cap. 11

En la noche, en el palacio de la princesa, el principe entro a hurtadillas a la habitación de esta y la encontró durmiendo plácidamente en su cama. Antes de poder dar un paso más la princesa sin voltear dijo.

- ¿Que hace aquí principe? ¿Sabe que el entrar de esa forma a la habitación de una señorita decente se puede interpretar de muy mala manera...?

- ¿Decente? descendía e inocencia es lo que menos posee. ¿Cómo te atreviste a engañarme así?

Leonor se volteo y miro al príncipe quien tenía su rostro completamente ensombrecido.

- ¿A qué se refiere alteza?

- No te hagas la desentendida. Tu sabes a qué me refiero. La marca...

- Ah... eso.

- ¿Por qué no me dijiste lo que implicaba está marca?

- Creí que lo sabía. Todo los imperio saben de nuestra historia.

- Me engañaste. Quiero que la elimines...

- Lo haré, cuando nuestras metas se cumplan.

- Ahora.

Leonor se levantó de la cama y caminando hasta llegar a él dijo con su ceño fruncido.

- Aclaremos algo. Usted no me dará órdenes. Este no es su imperio aún y yo no soy su esposa y ni siéndolo usted me ordenará. Ambos estaremos a la par. Espero que no se le olvide esto nunca...

Mauricio se acercó más a ella y tomandola del cuello espetó furioso.

- Mira no me provoques por qué puedo... - Leonor empezó a mover sus dedos y la serpiente de su muñeca empezó a subir por su brazo hasta llegar al cuello de Mauricio, empezó a cortar su relación y poco a poco su agarré se aflojó.

Leonor miró al principe desafíante y dijo

- Nunca... jamás... vuelvas a ponerme una mano encima, por qué me olvidó de nuestro trató y te la cortó. ¿Queda claro?

El principe miró furioso a la mujer e intentado mantener la calma, volvió a apretar con fuerza su cuello. Ambos se encontraban en una luchas de fuerza hasta que el ruido de pasos acercandose llamaron la atención de ambos, cada uno soltó al otro dejando así a ambos respirar nuevamente.

Leonor aún recuperando el aire le indico que se escondiera detrás de la puerta y Mauricio así lo hizo. Ella rápidamente se acostó en la cama, justo antes de que la puerta se abriera. Una mujer entró a la habitación, se aseguro de que Leonor estuviera dormida y con cuidado coloco un líquido en su jarrón de agua para luego salir de la habitación silenciosamente .

Mauricio miró a la mujer y luego de que la sirvienta saliera dijo.

- ¿Si te invito un vaso de agua contaría cómo que te estoy haciendo dañó?

- Déjate de estupideces, esto es obra de la Emperatriz, ya empezó. Será mejo que se vaya. Como vera tengo asuntos más importantes que atender que sus estúpidos reclamos.

- Tú... tu y yo aún no hemos terminado.

- Yo creo que sí. No me provoque príncipe, aún no nos casamos y puedo cambiar de opinión y...

- No puedes. ¿Cómo era que iba el pactó...? a sí.. si no cumples con tu palabra tu imperio caería en desgracia y tú perderías todo el poder que tienes. En ese caso yo ganaría de igual manera.

Leonor lo miro con el ceño fruncido y dijo.

- Veo que no es tan idiota como creí.- Mauricio la miro furioso e iba a acercarse a ella pero nuevamente sintió la serpiente enredarse en su cuello.- Shh... shh... shh... quieto ahí. Eso no quiere decir que no pueda controlarte...

El cuello de Leonor también se empezó a marcar y Mauricio al verlo frunció su rostro. Una vez retrocedió y Leonor lo soltó y dijo.

- ¿Estamos conectados? ¿Todo lo que me haces también se refleja en tí?

- Y viceversa. Así que intente no provocarme. o podría tomar algunos sorbos de agua ahora mismo y ver qué tan potente es el veneno que la emperatriz preparo para mí.

Mauricio miró a la mujer arrepintiendose de lo que había hecho.

Luego de un suspiro dijo.

- Bien, prometo no meterme más con usted pero esto - dijo señalando su muñeca - Tendrá que desaparecer.

- Y lo hará, pero en un futuro, cuando pueda confiar en ti.

- Bien, ¿Que planeas hacer con esa sirvienta?

Leonor también decidió dejar las cosas por la paz porfa ahora y dijo.

- Mañana mismo la expondré frente a las damas de mi corte.

- ¿Como haras eso? - Leonor lo miro con curiosidad y Mauricio agregó - No te confundas, mientras estemos conectados tu y yo corremos con la misma suerte. Si algo te pasa y yo lo siento juro que vender y te mataré.

La princesa suspiro y empezó a contarle que planes tenía para la mujer. Luego de eso el principe decidió estar presente en la fiesta de té para ver en primera persona como ella se encargaba de esas ratas.

***

Al día siguiente...

Leonor había organizado una fiesta de té para recaudar fondos para el orfanato, ya que el invierno se acercaba y quería cubrir las necesidades de los niños. Eso era lo único que no había cambiado de su personalidad. Ella siempre había sido generosa y bondadosa, no solo por apariencias, sino por instinto.

Las damas poco a poco fueron llegando y una vez todas reunidas la reina llegó junto al principe.

Las mujeres se inclinaron ante ambos y Maribel dijo.

- Señoras, permítanme presentarles al principe de Zenda Mauricio.

Las damas saludaron amablemente al principe y las señoritas lo miraron con intensidad. Mauricio sonrió y se acercó directamente a la princesa para luego besar sus nudillos.

- Hola princesa. Había venido a verla, pero su madre me informo de su fiesta. Ni quiero interrumpir...

Una mujer sonrió radiante por lo atento que era el principe y dijo.

- Tome asiento alteza, a nadie le molesta su presencia. Hablaremos de como ayudar a los niños del orfanato.

- Bueno en ese caso, me quedaré.

Leonor solo puso sus ojos en blanco y vió como el principe tomó asiento a su lado.

Leonor habia elegido especialmente a las sirvientas de su palacio para asistir a las damas de la alta corté. Cuando todas empezaron a tomar el té y a hablar se diferentes asuntos nadie presto mucha atención a lo que la princesa hacia, de pronto Leonor empezó a ponerse roja y a toser...

- ¿Princesa se encuentra usted bien?

Pregunto Mauricio con su mejor rostro de preocupación.

Leonor levantó su mano y tomo una servilleta para tapar su boca y al toser más fuerte, empezó a escupir sangre. La reina se levantó de su asiento y grito.

- Llamen a un médico. - Corrió hasta su hija e intento ayudarla, pero pronto la joven perdió la conciencia y cayó en los brazos de Mauricio.

El joven príncipe la cargó y con una mirada amenazante dijo.

- Guardias que nadie salga de aquí hasta que esto se resuelva.

Los soldados miraron confundido al principe, ya que ellos no acabarían órdenes de un príncipe extranjero, pero pronto vieron a cinco soldados salir detrás de los muros y columnas que se encontraba cerca del jardín.

- Si Alteza.

Dijieron al unísono.

- Reina le recomiendo pedirle a sus hombres hacer lo mismo y que alguien le avisé de esto al emperador.

La reina miró al principe y dijo.

- Ya escucharon al principe, ¿que esperan?

- Si Majestad.

Las damas se quedaron sorprendidas por todo lo que estaba sucediendo y las sirvientas no estaban para nada mejor que ellas. La que se veía más nerviosa era la sirvienta que le había colocado el veneno la noche anterior en su jarrón de agua y no sabía cómo hacer para irse. Pero no había nada que la inculpara en este momento, habían muchos presentes y ella intentaba tranquilizarse con eso.

En la habitación de la princesa el médico que revisaba a la princesa dijo.

- La princesa se encuentra delicada majestad. Ella ha sido envenenada...

Maximus quien había corrido a ver qué sucedía con su hija al escuchar esto miro al principe y dijo.

- Fuiste tú...

- ¿Olvida que tengo un pacto con ella?, yo soy el más interesado en saber quién se atrevió a dañar a mi prometida. Créame que cuando lo sepa le demostraré por qué me llamar el ángel de la muerte.

Maximus aún así lo miro con duda y Maribel aún con lágrimas en sus ojos dijo.

- El no fue, yo le creo...

- ¿Que paso entonces?

- Estábamos en la fiesta de té y...

- Que recién la taza de la princesa. Ahora...

Los soldados corrieron a buscar la taza y Maximus mirando al principe agregó.

- Voy a confiar en su palabra, pero si llego a descubrir que usted está involucrado en esto yo mismo lo desmembraré .

Sin más el emperador marcho y el principe mirando a la reina dijo

- Puedo ingresar, Me gustaría estar con ella hasta que despierte.

La reina asintió y Mauricio ingreso a la habitación camino hasta llegar a la cama y una vez se acercó a ella Leonor abrió uno de sus ojos y dijo.

- ¿Se lo creyeron?

- ¿Cómo lograste que el médico dijera que estás envenenada?

- El es fiel a mí, cuando le conté lo que sucedió, él me preguntó en qué podía ayudar a su futura Emperatriz.

-Eso es bueno no estás sola en esta lucha.

- Fueron años de ganarme su apoyo y confianza. Príncipe aquí la única que se está quedando día a día sin apoyo es la emperatriz.

- Muy bien espero que encuentren pronto al culpable o su padre ya amenazó con matarme.

- Tranquilo no lo hera. Por qué milagrosamente la cura para mi estado está en su poder.

- A si? cuénteme más...

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