cap.9

En el salón del trono...

Al día siguiente toda la corte imperial estaba presente pidiendo explicaciones de lo sucedido la noche anterior. El hecho de que el principe de Zenda estuviera presente en la fiesta de cumpleaños de la princesa , era algo que a muchos tomo por sorpresa. Cuando el emperador se presentó en el lugar todos guardaron silencio a la espera de explicaciones.

Maximus tomo asiento en el trono y luego de un suspiro dijo.

- Buenos días caballeros. Tengo que darles un anuncio. La princesa Leonor anoche me presentó a su prometido. Ella y el principe Mauricio de Zenda anoche pidieron mi aprobación para contraer matrimonio...

Un silencio rotundo se escuchó en el gran salón hasta que el ministro de Guerra habló.

- Emperador esto es...

- Una locura majestad, por más de cuarenta años Zenda a sido nuestro enemigo.

- Eso sin contar la innumerables veces que han saqueado a nuestros mercaderes y comerciantes.

- ¿Que buscan con esto?

- No puede aceptar eso majestad, la princesa es la candidata que todos en esta sala creemos más apata para el trono, pero si ella se va...

Maximus mira a todos con descontento. Ellos querían decidir por la vida de su hija al igual que la Emperatriz y eso él ya no lo iba a permitir.

- Silencio. Esto no es un debate, solo les estoy informando lo que sucederá.

- ¿Y que pasará con Atenea?

- La princesa también me confesó que luchará por el trono. Ella quiere ser la emperatriz de Zenda y Atenea.

Uno de los hombres que se encontraba allí sonrió y dijo.

- Chica astuta.- al haber tanto silencio se escuchó perfecto y el emperador lo miro.- sabía que mi sobrina haría grandes cosas. Muy bien el Archiducado apoyara a la primera princesa. Será interesante ver cómo esos idiotas de Zenda se postran ante nuestra Emperatriz.

- ¿Hermano cuando llegaste?

- Luego te lo cuento. Veo que mi sobrina es bastante inteligente. No solo consiguió un prometido sino que en el proceso de matrimonio ya conseguirá acabar con las disputas entre ambos imperios. - Los demás nobles prestaron atención al Archiduque y este continúo - Ella si sabe de estrategia militar.

- ¿Que quiere decir con esto Archiduque?

- ¿Que no lo ven? La princesa acabará de una forma muy política y sin derramar una gota de sangre, con las disputas que hay entre ambos imperios.

Los nobles empezaron a comprender sus palabras hasta que otro dijo.

- ¿Pero que pasará con nosotros? También tendremos que postrarnos ante el principe. Eso sin contar que les estaríamos entregando las ruta de comercio que ellos dicen que les pertenece.

- Pero... también obtendremos acceso a los puertos de Zenda. No solo comercializaremos en tierra sino que nuestra mercancía podría ir más allá de este continente. Yo lo veo como otra forma de conquistar un imperio.

Maximus sonrió y agregó.

- Yo lo analicé de la misma manera. Es por eso que organizaré una reunión con los emperadores de Zenda y acordaremos los términos de este compromiso.

- Majestad, muchos de los aquí presentes teníamos la esperanza de que la princesa eligiera a uno de nuestro hijos...

- Yo no elegiré al prometido de mi hija. Creo que la emperatriz les dió una mala información a todos ustedes. Mi hija jamás se iba a comprometer con quien la emperatriz quisiera. Tampoco le había dicho que buscará a nadie, eso lo hizo ella por su cuenta, pero ya la he reprendido por eso, es por eso que la emperatriz a raíz de lo que pasó anoche, estará alejada del palacio por un tiempo.

Nadie dijo nada más al respecto hasta que otro noble agregó.

- A pesar de este cambio en la posición de la princesa, yo aún sigo pensando que la princesa Leonor es más apta para el cargo que el principe. Así que el condado Ferré apoya a la princesa.

Uno a uno de los nobles se levantaron para demostrar su apoyo hacia la princesa y Maximus dijo.

- Aún no sé votará, esperaremos tres meses, lo que dure el compromiso para elegir definitivamente a mi heredero. Quiero ver el comportamiento del prometido de mi hija en este tiempo y si veo que no hay nada oculto detrás de todo esto. Yo mismo coronare a ambos como los futuros herederos de Atenea.

Está decisión dejo más tranquilos a todos los nobles y luego de discutir algunos asuntos más todos marcharon del lugar.

El Archiduque Sander hermano del emperador se quedó luego de la junta y una vez solos se acercó a su hermano y lo saludo.

- Hola hermano.

- Creí que estabas muy ocupado como para volver de las fronteras.

- Un carta de mi sobrina me hizo volver, ahora entiendo el por qué. Veo que esa niña sigue demostrando su inteligencia.

- No lo sé, aún dudo de que esto sea lo mejor. El principe de Zenda no es conocido por ser una blanca paloma.

- ¿Y crees que nuestra princesa no podrá con él? Por lo que veo esa niña heredó la belleza e inteligencia de la misma Atenea.

- Bueno en eso no te equivocas, ¿sabes lo que hizo la muy condenada? Marco al principe con un pacto de sangré...

- Jajaja... creí que el principe era más astuto.

- Si los emperadores se enteran de esto podría haber muchos problemas.

- Pero si el principe no cumple su palabra también. Sabes lo que significa no cumplir una promesa hecha a la diosa.

- Nosotros lo sabemos, pero creo que el principe de Zenda no.

- Ese ya no sería nuestro problema. Quienes tendrían que preocuparse serían ellos.

Cambiando de tema ¿dónde está mi preciosa sobrina? tengo cosas que hablar con ella.

- En su palacio. Ve tranquilo, luego te alcanzo, tengo que enviarle una carta ala príncipe para informarle de mi decisión y además pedir una audiencia con los emperadores de Zenda antes de informar oficialmente su compromiso.

- Muy bien hermano te veré luego.

Sin más el Archiduque marchó hacia el palacio de su sobrina tenía que averiguar cómo es que ella sabía lo que le esperaba a su regreso...

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