —Respondo a mis dos compañeros —Hay una evidencia en todo esto, el asesino suele ser muy metódico con las muertes.

—¿A qué se refiere Jefa? —Pregunta Adeline.

—Todos los cadáveres fueron encontrados en la misma posición y no solo eso, los asesinatos transcurrieron sin falta en la noche, para ser más exacta, diría que asedia a sus víctimas entre las nueve y diez de la noche para luego acabar con ellas entre 10 y las 11 pm.

Ambos me observan perturbados, sin embargo, ya estoy acostumbrada este tipo de miradas —Síganme, tengo que comentarles algo.

Subimos nuevamente a mi habitación, de igual forma Charles ya obtenido toda la información proporcionada por la web fiscal privada de Roma, amablemente los invito a sentarse —¿Quieren te?

—¡Jefa! —Exclama a la vez —¿Qué tan grave es?

—No es normal que nos ofrezca algo de beber… —Repone Adeline ¿En serio soy así de grosera? Tonterías no hay tiempo para eso.

—Yo acepté la propuesta de Christopher.

Al decirlo a mi amiga se le cae la mandíbula en un Shock total y, por el contrario, percibo una amarga rudeza en los iris de Charle —¡Imposible! ¿Cómo puede casarse con alguien a quien no ama solo para investigarlo?

—Charles…

—¡Es inadmisible! —Grita con más rabia de lo que pensé con esto —¿Ha perdido el poco espectro de emociones que le quedaban? Sabe siquiera lo que se le viene encima.

Adeline salta con brillo en sus ojos —¡Montañas de dinero, noches de sexo exquisito, joyas, oro y ropa lujosa!

—¡No tonta! —Pregona Charles dando un rebistazo en la cabeza de Adeline —Jefa no puede hacerlo.

—Eso no te concierne —Respondo a mi compañero –Si ha de servir para descubrir al maldito psicópata que está causando esto bajo un disfraz estúpido de hombre lobo lo haré.

—Pero…

—No hay objeciones, además… No soy tan poco ética como crees —Correspondo a él que incapaz de manejarse camina por la sala —Christopher necesita una esposa falsa para beneficiarse, así que su propuesta no está basada en el romance.

—¡¿Y estás de acuerdo con todo esto?! —Cuestiona con un enfado irreconocible, no lo entiendo —No puedo apoyarla, no es posible ¿Sabe cuánto la admiro?

Volteo al rostro de Adeline que está con la mirada perdida y una enorme sonrisa —Adeline, déjanos solos.

Ella se marcha dando círculos de alegría aumentando el mal genio en Charles, al cerrar la puerta podemos estar solos, decido acercarme y el enseguida cierra su mano con fuerza, lo conozco… Se esta conteniendo, respiro profundamente y tomo la palabra —Hace muchos años empezamos la agencia, nunca me habías contrariado, es más… Siempre me animabas con los riegos, incluso antes de venir aquí.

—¡No nos dijeron que debía casarse! Aún no lo entiende ¡¿Por qué para estas circunstancias suele ser tan ciega?!

—¡Charles! —Grito en cuanto se aleja rápidamente cerrando de un golpe la puerta, no puedo permitir que se vaya, sin el…

Lo sigo enseguida hasta llegar a su puerta —¡Abre la puerta ahora! —No recibo respuesta de su parte…

—Ya lo entiendo… ¿Es tu salario cierto? ¡Pídeme el aumento y ya! Vamos no tienes que hacer esto ¡¿Tanto deseabas renunciar?! —Golpeó seguidamente su puerta y me detengo al escuchar un sollozo ¿Charles esta llorando?

¿Por qué? ¡¿Ahora que hiciste boba?! ¡Piensa carajo!

Jamás me imaginé escuchar un sollozo de su parte, después de unos minutos sentada a las afueras de su puerta me resigno esperando una aceptación de mi compañero —Lo siento Charles… Sea lo que sea, siento mucho haberlo hecho.

Me levanto segura de no recibir nada más de esta renuncia, mis pasos se aproximan a mi habitación, sin embargo unos brazos se extiende por detrás hacia mi cuerpo reteniéndome —Prométalo…

¡Es Charles quien me abraza por detrás! Siento su respiración caer por mi cuello —¿A qué te refieres?

Sus brazos me agarran con más fuerza y a la vez una calidez extraña me sacude con su agarre —Prométame que jamás se enamorará de ese cantante, asegúreme que habrá frialdad y lejanía entre ambos.

¿Qué está diciendo? —Charles… No te entiendo.

—Solo… Prométalo y me quedaré.

Me separo para verlo de frente —Descuida yo no le gusto.

—No se trata de él, quiero escucharlo de usted —¡¿Por qué está tan sonrojado?! Puedo notar lo mucho que le incomoda mi sorpresa, así que trato de disimular mis gestos.

—Lo prometo, ya verás… En cuanto terminemos de esclarecer el caso, me divorciaré.

Al decirlo, el sacude sus manos y la alegría vuelve a inundar sus mismos ojos de siempre —¡Muy bien Jefa! ¡La veré mañana!

Y así sin más corre a su habitación casi con el mismo entusiasmo de Adeline por el compromiso, ¡Ay no! ¡¿Realmente me voy a casar?! Vamos… No te emociones por un contrato civil con buenas prestaciones, hasta puede ser que Christopher haya usado este tipo de técnicas antes para salvarse de un romance con alguien del medio.

Pasando la noche bajo mis sábanas, reprocho con desgane los gritos de Charles y Adeline;

—¡Jefaaaaaa!

—¿Por qué tanto alboroto? —Reniego a mis compañeros que sacuden con golpes la puerta de mi habitación, me muevo sin entusiasmo a otro lado de mi cama —Váyanse a dormir.

—¿Qué sucede Jefa? ¡Ya son las 10 de la mañana! —Exclama Adeline —No alcanzaremos a llegar a la agencia antes de que mi hermosísimo Christopher termine sus clases de canto.

¡Las 10 qué! Hago caso omiso escondiendo mi rostro entre las almohadas, sé que debo ser sensata y firme con mis decisiones en el caso… Pero yo… Nunca he tenido una relación amorosa, mucho menos me he casado o siquiera la idea se me ha pasado por la cabeza, mi corazón no para de latir con rapidez al escuchar la noticia ¡¿Por qué tuve que comprometerme con un hombre tan ridículamente guapo?! No creo ser capaz ni de sostenerle la mirada…

—¡Jefa abra esa puerta de una vez o la tumbaré de una patada! —Grita Adeline iracunda —¿Se arrepiente entonces? Tal vez yo pueda tomar su lugar si no le molesta.

En cuanto lo dice escucho el golpe del periódico de Charles colisionando la cabeza de mi compañera —Ya quisieras tonta, Jefa salga por favor… Ya que es usted contaré hasta 10 porque respeto su privacidad.

—¡Hasta 10! Desgraciados —Reniego entre un soplido tomando el primer pantalón, blusa y zapatos que crucen mi camino hasta la puerta —¡Estoy lista!

Ambos me observan de arriba hacia abajo —Jefa, dígame… ¿Cuál era la razón por la que Christopher decidió escogerla?

—¿Eh?

Adeline me empujan devuelta a la habitación indignada —¿Lo hace a propósito? Está horrenda.

—Que directa…

—Vamos yo seleccionare su atuendo y ni se le ocurra saltarse el baño, que vergüenza que un esplendoroso Dios, príncipe, inmaculado vea semejante estropajo.

Y de la misma manera partimos hasta la agencia, sintiendo como mis pechos sobresalían a causa de un corte en corset, mi cuello estaba inquieto por el collar, mis piernas temblaban y mi nariz estaba roja con tanto perfume revoloteando el auto, que espanto… Charles a penas era capaz de observarme sin caer su mirada por el escote, además está trenza de corona es demasiado ostentosa. ¡Me quiero morir!

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