Catorce

ANNE

Caminé lentamente y con dificultad hacia donde se encontraban los chicos, Luca me escaneo por una milésima de segundos para después chasquear la lengua. Me senté a su lado en el gran sofá de terciopelo rojo. Estaba bien bonito. Lamí mis labios por la sequedad que yacía en ellos, crucé mis piernas y le di un sorbo a mi humilde cerveza. Escuché como ellos mantenían una conversación bastante animada de la cual yo no quería formar parte, ya que me quedé observando a Luca de reojo. Se veía bastante llamativo con ese traje color azul, sus pestañas largas se hacían presentes en esos profundos ojos color miel, dándole paso a su mandíbula marcada, sus labios rosados y bastante gruesos. Su cabello era rizado tirando para ondulado y sin hablar de la peca que va justo encima de su labio, me quedé embobada por unos largos minutos, pero terminé carraspeando y mirando hacia otro lugar. Era inevitable que mis pensamientos no viajaran al día en el que me pidió que fingiera ser su novia, para tiempo después casarnos, según él, se había esforzado demasiado en esta empresa como para perder todo. En ese momento sentí que me ponía contra la espada y la pared. Sabía lo de mi madre, lo cuan enferma ella estaba y me chantajeo emocionalmente para así, aceptar su peligrosa propuesta. Estaba hundida en mis pensamientos y no me di cuenta de que me estaban hablando.

-Anne. ¿Te pasa algo?-Preguntó un Bruno un tanto preocupado.

No le discuto que estuviera así, me perdí totalmente con mi cabeza. Pensé por un momento que el alcohol me estaba jugando una mala pasada. Pero borré todo tipo de pensamiento y me lancé sin vergüenza a contestar.

-No, por supuesto que no. Todo está bien.-Respondí amablemente. Sentí la mirada de Luca encima de mí. Yo, por lo tanto, disimulé que no me di cuenta, no tenía ganas de que supiera lo que rondaba en mi cabeza y con unas cervezas de más encima.

-¿Entonces, tienen fecha ya para la grandiosa boda?-Preguntó Víctor entusiasmado.-Ojalá tenga una fuente de chocolate.-Susurró más para sí mismo que para alguno de nosotros.

Yo reí ante su comentario tan inocente.

-Estás obsesionado con el chocolate, hombre.-Le respondió Bruno con un ápice de gracia en su cara.

Víctor se ruborizó por unos segundos y se mantuvo callado, pensativo. De seguro que estaría pensando en la fuente, reí en mi mente.

-La boda está planeada para dentro de menos de un mes.-Respondió al fin el susodicho que se encontraba a mi lado, sin ápice de ilusión en su voz. Sentí una punzada dolorosa en mi pecho, pero la aparté enseguida como pude.

-¿Cómo te sientes al respecto, Anne?-Preguntó Ethan con una sonrisa.

Toda la atención recayó en mí, así que puse mi mejor versión y me animé a contestar.

-Bastante nerviosa a decir verdad, pero sé que es la opción correcta.-Admití con toda la sinceridad del mundo. Todos los presentes callaron por unos segundos, incluso vi como Luca abría los ojos sorprendido.

-¿Opción correcta? No te entiendo, Anne.-Pregunto Ethan riéndose nerviosamente.

Por lo tanto, Bruno, intentó salvarme el pellejo en este momento, ya que mi boca no podía ser más sincera por culpa del alcohol.

-Ella quería decir elección, porque está enamorada de Luca. ¿Verdad, Anne?- Se reía con mucha exageración Bruno.-¡Por el amor de dios, no le den más cerveza! Seguro que es mala y eso hace que se confunda.-Exclamó el rubio a uno de los camareros que se encontraban al lado de él sirviéndole otra copa. Torcí una sonrisa de medio lado y me fijé que Luca tenía los puños severamente apretados. Estaba enfadado ante mi respuesta, lo sabía con certidumbre, todo rastro de miedo que mantenía en mi cuerpo, se hizo valentía. Opción. ¿Acaso no era una opción? Él salvaría a mi mamá y yo a su empresa. Perdí toda la maldita dignidad que me quedaba al aceptar su estúpido contrato. Por la forma en la que contestó Bruno me di cuenta de que él sabía algo de este tema, bueno, mejor dicho de nuestro tema. Chiné los ojos en su dirección y reí falsamente.

-Sí, la cerveza se nota que es de la mala. ¡Una pena!-Hice un puchero. Él abrió mucho los ojos un tal sorprendido e iba a hablar de nuevo, pero me levanté de ahí y fui dirección a la calle. Podría engañar a la gente que quisiera, pero jamás me podría engañar a mí misma. Inhale aire una vez que estuve fuera y me apoyé en la pared. Quería irme, estaba estresada y no pensaba con claridad. Sentía que me picaba la lengua y quería soltar al maldito mundo, que el hombre que yacía adentro llamándose «prometido» me chantajeaba para así obtener lo que él deseaba sin importar los malditos sentimientos del mundo.

Vi como alguien salió y para mi mala suerte era él. Luca Bonatti.

Se plantó delante de mí con todo el descaro que tenía e hizo una mueca de disgusto mirándome.

-¿Qué diablos te crees que haces, Anne?-Preguntó totalmente enfadado, su semblante cambió a uno más sombrío.

-No sé a qué te refieres, Bonatti.

-¿Opción, en serio Anne?

Rodé los ojos irritada ante su comportamiento tan inmaduro, solo se enfadaba por puras tonterías y me costaba comprenderlo.

-Simplemente me equivoqué. No hay que hacer un drama por eso.

Él está exasperado por mi respuesta. Comenzó a moverse de un lado a otro y me gritó.

-¿Piensas que estamos para cometer un maldito fallo justo ahora?

Lo miré atentamente y siguiéndolo con la mirada.

-¡No somos malditos robots, imbécil! Las personas humanas cometemos errores, no somos perfectas como tú.-Respondí acusándolo con la mirada y perdiéndome de su vista. No tenía por qué aguantar estas tonterías de crío pequeño e inmaduro.

Sentí como él me jalaba del brazo molesto y arrastraba de mi camino hacia el coche.

-¡Que me sueltes, joder!

Eso solo hacía que su ira aumentara y de por sí aumentara la presión en mi brazo. Le pegué en el brazo un sinfín de veces, para ver si así conseguía que él me soltara, pero no, no me soltaba el muy cabrón.

De pronto sentí como él me estampó con la parte de atrás del coche y eso causó una punzada de dolor en mi espalda. Me dejó sin respiración por un par de segundos, hasta que volvió a la normalidad de nuevo.

-Te juro que lo estoy intentando. Pero cada vez pienso más en matarte y enterrarte en el maldito jardín.-Dijo con un tono de amenaza mientras me soltaba y me dejaba libre. Sentí mis ojos aguarse. Sentía el dolor en cada poro de mi piel, e incluso sentía como latía frenéticamente mi corazón a causa del miedo que me causaba aquel hombre.

-¡Sube de una maldita vez!

Su tono tosco hizo que reaccionara y me subiera sin rechistar en el coche. Conducía Luca en completo silencio, sin rechistar ni una palabra, mi mente solo vagaba en lo que me había insinuado minutos atrás. ¿De verdad quería matarme? ¿y enterrarme en el jardín? Puse cara de horror ante esos pensamientos inhumanos, por su parte.

Después de una larga espera en coche, llegamos a casa y subí a la habitación sin siquiera mirarlo.

No podía después de lo que había pasado hace tan solo unas horas. La soledad abunda en lo más profundo de mi corazón. Anhelaba un abrazo de mamá. De esos que te dan las madres y sabes, a ciencia cierta, que esa es la cura para todos los males. Pero me sentía completamente sola y hundida. No sabía bien como manejar esta situación ni que hacer, tampoco es como si tuviera más opciones, no las hay. Lloro en silencio en la cama, por suerte para mí, no tardo en conciliar el sueño.

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Comments

Jo6458

Jo6458

me está gustando mucho, felicidades 👏

2023-03-13

0

En254

En254

que bipolar, a la vez me gusta y por otra parte lo odio. pobre anne 🥱

2023-03-13

0

Lira Adams

Lira Adams

hasta a mí me dolió el estrellon... que carácter pobre chica

2023-03-13

1

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