cap. 10

En el palacio de Leonor...

La princesa se encontraba desayunando cuando uno de sus sirvientes le informo de la llegada del Archiduque.

Leonor al enterarse de esto lo hizo seguir y una vez Matt frente a ella, este se inclinó y con un sonrisa dijo.

-Buenos días alteza.

- Buenos días tío. Veo que la información que te brinde te ayudo...

- Así es, - Matt abrazo a su sobrina y dijo.- Muchas gracias.

Leonor sonrió puesto que el hombre había logrado cambiar su destino al igual que ella.

En su anterior vida Matt había muerto luego de que al volver de la frontera unos días después de su cumpleaños, unos bandidos lo atacarán de camino a Atenea. Si el hubiera estado para apoyarla talvez hubiera evitado muchas cosas.

- ¿Como sabías..?

- No puedo decirte, solo puedo decir que me alegra que estés vivo.

Matt no quería presionarla, pero luego intentaría volver a hablar del tema. Se separó de ella lentamente y dijo

- Muy bien, cuéntame ¿qué es lo que pasó en mi ausencia? ¿Porque decidiste comprometerte con el príncipe de Zenda? Y no me digas por qué estás completamente enamorada, por qué tú no eres una jovencita soñadora e ilusa. Eres muy astuta jamás diste un paso en falso y eso es lo que más me gusta de tí. Es por eso que eres mi sobrina favorita.

Leonor sonrió y le indico tomar asiento junto a ella para luego decir.

-La Emperatriz tenía planes para mí, quería casarme con el marqués Ford y yo al enterarme de esto me contacte con el príncipe de Zenda y le propuse un trató.

Matt sonrió y dijo.

- No esperaba menos de tí. Luego me encargaré del marqués no...

- Ya lo hice yo misma. El marqués... digamos que acaba de tomar unas largas vacaciones.

Matt, miró seriamente a la chica y dijo.

- ¿Alguien te vió?

- Si, el príncipe de Zenda. El estubo presente, quería que viera lo que le sucedería si llegara a traicionarme.

- Muy bien, haces bien en no confiar en él. Aun así fue muy arriesgado involucrarlo en todo ésto...

- Lo sé, pero quién podría creer que su princesa bondadosa y gentil, mató y desmembró a un alto funcionario de su propia corté, además sería solo su palabra contra la mía, por qué no quedo huellas de lo sucedido.

- Sobrina creo que me alegra haberte tratado bien todos estos años. Cuando hablas así das miedo.

- Jajaja solo contigo puedo ser así. Creo que eres en quien más confío. Es por eso que no podía permitirme perderte.

Matt sonrió y luego dijo.

- Tu padre me dijo del pacto de sangre. ¿Que le hiciste prometer?

- Que si me traicionaba o me hería, él no obtendría nada y perdería lo que ahora posee.

- Jaja muy bien, aseguraste a tu imperio con eso.

- Por supuesto, no dejaré que nuestro enemigo entre a nuestro imperio y lo destruya desde adentro.

- Perfecto entonces, empezaré a buscar apoyo para tí. Mi lealtad siempre estuvo de tu lado, pero luego de lo sucedido no tengo dudas de que estás haciendo lo correcto. Solo espero que la emperatriz se quede tranquila y no intente algo antes de tu coronación.

- No dudo que ya esté preparando algo, pero estoy preparada para todos sus futuros movimientos. Solo tengo algo que decirte, pronto sucederá algo y espero que tú esperes a mis ordenes.

- ¿Que cosa?

- No puedo decirte más. Pero cuando todo empiece solo espero que tú no intervengas y me dejes hacerme cargo a mi. Cómo te dije ya estoy preparada para todo. Solo no pierdas la cabeza.

Matt miró a su sobrina con confusión la chica estaba más misteriosa de lo común y esos acertijos con los que les estaba hablando le parecía muy ilógico, pero aún así solo espero a que su sobrina se encargará de todo lo que venía.

***

Días después...

El principe de Zenda se había reunido con el emperador y luego de discutir sobre los términos del compromiso se dispuso a llamar a sus padre para que ellos vinieran a terminar de arreglar las negociaciones con respecto a su compromiso.

Cuando los emperadores de Zenda se enteraron de lo que su hijo había hecho viajaron rápidamente hasta los límites entre Zenda y Atenea para hablar con su hijo sobre la locura que estaba por hacer.

El emperador Ariel, cuando llegó y vió a su hijo espetó furioso.

- ¿En que diablos estabas pensando al hacer esto?- no había terminado de bajar de su caballo cuando bramó llamando la atención de todo el campamento.

- ¿Padre, quiere entrar a mi carpa para hablar? les explicaré todo antes de que les dé algo...

- No estoy para tus bromas Mauricio.

- Cariño cálmate, nuestro hijo seguramente tendrá una muy buena explicación para todo esto.

El emperador miró a su Emperatriz y suspiro para luego decir.

- Eso espero, entremos.

Sin más los tres ingresaron a la carpa del principe y ahí este le explicó la situación.

- Antes de que se enoje padre creo que debería escuchar lo que tengo para decirle. - El emperador solo asintió y el principe continúo.- El Emperador de Atenea acepto la lucha por el trono. La princesa Leonor no solo es una princesa, sino que con mi apoyo podría convertirse en la princesa heredera y en un futuro yo sería el emperador consorte de Atenea.

Tanto Ariel como Silvia miraron a su hijo con asombro por esta noticia y luego el emperador sonrió.

- Ese es tu plan, adueñarte de Atenea desde adentro.

- Si, seré su emperador sin una guerra. Además es una buena solución para todos los conflictos que hemos tenido por años.

La emperatriz miró a su hijo y dijo.

- Yo quería que consiguieras una prometida pronto, pero esto es... no podemos confiar en ellos.¿Y si luego quiere deshacerse de ti?

- No podrá.

- ¿Cómo estás tan seguro de eso?

- Lo sé solo les voy a pedir que arreglen todo con el emperador Maximus para nuestro compromiso y casamiento. Si no actuamos ahora la emperatriz buscará la manera de poner a su hijo en el trono. Ella no está nada contenta con esto y por lo que ví anoche hay una pelea interna en la familia imperial.

La emperatriz miró a su esposo y dijo

- Bueno es lógico que habido hijos de diferentes madres haya una disputa por el trono. Es por eso que tú padre no tiene Concubinas...

- Bueno, dejando eso de lado, ¿entonces dejaras el puesto de príncipe heredero de Zenda...?

- No. - Tanto el emperador como la emperatriz miraron a su hijo y este continúo - El trato es que ambos gobernemos ambos imperios...

- Ni de chiste, no dejaré que una ateniense se convierta en Emperatriz de Zenda.

- Hijo tu padre tiene razón, tus hermanos pueden hacerce cargo del imperio mientras tú...

- No renunciaré a mi cargo, y si no cumplo con esto nuestro imperio quedará en la ruina.

- ¿A qué te refieres?

Mauricio les mostró su muñeca y dijo.

- La princesa hizo un pacto de sangre conmigo.- El emperador se levantó de su asiento furioso y dijo.

- ¿Estás demente? ¿Sabes lo que hiciste? Estamos acabados... esto... Dios me dará algo.

- Tranquilo padre no es tan grave...

- ¿Que no es grabé? Ellos son los descendientes de la diosa Atenea, tu no hiciste un pacto con la princesa, lo hiciste con la misma diosa. Si no cumples una maldición caerá en nuestra familia por cinco generaciones. Acaso nunca prestaste atención a tus clases de historia.

Mauricio al escuchar esto frunció su rostro y miró su muñeca.

- Con que me engaño he...- Mauricio se levantó de su asiento y empezó a caminar hacia la salida.

- ¿A dónde creés que vas? Aun no hemos terminado de hablar.

- Luego, ahora tengo que hablar con esa maldita bruja. Voy a cobrarme lo que me hizo. Mi futura esposa hoy entenderá que yo no soy ningún idiota.

Sin darle tiempo a decir nada más el principe salió de su carpa y tomo su caballo. Los emperadores solo lo vieron marchar y la emperatriz dijo.

- ¿Crees que debemos detenerlo?

- No, él solo se metió en todo esto. Que él lo solucione.

Ahora tu y yo veamos que podemos hacer para solucionar todo este desastre.

- Cuida cómo me hablas esposo, yo no tengo la culpa de que tú hijo sea así.

La emperatriz lo miro desafíante y el emperador suavizando la mirada y su tono, dijo.

- Lo siento cariño, todo esto me tiene algo alterado.

- Jumm...

La mujer volvió a entrar en la carpa y el emperador detrás de ella, no quería enojarla de más. Su esposa era muy dura con él cuando se enojaba...

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