Lo que se esconde bajo nuestros pies

Me sentía extraño con esta ropa puesta, era demasiada juvenil y oscura, o muy alejada a lo que acostumbraba vestir. Aunque viéndolo de otra forma, el trabajar desde joven no me dio la opción de estar a la moda en ningún momento. Además, no podían juzgarme por pensar que era raro, ¿en qué circunstancia de la vida cotidiana usarías una armadura ligera encima de la ropa?

«Tendré que acostumbrarme.»

—Oye, Ese-Pe —dijo la pelinegra.

—¿Ese-Pe? —arqueé la ceja.

—Decidí que llamarte Spiral es tan tonto que no me cabe en la boca, y SP1R4L no es una opción.

—Yo no escogí ese nombre.

—Nadie aquí ha elegido su ID, el sistema lo decide por su cuenta, no me preguntes en qué se basa porque no lo sé.

—Humm, pues a ti te queda bien llamarte Noche, ese cabello y ojos, me recuerdas a cuando sale la luna.

—¿Es un halago? —sacó algo de entre su traje—. Preferiría que me llamen por mi verdadero nombre.

—¿Cuál es?

—Eso no es relevante —acercó su mano sosteniendo una rara pistola pequeña—. Ten, es para niveles bajos. Necesitas algo para defenderte, no voy a ser tu niñera.

Fruncí el ceño.

«Qué irritante.»

Al acercarme para sostener el arma, mis manos parecieron desmayarse, como si fuesen incapaces de tomarla.

«¿Qué pasa?»

Al intentarlo otra vez, nuevamente fue inútil, como si hubiese olvidado cómo controlar mis propios dedos.

—Oh no —dijo la chica—. ¿Qué tipo arma tienes equipada?

—N-no, no lo sé, ¿por qué?

Se acercó furiosa y levantó mi brazo.

—Piensa en atacarme, quiero ver algo.

Al imaginar que quería causar daño, cual relámpago negro la oscura guja se generaba en mi mano derecha.

La empuñé.

—Sp —se enojó—. Eres un maldito idiota.

—No entiendo, ¿qué hice?

—Te equipaste un artefacto de vinculación, niño tonto, ese tipo de armas son la mayor basura del sistema.

—Pero, ¿por qué? —la guja se guardó—. Es como una lanza y se ve afilada.

—¡Eso es solo su aspecto, tonto! —me soltó el brazo—. Aquí si una cucharilla tiene un ataque mayor a lo que usas como arma, ten por seguro que la cuchara aunque no tenga filo, será más afectiva que lo traes.

—¿Y cómo se supone que iba a saber eso?

—Eres bobo, y lo peor es que ahora eres un bobo bajo mi mando —rascó su cabeza—. Los artefactos de vinculación están atados a sus portadores, crecerán junto a ellos y por eso solo se pueden equipar en un nivel muy bajo. Pero, no sirve de nada cuando hay mejores opciones, por eso nadie utiliza esas herramientas aunque tengan la propiedad de volver a ti.

—¿Cómo me la quito?

—No puedes, la tendrás de por vida.

Suspiré.

—Ni siquiera sé cómo usarla correctamente.

La robótica risa de Titán hizo eco en las cuatro paredes.

—Bueno, Noche, parece que tu nuevo amigo te costará una fortuna —dijo el coloso.

—No, ni siquiera me voy a preocupar por él. No quiero saber ni el porqué de haber elegido esa arma.

—Tampoco seas tan dura con él. No tenía forma de saber qué era ese artefacto —rascó su barbilla metálica—. Haz lo que te encargué, cuando vuelvan me aseguraré de que él sepa lo básico sobre el uso de las gujas, después de todo ya acepté que se quede con nosotros.

—Gracias Titán, pero, ¿sabes usar un arma tan extraña? —dudé.

—Él no es nuestro jefe porque suene lindo, lo es por muchas cualidades. Entre ellas, su longeva estadía en esta ciudad, y por ende, su vasto conocimiento en ítems, fabricación, combate y medicina. Todo lo que sé es gracias a él.

La miré con curiosidad.

—En fin, Sp. Hay que irnos.

Asentí.

[...]

Como dos gotas de lluvia deslizándose sobre una ventana, lentamente bajábamos por una gran tubería que llevaba a las profundidades de la ciudad. Apestaba a gas y putrefacción, tanto el olor como la oscuridad se hacían más intensas a medida que descendíamos a lo desconocido.

>Estás sufriendo el debuff de intoxicación leve. Tu vitalidad disminuirá con el paso del tiempo.

—Hay un efecto negativo en la zona —dije.

—También puedo ver los mensajes del sistema. No hace falta que lo recalques —contestó indiferente.

—Solo digo...

—No podemos estar mucho tiempo aquí como habrás podido deducir.

—¿Qué es lo que te encargaron? —le pregunté a la par que llegamos al final del ducto, cayendo en una red enorme de alcantarillas. A pesar de mi visión mejorada, era muy difícil ver aquí abajo, y las pocas luces presentes, débilmente podían iluminar la espesa oscuridad.

>Estás sufriendo el debuff de oscuridad.

«Qué maravilla.»

—Bien, debemos comenzar cuanto antes —ella sacó de su traje un afilado cuchillo que se encendió en una brillante energía púrpura—. Titán necesita un gran loot de un material que dropean algunas criaturas de esta zona.

—¿Qué significan esas palabras?

—Quiero decir que él necesita ciertos objetos que sueltan los monstruos de aquí. Otros miembros del equipo lo hemos estado apoyando, pero estar mucho tiempo acá abajo es mortal.

—Entiendo... —tosí gas—. ¿Tardaremos mucho?

—No son muy comunes los drops, así que lo mejor será iniciar ya —giró el cuchillo ágilmente entre sus manos—. Me serás bastante útil, buscar materiales es una pesadilla.

«Solo me estás usando, ¿no?»

Tomé la iniciativa de acabar rápido y di tres pasos hacia delante, pero ella me detuvo de inmediato.

—Mejor yo seré la cabeza de este dúo —fruncí el ceño, pero ella disparó rápidamente al sitio donde iba a poner el pie si no me hubiese detenido, di un pequeño salto cuando repentinamente la pared mostró cien colmillos enormes que intentaron tragarse la bala.

—¿Qu-qué mierda es esa? —leí "Depredared NVL 5" junto a la criatura.

—Es parte de la fauna. Pisa solo donde yo lo haga si no quieres ser su cena.

«Claro, que ella vaya adelante.»

[...]

La chica se movía con la agilidad de un gato y la velocidad del rayo, si no fuera por el ojo mejorado no sería capaz de apreciar lo que hacía. Se movía libremente por los espacios como si conociera cada rincón, veía los cortes y disparos preciosos que acertaba, acabando con toda criatura que se le cruzase.

Yo, difícilmente le hacía daño al extraño monstruo viscoso que me atacaba, era más lo que tardaba en retirar el arma de su cuerpo, que los golpes que lograba asestarle.

—Qué asco —arrugué la nariz, pues el monstruo estalló al morir, liberando un fétido olor.

>Residuomoco NVL 4 ha muerto.

>Subes de nivel. Tus stats han aumentado.

Mis mejoras eran repentinas, me sentí ligeramente más fuerte y rápido. Sostuve con mayor fuerza la guja y ataqué al siguiente bicho que se me atravesó.

>Excagusano NVL 1 ha muerto.

Y estalló la larga larva parecida a un taladro.

El alcantarillado se volvió un caótico concierto de instrumentos metálicos, el canto de cientos de bichos siendo aniquilados hacían un escándalo que rebotaba entre las paredes y regresaba para añadir a su melodía nuevas explosivas notas de destrucción.

En algún punto llegué a sentir insignificantes las criaturas que tenían la osadía de querer dañarme, pues bastaba un solo corte para eliminar a las débiles.

>Has subido de nivel.

«Genial. Siento que puedo...»

Apreté el puño.

¡Prunch!~

«Romper acero.»

Oí quebrarse en pedazos al excagusano que se me acercó, me sorprendió que mi mano fuese suficiente para eliminarlo.

>Has subido de nivel.

>Has desbloqueado la habilidad pasiva Resistencia a Intoxicación Leve.

Inhalé profundamente y exhalé los gases venenosos.

>Los objetos que han soltado de las criaturas se almacenaron en tu inventario.

—«Me siento de maravilla, esta sensación está fuera de todo lo que alguna vez imaginé» —pensé mirando la guja, si yo era más fuerte, ella también lo era y eso se reflejaba en su aspecto. El arma se había vuelto más afilada visualmente.

—Sp, ¿cuánta férreocostra has encontrado?

—Creo que cinco de esas cosas.

—Vamos a estar aquí solo un poco más, el debuff de intoxicación me está matando.

—Yo extrañamente me siento bien.

—Estás desarrollándote en un ambiente hostil, el sistema te va a recompensar por ello. Claro que, es algo inútil dado que será conveniente solo en circunstancias muy específicas.

—Pero tú también lo estás haciendo, ¿no?, estás creciendo aquí.

—Es una forma de verlo, pero estás criaturas a penas y hacen alguna diferencia en mis stats, pues necesitaría matar millones para subir de nivel a estas alturas.

La analicé.

>N1GHT:

VTL: Medio débil, pero puede continuar por cuenta propia. Necesita salir pronto del área.

>Sus pulmones están sufriendo daños en los tejidos\, además\, su sangre oxigenada se ha contaminado en un 10% por respirar aire tóxico.

—Ya veo —la miré—. Definitivamente estás mal.

¡Tliunk!~

Se escuchó un fuerte golpe desde las profundidades del alcantarillado.

—¿Y eso qué fue? —evalúe a mi alrededor, pero estaba muy oscuro.

¡Tliunk!~

—Quédate quieto, Sp —ella cerró los ojos y su ajustado traje comenzó a deformarse, de él salían protuberancias que reaccionaban ante el sonido e incluso a mis movimientos.

«¿Qué está haciendo?»

La analicé otra vez.

>La habilidad pasiva Detección está siendo utilizada para localizar todas las entidades cercanas y conocer sus características.

Ella abrió sus ojos con sorpresa.

—Tenemos que salir de aquí —dijo, me preocupó tan solo oír el tono en sus palabras—. No es una criatura, es un alterado corrompido.

—¿Qué sig-significa? —me tambaleé—. ¿Qué es corrompido?, ¿algo malvado?

—Significa que está infectado por un malware y ha perdido la consciencia. No es más que un arma sin cerebro, una mucho más fuerte que yo —me tomó del brazo y comenzamos a correr en dirección contraría al ruido. Ella era demasiado rápida para mí.

Miré con confusión el agua que corría por el suelo, cuando llegamos a penas y era un pequeño charco, pero repentinamente había crecido hasta tocar mis tobillos. Y seguía aumentando.

>Estás sufriendo el debuff de lentitud por cuerpos líquidos\, la velocidad de movimiento disminuirá mientras estés en contacto con el el agua.

Y con ese mensaje, sentí mis pies tan pesados como dos camiones.

—Maldición —escupió la chica con enojo—. Es un alterado de tipo leviatán, como el jefe.

—¿Y eso qué es?

—Alguien robusto y enorme en comparación con nosotros los de tipo humanoide. Seguro tenía su gordo culo en algún ducto y obstruyó el flujo de aguas negras del canal.

—Eso no suena bien.

Miré el suelo. El agua vibraba a la par que un estruendo se aproximaba por la oscuridad.

—Ponte detrás de mí, aléjate lo suficiente como para que no te vea o escuche —sacó su pistola de puño y la cargó en aquellas extrañas municiones púrpura radiante.

Tragué saliva.

¡Huuuooooaaank!~

Rugió ferozmente el colosal demonio que ocultaban las sombras. El poder de su bestial voz disparó el agua del suelo, trayendo hacia nosotros un montón de porquería.

¡Triii-iiiunf!~

Tarareó la canción del caos el arma de la pelinegra. Disparando una letal ráfaga que iluminó la zona como un repentino estallido de fuegos artificiales.

Los rayos rebotaron en la robusta armadura del monstruo sin hacerle ni un rasguño. Pude ver por un fugaz instante lo que escondía la penumbra, y mi corazón se detuvo al verlo.

Aquello era el diablo caído a la tierra, una abominación que nos tenía en la mira.

¡Huuuooooaaank!~

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