cap. 12

En el jardín del palacio las damas vieron venir a los guardias reales y cuando estuvieron junto a ella, una del las damas dijo.

- ¿Cómo está la princesa?

- Su alteza imperial está algo delicada, aún no nos han dado órdenes de revelar más información, pero no podrán irse hasta esclarecer todo esto.

Las mujeres solo observaron cómo recogieron la taza de té de la princesa y estos luego marcharon.

Las especulaciones de lo que pudo haber sucedido, no se hicieron esperar y algunos sirvientes que pasaban por allí y escucharon todo lo sucedido fueron a avisarle a la Emperatriz. Cuando está se enteró sonrió radiante y su hijo, quien estaba junto a ella, la vio y dijo.

- ¿Madre estás segura que esto no nos traerá problemas?

- Por supuesto que no, no hay nada que me inculpe directamente a mi.

Si todo sale como lo espero, apartir de mañana solo habrá un heredero.

David miró a su madre con orgullo, gracias a su apoyo él pronto se convertiría en el emperador y una vez eso sucediera le daría la vida y la posición que ella siempre se había merecido y que el emperador siempre le había negado.

***

En el salón del trono los médicos imperiales habían llegado a la conclusión que el veneno que le había dado a la princesa era muy potente y que tenía sus horas contadas.

Maximus al saber esto dijo

- ¿Cómo es posible que nadie sepa si existe una cura ?

- La hay Majestad, solo es que no aquí. - Maximus le indico que siguiera hablando y el médico dijo- Ese veneno solo se encuentra en el mercado Negro y su antídoto solo se encuentra en Zenda o en Fleming.

Maximus Frunció su rostro y dijo.

- Llamen al principe Mauricio, ahora.

Nadie dijo nada más hasta que el principe llegará y cuando esté se a presento el emperador camino directamente hacia el y tomándolo de cuello dijo

-Fuiste tú...

Mauricio tomo el brazo del emperador y sus hombres aparecieron. Tanto los soldados de Mauricio como los de Maximus rodearon a ambos mientras estos no se soltaban.

- No se que le dijieron, pero yo también estoy buscando evidencia.

- No mientas, solo tu tienes el antidoto para que mi hija se recupere...

Mauricio fungió estar sorprendido y dijo.

- ¿Cuál?, ¿cuál es? Se lo daré ahora mismo. No me importa las guerras internas que hayan entre nuestros imperios, yo solo quiero que Leonor este bien.

Maximus soltó al Chico, ya que vió sinceridad en sus palabras y dijo.

- Díganle al principe que planta es para que mandé por ella.

Maximus aún así no confiaba del todo en él, así que lo mantendría vigilado. Por otro lado los soldados de Mauricio aún se mantenían con sus espadas descenbainadas, miraron a su principe y este dijo.

- Guarden sus espadas todo esto bien.

- Pero Alteza...

- Dije que las guarden.

Los soldados acataron órdenes a regañadientes, pero aún así se iban a mantener alertas.

Mauricio se acercó a él emperador y dijo.

- Ahora que está más calmado le contaré lo que averigüe.- Maximus sintió y el principe continúo - Me tome el atrevimiento de revisar cada habitación de servicio que utilizan las doncellas del palacio de la princesa, con ayuda de la reina, y para nuestra sorpresa encontramos en una de ellas un frasco que en estos momentos, el médico que la atendió con anterioridad, lo está revisando para comprobar que sea el mismo veneno que utilizaron con la princesa.

Maximus miró al chico sorprendido y dijo.

- ¿Dónde están ahora la reina y el médico?

- En el palacio de la princesa, yo mismo iré por el antidoto, volveré por la tarde...

- No, Usted se quedará aquí.

Mauricio suspiro y asintió, luego de indicarle a uno de sus hombres que vaya a por el antídoto dijo.

- Emperador Maximus le estoy dejando pasar todas estas faltas de respeto solo por mi prometida, pero una vez que encuentre al culpable espero una disculpa de su parte y tendrán que ser épicas.

Sin más Mauricio se marchó y la capitana Sara, quien se encontraba junto al emperador dijo.

- El principe tiene razón majestad, se que está nervioso por toda esta situación, pero el joven no es cualquier persona.

- No me molestes Sara, no tengo cabeza en estos momentos para la etiqueta y los formalizamos. Mi hija se debate entre la vida y la muerte , y que casualidad que nuestros enemigos tenga justo el antidoto.

- Tal vez quien lo hizo quiso que esto mismo pasará,- Maximus miró a su amiga y está continúo- piénselo bien, si se salva o no, de igual manera la posibilidad de un acuerdo matrimonial quedaría descartado, Y la brecha que hay entre ambos imperios crecería aún más por intentar matar a uno de sus herederos.

Maximus entendió a qué se refería y dijo.

- Ya se por donde vas y... no, no pudo haber hecho esto. Se que ella se a comportado de manera irracional últimamente, pero, atentar contra la vida de mi hija...

- Ella la ve como su enemigo y el obstáculo de que su hijo sea el emperador. Majestad saquese la venda de los ojos por una vez en su vida y castigue a la Emperatriz cómo es debido. Ella es quien está detrás de todo esto y está vez cruzó todos los límites.

Maximus miró a Sara y aunque sabía que en él fondo ella tenía razón, no podía ser tan duro con las madre de sus hijos. Sin decir más solo se levantó y se dirigió al palacio de su hija, dónde se encontraría con el médico, pero la reina ya no estaría.

Cuando pregunto por ella este le dijo que luego de saber quien había envenenado a su hija, está se había dirigido hasta el jardín para buscarla.

Maximus suspiros y mirando a Sara quien lo había acompañado dijo.

- Vamos, conociendola seguramente ya la dejo calva.

Sara sonrió y junto con su amigo se dirigieron hacia el jardín, donde se sorprenderían al ver la escena que allí se originaba.

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