ANDREA
El tiempo pasó con mucha rapidez, la semana se había ido y Miguel tenía la primera audiencia en los juzgados para ver la custodia de Elizabeth.
Estuvieron una hora metidos en la sala. Yo esperaba afuera. El primero en salir fue don Erasmo con una sonrisa en sus labios. Al ver esa sonrisa de victoria mi corazón se aceleraba y mis manos empezaron a helarse. Me puse de pie y me dirigí a la puerta de la sala.
Salió Miguel diez minutos después con una cara de preocupación. No sabía si preguntar lo que era evidente o quedarme callada.
— Vamos a casa de inmediato— dijo Miguel.
En el viaje íbamos los dos sin decir nada. El parecía que iba a llorar. Rompí el silencio.
— Miguel dime qué pasó en la audiencia.
—El juez le otorgó la custodia de Elizabeth mientras termina el proceso.
— ¿Qué? No puede ser.
En ese momento me sentí tan culpable. Empecé a llorar. Si tan solo me hubiese marchado en silencio esto no estuviese ocurriendo. Tapé mi cara con mis manos.
— No te preocupes, yo no voy a permitir que don Erasmo se lleve a Elizabeth. Esto es injusto— sus ojos se humedecieron.
— Es mi culpa.
Miguel guardó silencio.
Llegamos a la casa. Miguel fue directo al cuarto de Elizabeth. Ver cómo la abrazaba y no podía contener el llanto.
— ¿Papá porqué estás llorando?
— Te amo mi hija preciosa. Quería decirte esto.
Dejé que Miguel tuviera espacio con su hija. Me fui al cuarto a llorar.
Miguel entró. Él me abrazó.
— Según el juez mañana tengo que entregar a Eliza para que don Erasmo la tenga hasta que la audiencia dicte una sentencia pero no la voy a entregar. Don Erasmo no puede hacerme esto. Ella es mi hija, mi mayor tesoro— Miguel lloraba.
En la mañana don Erasmo estaba puntual a las 7 am en la casa. Venía junto con su abogado y un policía. Miguel bajó del cuarto a la sala.
— ¿Qué hace aquí? No voy a darle mi hija a usted. Esto que está haciendo no se lo voy a perdonar nunca.
— Vengo por mi nieta. Ya sabes que puedes verla una vez al mes mientras esto termina.
— No se la voy a entregar. Nunca pensé que usted iba a actuar así. ¿Dónde quedó la amistad que tiene con mi padre?
— Eso se terminó desde que le pusiste madrastra a mi nieta. Esa mujer quien sabe si la maltrata. Ella es un parásito.
Al escuchar esto sentí como que un balde de agua helada caía en mi cuerpo. No podía ver y no actuar. Y fue ahí que viendo toda escena que tomé una decisión.
Bajé de las escaleras.
— Don Erasmo deténgase— le dije con un tono triste y con lágrimas en mis ojos.
— Ahí viene la mujer que se cree señora de la casa que le perteneció a mi hija.
El abogado intentó subir al cuarto de Elizabeth para traerla.
— Usted no da ni un paso más o llamaré a la policía por irrumpir propiedad privada— gritó Miguel.
— No te equivoques. El señor policía trae una orden para poder retirar a la niña. Asi que no hay nada ilegal. Lo que usted hace si va en contra de la decisión del juez— habló el abogado de don Erasmo.
Elizabeth salió de su cuarto al escuchar el alboroto. Miguel la tomó de inmediato en sus brazos. El policía se la quitó de sus brazos.
— ¿Papá que pasa?— Elizabeth confundida se puso a llorar.
Don Erasmo la tomó en sus brazos.
— Tranquila amor, estás con tu abuelo. Nos vamos a ir de paseo un rato.
— Pero papá por qué llora. Quiero ir con papá.
— Don Erasmo. No haga esto.
Hablé.
— Don Erasmo, usted gana— tenía lágrimas en los ojos— Hoy me alejo de la vida Miguel pero no aparte a Elizabeth de su padre.
— Que locuras dices Andrea. Tú estás embarazada y tú embarazo es de riesgo y necesitas cuido. Esto ya lo habíamos hablado.
— La mujercita si que es viva. Ya se embarazó— decía don Erasmo.
— Abuelo quiero ir con papá— lloraba Eliza.
— Si el problema soy yo porque usted cree que estoy con Miguel por su dinero o porque cree que me quiero apoderar de su empresa que tanto le costó, está equivocado. Yo realmente amo a Miguel— limpié mis lágrimas— puede quedarse tranquilo.
— ¿Por qué mami está llorando?— lloraba Eliza.
— Ella no es tu mamá. Tú mamá se llama Vanessa— habló con fuerza don Erasmo.
Me paré frente a Miguel.
— No lo hagas Andrea. Buscaré la manera pero no me alejes de ti. Llevas a mi hijo en tu vientre.
Don Erasmo salió de la casa. Miguel siguió a don Erasmo.
— Don Erasmo en serio hará esto. Esta destruyendo mi vida, mi matrimonio y me quiere alejar de mis dos hijos.
— Te lo había advertido.
Don Erasmo subió a su auto con el policía y el abogado. Elizabeth pegaba gritos llamando a Miguel y a mi.
Yo caí de rodilla en el piso. Miguel llamó a su papá. Estaba desesperado.
Me puse de pie y subí al cuarto. Empecé a alistar mi maleta. Miguel entró, tomó mi ropa y la volvió a guardar en el clóset. Me abrazó. Estaba quebrantado.
— No voy a dejar que me dejes. Debe haber una manera de recuperar a Elizabeth. Mañana me reúno con mis abogados.
— Miguel, cuando uno ama de verdad hace hasta lo imposible por ver feliz a esa persona. Yo no quiero que por mi culpa sufras. Ya sufriste mucho con la muerte de Vanessa.
— No te vayas, por favor.
Me senté en la cama. Miguel recibió una llamada de su mamá. Atendió la llamada.
Mi cerebro estaba que estallaba. Empecé a sentir un dolor fuerte en mi vientre. Dios no permitas que mi bebé muera. Lloraba con tanta amargura.
— Miguel— grité.
Él se giró para verme. Había un poco de sangre en la cama donde estaba sentada.
— Mamá alcánzame en el hospital. Andrea está sangrando— colgó la llamada.
Me cargó en sus brazos y me llevó al hospital. Los medicos me atendieron inmediatamente. Al rato entró Miguel y su mamá al cuarto.
— ¿Perdí a mi bebé?— les pregunté.
— No. Él es un bebé fuerte como su mamá.
Llevé mis manos a mi cara. Miguel sentó en el borde de la cama y me abrazó.
— Perdoname Miguel.
— Voy a hablar con Erasmo hoy mismo. Todo esto que hace es estúpido. Ustedes no hacen nada malo como para que él haga esto. Miguel te prometo que hoy mismo tienes a tu hija— la mamá de Miguel salió enfurecida.
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Comments
zoco
cómo que le tiene su guardadito bien grande
2024-11-10
1
Bella Maldonado Beltran
creo que la mamá de miguel le sabe alguna cosa al viejo erasmo ,ojala recupere la niña ,
2024-05-07
1
Marta Bedetti
siempre igual..
2023-10-14
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