...Luca...
Miro fijamente a la mujer desdeñosa que está enfrente de mí. Ha sido poco cortés de su parte decir algo así. Tiro del Wiski y lo arrastro hacia ella en una señal de que no lo acepto. Ella me fija su vista en el vaso y después en mí. Arruga sus labios carmín.
-¿No te han enseñado modales?-Pregunta cruzándose de brazos.
La verdad es que sí me habían enseñado modales y desde bien pequeño. Pero no pensaba coger un trago de una extraña. Seguro que sabe quién soy y quiere envenarme o quién sabe que.
-¿Y a ti a no invitar a extraños?-Contrataco en un gruñido. Ella se enfurece más, así que todo pasa muy rápido y de un momento a otro me estampa el licor en la cara. Me grita cuatro cosas y se va hacía la mesa en la que estaba para recoger sus cosas y irse.
Maldigo en mi interior y me levanto apresurado para ir detrás de ella.
¿Cómo se atreve a tirarme el licor en la cara? y más manchando este traje nuevo de colección que ha costado miles de dólares. Intento calmarme internamente y la veo pasar la calle. A lo que la sigo bastante enfurecido y cuando se da cuenta de que la sigo se echa a correr por toda la calle. Gruño molesto y lo dejo pasar. Maldita loca.
Me voy hacia el coche para dirigirme a casa. Una vez que llegó a casa lo que me recibe en el mueble del recibidor son los papeles que Bruno me entregó horas más tarde.
Río irónico y me saco el traje para enfundarme en una buena ducha. Eso me calmara.
*******
Despierto por el sonoro ruido de la alarma, eso significa que son las 7:00 de la mañana y que debo ir a trabajar otro día más. Suelto un quejido por la espalda ya que he dormido mal y me apresuro en arreglarme. Voy hacía la empresa y una vez que estoy allí Bruno entra en mi campo de visión, tuerzo la boca con mal gusto. No tengo ganas de que empiece a calentarme la cabeza ahora. Es agotador.
-He llamado yo por ti.
Esas cuatro únicas palabras hace que me detenga en seco. ¿Qué diablos?
Me giro hacia él lentamente.
-¿Por qué coño has hecho algo así? ¿Y sin mi consentimiento?-Digo enfurecido.
Él le resta importancia con la mano. Y me hace que pase dentro de la oficina para seguir hablando del tema.
-Porque sabía que no lo harías, Luca. Y necesitas hacerlo o perdemos todo.-Aclara tanjante.
Ruedo los ojos molesto.
-Esta tarde vendrá a verte aquí, tranquilamente. Y hablareis. Ya que por la tarde solo te quedas tú nada más y nadie os verá.-Dice enumerando el plan como si fuera lo más perfecto.
Suelto un suspiro pesado ante él.
-No me puedo creer que hayas hecho eso, Bruno. Te dije que no necesitaba algo así.
-Ya yo te digo que sí que lo necesitas. Y punto pelota. Sé amable.-Dice palmeando mi espalda antes de marcharse.
Escucho como mi teléfono suena y descuelgo la llamada. Es papá.
-¿Qué pasa ahora, papá?
+Hijo, ya te llamé la otra vez. Quiero que vengas a casa y me presentes a tu novia. Mamá se alegrará mucho de eso.
-Ya te he dicho que ella ahora está ocupada y no tiene demasiado tiempo.
+Luca Bonatti. ¿No me estarás mintiendo de nuevo?
Suelto un suspiro cansado y me llevo la mano a la cara.
-No, papá. Ella es una chica ocupada y no puede ahora mismo viajar.
+Entonces iremos nosotros para este fin de semana.
Siento que la boca se me cae al piso.
-Papá, no hace falta...
+¿Cómo que no? Claro que sí, iremos mamá y yo. Así nos quedaremos más tranquilos. Cuidate.
Y cuelga el teléfono. Suelto un grito al cielo por salirme todo estúpidamente mal.
Pasa la mañana tranquilamente y la media tarde. Miro el reloj y marcan casi las 18:00 horas. Escucho unos leves toques en la puerta y hago un sonido de aceptación para que pase. Es mi secretaria, Lina.
Sonríe gentilmente y se aclara la garganta;
-Una mujer ha venido a verle con urgencia. ¿La hago pasar, señor?-Dice tranquilamente.
Hago un asentimiento con la cabeza y se marcha. Supongo que ya está aquí esa mujer tan famosa de internet. Suelto un gruñido tosco y me enderezo sobre mí asiento.
Escucho como hablan entre las dos afuera, seguro que Lina le está diciendo de la poca paciencia que padezco. O advirtiéndole de cualquier tipo de cosa hacia mí.
Veo a la mujer entrar, se hace acto de presencia su pelo moreno caído en hondas y arrugo el ceño ante su presencia.
Me mira a los ojos y se le abre la boca exageramente.
¿Qué diablos?
La mujer de ayer que me tiró el licor encima y que está putamente loca.
-Vete.
Es la única palabra que expreso con gentilidad y paciencia. Ella arruga el entrecejo hacia a mí. Va a hablar pero de pronto las palabras no salen. Se queda estática en el sitio y yo martireo mis dedos sobre la mesa de cristal impaciente.
-¡Joder, que te vayas!
Ella pega un salto en el sitio y vuelve a mirarme.
Arruga la boca en una línea y camina directa a mí. Siento como me tiembla el ojo de la impotencia que siento.
¿Cómo se atreve?
Me levanto de mi sitio y me paro delante de ella. Siento su respiración irregular, traga en seco y después comienza a hablar como psicópata.
-Primero que nada, disculpe por lo de ayer. Segundo estoy aquí por el motivito del trabajo.-Comienza a reírse vagamente.-Ya sabes.., el de novia por...¡Alquiler!-Dice como si fuera su gran obra maestra. La miro serio desde arriba, ya que le saco dos cabezas. Y niego con la cabeza lentamente.
-Tienes la osadía de de tirarme el licor ayer y irte sin disculparte. Y ahora te presentas aquí, porque según tú eres una novia de alquiler.-Digo repitiendo las palabras tranquilamente.
Ella alza la cabeza hacia a mí y no deja de observarme.
-Sé que me pasé anoche. Lo sé. Lo siento por eso, pero de verdad que necesito este puesto de trabajo más que nunca. Creo que es el único en el que me pagarán algo extra.-Dice nerviosa mientras mueve sus dedos de un sitio a otro.
Inflo mi pecho hastiadamente y me coloco de nuevo en mi sitio alejándome de ella. Me siento en el escritorio y le hago un ademán para que tome asiento. Ella se dirige ahí y se sienta nerviosa.
-¿Cuánta experiencia tienes?-Pregunto mientras cojo un papel y bolígrafo.
Al ver que ella no contesta levanto la vista de mi sitio.
-Bastante para ser tu novia.-Dice riéndose.-Tengo la celosa, la super enamorada, la perfecta y la ordinaria. Puedes crearme según tú quieras. Y modificarme. Así como un robot...-Enumera tranquilamente- Pero en una persona.-Suelta risueña.
Hago una mueca al ver todo lo que dice. Seguro que no sabrá ni cómo comportarse. Sólo hay que verla como viene para una presentación.
-De acuerdo. Tu nombre.
-Anne Jones.
Apunto en el papel todo lo que me va dictando.
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