MIGUEL
Me acosté con Andrea en la cama. Ella se puso en mi pecho. Me sentía un poco extraño porque la única mujer que ha podido tocarme ha sido Vanessa. Esta situación me hizo sentir como que estaba traicionando a mi esposa fallecida.
A mis 37 años creo que me está gustando Andrea. Ella es una mujer mucho menor, bonita y trabajadora. No conozco nada de ella, ni de su pasado ni de su presente, no se quiénes son sus amigas o amigos, y no se si sus padres están vivos.
Me entró un poco de curiosidad sobre aquel hombre que la molestó en el parque y sin pensarlo mucho le pregunté.
—Andrea, ¿Quién era aquel hombre que te molestó en el parque la primera vez que nos encontramos?
— Mmm ese hombre es mi exesposo. Te había dicho que era una mujer divorciada.
— ¿Y él en ese momento te estaba acosando?
— Si.
— Puedes decirme por qué te sigue aún.
— Miguel, tengo una historia no tan grata con él. Una historia que no quiero contarte aún.
— Está bien. Tendremos tiempo para conversar.
Ella se sentó en la cama.
— No quiero que faltes al trabajo. Creo que ya me siento mejor. Me voy a alistar e iré al trabajo.
— No vayas. Quédate. Creo que deberías quedarte en casa hasta que te sientas mejor.
Me levanté de la cama y me puse los zapatos.
— Me voy.
Salí de la habitación. Mi corazón estaba a punto de estallar. Llegué a la oficina y de mi mente no salía Andrea. Estaba preocupado por el embarazo.
De mi gaveta saqué el contrato de boda con ella. Lo leí una y otra vez. Este contrato es estúpido pero no puedo dar mi brazo a torcer, no debo encariñarme con el bebé que nazca porque aquí Solamente soy un donante esperma. Debo mantener mi distancia con Andrea.
ANDREA
Miguel salió del cuarto. Mis náuseas continuaron toda la mañana. Me juré que nunca me iba a casar de nuevo y aquí estoy. Juré que nunca me volvería a enamorar y aquí estoy pensando en Miguel.
Por la tarde decidí salir a caminar con Elizabeth en el parque. Le puse un mensaje a Miguel diciéndole que estoy en el parquecito y que si podía llegar, ya que Eliza quería que su papi llegara para jugar un rato con él.
Estaba en una banqueta con Eliza cuando Dylan se puso frente mío.
— Ahora te dedicas a ser niñera.
Me levanté de la banca, le tomé la mano a Eliza y empecé a caminar.
Dylan sujetó mi mano con fuerza.
— Sabes Andrea. No puedo olvidarte. Yo sé que estamos divorciados pero quiero que empecemos de nuevo. Dame una segunda oportunidad.
—Sueltame y yo contigo no vuelvo jamás.
Elizabeth tenía la cara asustada.
— ¿Por qué no quieres perdonarme?— Me jaló fuerte— Todos merecemos una segunda oportunidad.
— No sabes respetar. Te he dicho que me sueltes.
Empecé a sentir un dolor fuerte en mi vientre.
— Andrea te dijo que la sueltes— la voz de Miguel.
— Y ¿quién eres tú para darme órdenes? Esto es entre ella y yo. Así que no te metas.
— Eres un chiste. La sueltas o te hago que la sueltes.
Solté a Elizabeth y puse mi mano en mi vientre. Dylan me soltó y su parte agresiva salió. Andrea levántate y nos vamos.
— Ella no va a ningún lado. DEJA A MI ESPOSA EN PAZ.
Dylan puso una cara extraña.
—¿Tu esposa?
— Miguel ayúdame. Me duele tanto el vientre— Empecé a sangrar.
— Eres una mujer estúpida, te casaste y estás embarazada de este idiota.
Miguel perdió la paciencia y le dio un golpe en la nariz. Dylan cayó sentado.
Miguel me ayudó a levantar.
— Elizabeth sube al auto, voy a ayudar a Andrea.
— Si papá. Ayuda a mamá.
MIGUEL
Llevé a Andrea al hospital. Llamé a la niñera para que viniera a recoger a Elizabeth.
Pasó una hora y el doctor Salió.
— ¿Usted es la pareja de Andrea?
— No, digo si. Soy su esposo.
— Lamento decirle que ha perdido al bebé. Tuvo un aborto. Ya hablé con ella. Lo siento mucho.
Siendo un poco realista no sabía que sentía en ese instante. Es cierto que Andrea ahora es mi esposa y que estaba embarazada y ese hijo sea cual sea la forma en que fue concebido, es mi hijo. Estaba empezando a desarrollar por Andrea sentimientos románticos.
Entré en la habitación que estaba Andrea. Ella estaba llorando. La abracé.
— Perdí a mi bebé. Tal ves no estoy destinada a ser madre. Yo sé que el doctor me había dicho que solo había un 30 por ciento que el embarazo llegara en termino usando este método. Lo pensé mucho. Dylan siempre me desgracia la vida.
No dije nada. Simplemente no la dejé de abrazar.
— Perdoname por todo. Yo sé que nuestra boda solo es por conveniencia. Tú no deberías estar aquí. Tu deber es estar con tu hija.
— Mi deber está aquí. Tú eres mi esposa y ese bebé también era parte de mi y yo también siento la perdida. Yo sé que en el contrato estaba que solo sería tu donante pero no es asi, soy el padre.
Ella me quedó viendo fijamente, sus lágrimas caían como cascadas, su nariz estaba roja. Tomé sus manos.
— Como decirte esto y en este momento que tal ves no es el indicado pero si no lo digo ahora creo que lo callaré por siempre—suspiré—Yo creo que tú me gustas y me gustaría que empecemos a llevar nuestro matrimonio como una pareja normal. No voy a negar que me siento raro porque la única mujer con la que he estado a sido Vanessa y siento a veces que la traiciono con este sentimiento hacia ti pero creo también que me debo dar una oportunidad para ser feliz y darle a Elizabeth una familia.
Ella hizo un puchero con su boca y puso su cara en mi pecho. Mi camisa se humedeció con sus lágrimas. Yo acaricié su cabello.
— Ya no soy una hombre joven que va a andar con juegos. Así que no tomes mis palabras como una broma.
Ella no decía nada. Estuvimos en el hospital hasta la dos de la madrugada.
Llegando a casa, ella caminó hasta su habitación.
— ¿Puedo quedarme contigo lo que queda de la madrugada? No pienses que es para otra cosa, solo quiero acompañarte un poco más.
— No. No te preocupes. Necesito estar sola para pensar las cosas y tranquilizar mi mente y corazón. Necesito silenciar estás voces de mi alma.
— Está bien. Cualquier cosa por favor llámame.
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Updated 31 Episodes
Comments
Marta Bedetti
cuánto sufrimiento por favor..
2023-10-14
6
María Antonia Ramírez Torres
Jajaja 🤣 jajaja
2023-09-21
0
María Antonia Ramírez Torres
como ni vas a encariñarte con tu hijo?
2023-09-21
0