capítulo 17

Una vez todos tomaron asiento los platos fueron servidos y Maximus mirado con desconfianza todo dijo.

– Yo ya cené, estoy satisfecho.

– Por supuesto, con razón lo veo más robusto que la última vez que lo vi. Tal vez el comer a deshoras le está afectando.

– ¿Acabas de llamarme gordo?

– Y tú despreciaste la comida que mi esposa preparo con sus propias manos...

Leonor miró mal a su padre y dijo.

– Suficiente... ¿Así será cada vez que nos reunamos? Digo es lógico que en un futuro no muy lejano van a tener que compartir cenas familiares, eventos y todo lo que las familias comunes hacen, yo no estoy dispuesta a que se comporten como niños, así que padre, Emperador Ariel, me van a disculpar, pero si no aprenden a llevarse bien no los invitaré a la boda y nuestros futuros hijos no los reconocerán como parte de nuestra familia.

Al decir esto tanto los emperadores como Mauricio miraron a Leonor con los ojos bien abiertos y la reina y la emperatriz sonrieron para luego decir.

–<<¿estás embarazada?>>

– <<¿¿Qué??>>

Antes que Leonor pudiera aclarar esté malentendido su padre se levantó de su asiento e intento abalanzarse sobre Mauricio. El emperador Ariel, también se levantó para proteger a su muchacho y las mujeres se acercaron a Leonor para salvaguardarla de esas fieras que tenían como esposo. Todo era un caos hasta que Leonor grito superagudo para llamar la atención de todos nuevamente.

– ¡Suficiente! Todo mundo vuelva a su lugar.– Cómo vio que nadie hacía caso utilizado su magia hizo levitar a los dos emperadores y los sentó con brusquedad en sus asientos. Luego aliso su vestido y recobrando la postura dijo– ah... Muy bien ahora me van a escuchar, pero antes, madre, emperatriz vuelvan a sus asientos por favor.

Ambas mujeres caminaron despacio sin salir del shock todavía y Leonor volvió a hablar.

– No estoy embarazada, lo que quise decir es que es obvio que en un futuro tengamos aunque sea un Heredero y ese niño no los reconocerá como abuelos si se siguen comportando así...

Los emperadores se calmaron y Mauricio volvió a tomar asiento en la mesa junto con Leonor para luego decir.

– Casi haces que tu padre me mate.

– Tranquilo, mi padre sabe que no puede herirte a menos que quiera matarme en el proceso.

Mauricio miró a la chica con su ceño fruncido, puesto que no sabía si eso era un alivio o no. De pronto vio como Leonor conjuro algo en voz baja y dijo.

– Padre come por favor, ya me cercioré y la comida no tiene nada. Emperatriz muchas gracias por todos estos platillos, la próxima vez pueden aceptar nuestra invitación a comer al palacio.

La emperatriz solo asintió y luego dijo

– Así lo haremos, veo que es muy buena en el dominio de la magia. No lo digo solo por esto que acaba de pasar, sino porque has marcado a mi hijo.

Leonor sonrió y dijo.

– Él no confiaba en mí y yo tampoco en él, ambos tiene algo que el otro tiene y me pareció la forma más factible de arreglar ese asunto.

El emperador Ariel al escuchar las palabras de la chica dijo.

– ¿Y qué tiene mi hijo que usted quiere?

– Poder, ¿qué más podría ser?— Tanto los emperadores de Zenda como los padres de la chica la miraron y Leonor continuo– Ambos tenemos un objetivo en común, terminar con esta estúpida pelea entre imperios hermanos y que ambos podamos obtener lo que siempre hemos necesitado, además de mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes.

– Padres se lo dije al emperador de Atenea y ahora se lo digo a ustedes, esto es un ganar, ganar y sin derramar ni una gota de sangre por ello.

La reina miró a su hija y dijo.

– ¿Qué hay del amor? Hija acabas de decir que en un futuro planeas tener un Heredero, ¿cómo harán eso si ven esto como un simple tratado o un negocio?

El príncipe iba a contestar, pero Leonor se adelantó.

– Madre, el amor no hará a la pobreza baja en ambos imperios, tampoco ayudará a crecer la economía. Esto es un negocio y tanto el príncipe como yo lo tenemos claro, además bastardos han nacido con menos propósitos que esos...

– ¡Leonor!

El príncipe sonrió y dijo.

— Yo creo lo mismo, nosotros nos acercamos por un objetivo eso fue todo. Ella quiere gobernar al igual que yo ambos imperios. ¿Por qué es tan difícil para ustedes aceptar eso?

La emperatriz miro a su hijo y dijo.

– Muy bien si eso es lo que quieren perfecto, pero quiero informarles a ambos que seguirán las tradiciones de ambos imperios pero hay una que es inamovible, ninguno de los dos podrá tener concubinos.

Mauricio frunció su rostro y Leonor no le tomo importancia, puesto que ella no estaba interesada en eso.

Maximus quien hasta ese momento estaba en silencio dijo.

– De hecho yo preparé un contrato matrimonial que quiero que ambos firmen. Quieren llevar esta locura acabo, perfecto los dejaremos, pero tendrá que ser bajo nuestras órdenes.

Tanto Leonor como Mauricio miraron a los emperadores y preguntaron.

–<<¿De qué están hablando?>>

El emperador sacó dos pergaminos de su traje y se los extendió a la emperatriz Silvia para que los leyera. El emperador Ariel miró a su esposa curioso y se acercó a leer junto con ella de que se trataba todo aquello. La reina ya lo sabía puesto que solo se mantuvo en silencio y los muchachos esperaron a que ambos emperadores terminaran de leer.

Una vez lo hicieron la emperatriz dijo.

– Muy bien, nosotros aceptamos.

– ¿Madre que cosa estás aceptando?

Silvia sonrió y dijo.

— Muy bien, si en el lapso de dos años ustedes aún no logran tener ningún Heredero o hay una infidelidad de por medio el matrimonio quedara cancelado y cada uno pasará a cederle su puesto al príncipe que esté en la lista de sucesión.

<<¿Qué?>>

Tanto Leonor como Mauricio miraron enojados a sus padres, pero aun sin querer dar el brazo a torcer ambos contestaron.

–<>...

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