Seis

...LUCA...

Sabía que yo no podía enamorarme de nadie. No desde aquella vez que dejé todo por aquella mujer. Esa mujer que me rompió y me hundió en la mismísima miseria. Le di mi confianza, mi cariño y mi amor. Y me la pagó yéndose con mi socio. Y para colmo decirme que esperaban un hijo. Me tiré con aquella mujer 5 años. Aún me pregunto: ¿Cuánto tiempo me tiré engañado? Suelto esas ideas por un momento y aprieto los puños fuertemente. Intento tranquilizarme y mirar a la mujer que tengo delante. Esta despeinada, con el remel corrido por el lado derecho y encima le falta un pendiente. Esto es absurdo y una perdida de tiempo. ¿Qué diablos estoy haciendo?

Todo es un desastre.

-Bien, para mañana podrías empezar a preparar tus cosas. Vivo a las afueras de aquí, tampoco está demasiado lejos. Unos diez minutos exactamente.-Digo pacíficamente mientras veo que me entrega el contrato firmado. No ha parado de temblarle la mano hasta ahora. Ella me sonríe severamente y asiente. ¿Y ahora por qué demonios sonríe? Ugh.

Veo como se pone de pie y cambia de humor drásticamente. Esta como una puta cabra.

-¿Me invitas a cenar?

Se me abre la boca ligeramente ante su pregunta.

-¿Por qué debería hacer eso?-Pregunto de la misma manera mientras me levanto y ordeno mi maletín.

-Para conocernos mejor. Ya sabes, vamos a pasar un año juntos y creo que deberíamos saber todo de ambos.-Reponde mientras mira por los grandes ventanales. Punto a su favor. Pero paso de ir con ella a ningún sitio. Me inventaré alguna excusa.

-No puedo ir a cenar. Tengo otros compromisos importantes hoy.

Veo como su cara cambia radicalmente a una decepcionada pero se recupera pronto. Arqueo la cejas molesto.

-Solo te robaré media hora de tu tiempo. Si no es nada.-Me hace un puchero con la boca. Hago una mueca de desagrado.

-He dicho que no. Ahora vete, ya te buscaré mañana para ir a por tus cosas.

Me sonríe dulcemente y me saca el dedo corazón antes de irse y pegar un portazo.

Será hija de puta...

me cojo el puente de la nariz para intentar controlar mi ataque de enfado, y poco a poco voy calmandome.

Voy hacía mi coche para ir directo al bar con Bruno, ya que habíamos quedado a cenar y para tomar algo. Así también le cuento cómo ha ido todo con Anne. Mientras conduzco hacia allá, no puedo evitar en pensar en la marca que tenía en el cuello. Seguramente se lo hice yo ayer. No me siento orgulloso, pero es algo que no puedo controlar cuando me da. Siempre está sonriendo a todo y haciendo preguntas estúpidas. Yo no sé si podré aguantar así un año. La primera vez que la vi en ese bar pensé que quería coquetearme por quién era, pero ahora sé que no sabe quién soy aún. Me fijé en su pelo moreno y despeinado. Cómo iba aquella noche, en su ojos azules turquesa y sobre todo en las pecas que se le notaban al estar roja por la bebida. Cualquier hombre diría que es preciosa, y no lo dudo. Mala suerte de que esté como una cabra y sea desiquilibrada.

Entro en el bar y visualizo a Bruno a dos mesas. Me siento frente a él y me sonríe con descaro.

-Venga, cuéntame. ¿Cómo ha ido?-Pregunta como un niño ansioso. Bufo molesto ante su actitud.

-Ha aceptado. Era de esperar. No tiene donde caerse muerta.

Bebo un trago de la cerveza que me acaba de traer el camarero y veo como Bruno hace un gesto de desagrado por mi comentario tan vulgar.

-¿Qué has hecho para que acepte?

Me intento hacer el inocente ante su pregunta.

-Nada, solamente la convencí con mi lado seductor.

El se ríe a carcajadas. Frunzo el ceño porque no entiendo porque se está riendo ahora.

-¿Desde cuándo tú eres seductor? No me lo trago. Cuéntame que cojones has hecho.-Me dice seriamente preocupado.

Hago un gesto de molestia con la boca. Sabía que no sería fácil engañarlo, pero no que me atraparía tan pronto.

-La soborné.

Veo como se le abre ligeramente la boca y cambia todas las facciones a una de enfado.

-¿Cómo?-Pregunta.

-Digamos que leí su historial. Cómo los médicos. Tiene a su madre enferma de un cáncer.

-Luca, eso estuvo horrible. ¿Cómo has hecho tal cosa?-Dice negando con la cabeza y poniéndose la palma en la frente.

Me encojo de hombros y le pegó otro trago a la cerveza.

-Necesitaba saber con quién cojones me voy a casar. No sabía nada de ella. ¿Quieres que me case con una extraña?

-Sigue siendo una extraña, Luca.

-Pero ya sé que no es una violadores, ladrona o yo que sé. No me fío aún de ella.

-Amigo, estás paranoico.-Comenta riéndose mientras come de su comida. Seguimos hablando de temas triviales, hasta que llega la hora de irnos y nos despedimos. Bruno solo quería que yo me sintiera culpable. Pero tengo que saber con qué mujer me caso y si es una cazafortunas o qué es. Y aún así no estoy seguro aún.

Llego a casa y me meto en la ducha. Para después dormir hasta mañana.

********

Bebo tranquilamente de mi taza de café en mi oficina esperando que sea las 13:00h. Para así poder ir a por Anne y que recoja sus cosas. En la mañana le mandé un mensaje el cual no fue correspondido, ya que ni si quiera me ha mandado un miserable emoji ni nada. Suspiro pesadamente y una vez que se hace la hora me despido de todos. Voy hacía mi auto y conduzco hasta donde ella vive. Es un barrio pobre, no hay cosas lujosas ni nada. Y su casa es más de lo mismo. Además dicen que este barrio es muy malo por la noche. Bajo y comienzo a subir a la segunda planta. Toco la puerta. Nadie abre. Vuelvo a tocar. Nada. 1, 2, 3, 4...Nada. Me molesto más porque no me abra la puerta. Voy a volver a tocar la puerta cuando la escucho detrás mía.

-Oh, hola.-Dice sonriente.- Había salido a comprar comida para Misifu.

Pasa por mi lado y abre la puerta. Me mira de arriba abajo y me invita a entrar. Entro después de ella y me quedo observándola. Lleva una trenza mal hecha, un vestido de flores y unas botas. La moda de los 50 le llamaban.

-Misiiiiifuuuu, ¿Dónde estás? Traje tu comidita.

Ruedo los ojos molesto.

Veo como le pone en el plato la comida a su gato. Y él va detrás de ella meneando su cola.

-Perdón, no tuve tiempo de preparar nada. Estuve ocupada anoche.-Suelta en un suspiro hasta llegar a mí.

Veo las notables ojeras que hay debajo de sus ojos. Hoy no lleva maquillaje. Hoy está natural, y se le ven más sus pecas de la cara.

-¿Quieres algo de comer o beber?-Pregunta mientras se va a otra habitación. Por lo cual la sigo esquivando chismajos que hay en el suelo.

-No.

-¿Siempre eres así de amable?- Pregunta mientras se bebe un refresco. Frunzo el ceño molesto ante su pregunta.

Se nota que la ironía y ella van de la mano.

-Sí, siempre soy así.

La observó suspirar y empezar a empacar cosas en las cajas. Podría ayudarla, pero no quiero. Cada uno a lo suyo. Tomo asiento en la pequeña mesa y espero a que ella termine.

Una vez que ella ha terminado después de dos horas, llamo al camión de mudanzas y le doy mi dirección a lo que ellos asienten. Cuando salimos de la casa está lloviendo a mares, intento no mirarla, ni hablarle ni nada con ella.

-Podrias por favor dejar de ignorarme.

-No te estoy ignorando.

-¿Ah, no? Yo diría que sí y un par de horas ya.

-No soy muy hablador.-Respondo molesto.

Veo como empieza a tocar la radio sin parar y a cambiar la emisora cada dos por tres. Cuando su mano va a cambiarla de nuevo la detengo con la mía.

-No la toques más.

Ella se suelta de mi agarre con un bufido y se cruza de brazos.

-¿Así vamos a estar un jodido año entero?

¿Cómo así...?

-Sí.-Respondo mientras veo que nos acercamos a casa.

-Da igual. ¿Sabes qué? No creo que vaya a soportar esto.- Dice abriendo la puerta del coche de golpe. Yo paro en seco no vaya que le dé por saltar, con lo loca que está ya me espero todo.

Se baja automáticamente y empieza a andar hacia delante debajo de la lluvia. Gruño molesto y le doy un golpe al volante para bajar detrás de ella.

-¡Maldita sea, Anne!

Empiezo a andar detrás de ella, pero ella sigue y no mira atrás. Siento la vena de mi cuello palpitar y como se me empieza a dificultar la respiración. Diablos con esta mujer.

Una vez que la alcanzo la cojo del brazo y le doy la vuelta. Veo como ella está perdida sin saber que hacer ni que rumbo tomar.

Se suelta de mi agarre de golpe y con asco.

-¡No me toques!

-Anne, te vas a enfermar. Hablamos ahora en casa, ¿Vale?-Digo intentando mantener la calma.

-¿Ahora te preocupas de si me enfermo o no? Maldito loco.-Responde acusandome con el dedo.

Joder, no puedo más. Me está hirviendo la sangre ya.

La cojo a la fuerza por el brazo y tironeo de ella de camino al coche. Escucho como ella gimotea algo que no se que es. Estoy fuera de sí otra vez. Estoy temblando.

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