ANDREA
Ha pasado una semana desde que el señor Mondragón fue a la oficina a reclamarle a Miguel.
Recibí la llamada de un número desconocido.
— ¿Es éste el número de Andrea? Soy el Señor Mondragón y me gustaría conversar con usted.
— Si lo es.
— La espero hoy a las 3 en el café de las flores— Don Erasmo colgó la llamada.
La verdad me siento un poco confundida, no sé qué hacer. Entré en esa indecisión de si iba o no iba, si le comentaba a Miguel o me quedaba callada. Decidí ir a reunirme con el señor Mondragón.
Pretendía salir un poco más temprano.
— Miguel voy a irme un poco más temprano. Quiero pasar por la pastelería.
— Okey. Yo te alcanzo en casa.
Llegué a la reunión. El señor Mondragón me observaba de pies a cabeza
— Siéntate Andrea.
Me senté.
— Voy a ser directo contigo y espero que tomes la mejor decisión. Quiero que te alejes de Miguel.
— Usted no puede decirme que hacer.
— Te lo digo de otra forma. Aléjate de Elizabeth sino lo haces pelearemos a Elizabeth en los juzgados y Miguel se quedará sin su hija.
— ¿Por qué el juez tomaría esa decisión? Si Miguel siempre ha sido un padre presente en la vida de Elizabeth.
— Soy Erasmo Mondragón y no sabes las conexiones que tengo. Así que te doy dos días para que te retires de la casa de Miguel. Eso era todo, puedes retirarte.
Le miré de una forma despectiva. Me levanté y me fui del lugar.
Para que Miguel no notará nada, pasé por la pastelería y compré unos cupcakes para llevar.
Llegué a la casa. Le di un pastelito a Eliza y los demás los guardé en la refrigeradora.
Me acosté un rato en mi cama. Miré fijamente el techo y recapitulé mi vida y mi existencia.
Soy una mujer de 27 años que sufrí violencia verbal, psicologica, física y económica cuando estuve casada con Dylan. Aunque varias veces había decidido dejarlo, no podía hacerlo por el hecho que él ejercía poder sobre mí. Aunque el inicio de nuestra relación no fue así, él cambió al llegar al año de estar juntos. Logré escapar de sus manos y me divorcié. Entré a trabajar en la compañía de Miguel en el área de finanzas cuando me libré de Dylan. Por fin podia ejercer la carrera que estudié.
Miguel es mi jefe. Ni siquiera me había fijado en él cuando Vanessa su esposa estaba viva. En un instante de mi vida no quería saber de relaciones y disfrutaba el hecho de poder estar sola y vivir mi autonomía en su totalidad. Conozco a Elizabeth cuando paseaba con Miguel. Me casé con él al poco tiempo. Fue el inicio de un matrimonio con contrato, sin amor y nada más porque ambos de cierto modo nos beneficiamos. En el transcurso de estos meses, me embaracé de Miguel con el método de inseminación artificial usando un esperma de él. Perdí al bebé a los dos meses y medio. Al pasar esto, decidí irme de la casa. Miguel me pidió que regresara y que lo intentáramos porque él tenía sentimientos hacia mi y la verdad yo también. Actualmente puedo decir que nos queremos.
El señor Mondragón quiere que dejé a Miguel pero siento que no puedo. Pero no quiero que alejen a Elizabeth de su padre. Estoy en una lucha interna con respecto que hacer.
Llegó Miguel a la casa. Escuché su voz en el cuarto de Elizabeth. Minutos después estaba en el cuarto.
— ¿Te sientes bien?
— Miguel quiero que intentemos tener un hijo— lo dije con un tono algo triste.
— ¿Estás segura que lo deseas? Cómo la ultima vez tú me dijiste que no te dejarías de cuidar.
— Ya no me voy a cuidar.
— Y ese cambio tan repentino.
— ¿No quieres?
— Si quiero. Intentemos pero antes de intentar ser papás, quiero que vayamos al jardín.
Llegamos al jardín.
— Lo prometido es deuda. Aquí tienes tu propio auto para que te puedas movilizar. Lo único que te voy a pedir es que conduzcan con cuidado.
— Gracias por el regalo pero no he aprendido a conducir. Asi que lo vamos a guardar en garage hasta que aprenda a manejar un auto.
— Está bien— Miguel se acercó y me dio un beso.
— Me gustaría que nos diéramos un baño en la tina.
Sonreí.
— Está bien. Así nos relajamos, me siento tan tensa.
Entramos de nuevo a la casa. Subimos al cuarto y preparé la tina. Nos metimos a la tina desnudos. Miguel me abrazó.
— Siento que eres un ángel en mi vida porque me salvaste de la tristeza que llevaba. Además, yo soy un hombre ya viejo— se puso a reír— quién se fijaría en un viejito.
— Yo creo que a muchas de las mujeres de la empresa están interesadas en ti. Y de viejito no veo nada. Eres un hombre muy guapo y muy atractivo. Solo tenés 37 años.
— ¿Me ves guapo y atractivo?
— Si. Muy guapo y muy atractivo— puse mis brazos alrededor de su cuello y lo besé con tanta pasión como que tal no había otro día para besar.
Miguel es un hombre muy pasional y muy romántico.
Me senté encima de él. Entre besos y caricias empecé a moverme con fuerza. Observaba los gestos de su cara. Esos gestos me excitaban.
— Vamos a la cama.
Salimos remojando el piso. Continuamos en la cama. Terminamos lo que había empezado en la tina.
Miguel me abrazó, continuó besándome.
— Quiero más de ti— me dijo con un tono embriagador.
— Eres insaciable— sonreí— Dame un minuto para recobrar el aliento.
El continuó besándome.
Tocaron la puerta.
— Señor Miguel disculpe. Su suegro está aquí.
— Ya bajo.
— No se que hace aquí.
Solo escuchar que ese señor está aquí mis ganas sexuales se fueron a pique.
— Ya regreso.
Miguel se vistió rápido y salió a recibirlo.
Lo más seguro es que venga a decirle lo mismo que me dijo a mi. Empecé a moder mis labios. Me siento inquieta con toda esta situación. No sé qué voy hacer al respecto.
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Updated 31 Episodes
Comments
Hanna
jajajajaja. a algunos les gustan los viejitos.....
2024-12-30
0
Marta Bedetti
pobre señor qué creerá...
2023-10-14
0
Lorena Larios
este señor porque se molesta con Miguel su hija ya falleció y fue feliz con el porque quiere que el siga aferrado a un recuerdo
2023-10-13
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