Más allá de los límites naturales

Como uñas maniobradas por dedos inquietos sobre una mesa, oí las patas de las criaturas aproximarse rápidamente, ocultos en la espesa niebla. Empuñé la guja como si fuese un hacha, y con el ojo cristalizado por las lágrimas, esperé lo peor.

Frente a mí se detuvieron aquellas cosas, dos iguales al que yacía muerto en el suelo, y uno tan largo como grande, sus mandíbulas se abrieron cual tijeras y yo retrocedí.

«Son aterradores.»

¡Cruish, crink!~

Crujió el insecto muerto, pues sus hermanos lo empezaron a devorar, mientras que el más grande me observaba con sus espantosos ojos.

«¿Acaso no van a hacerme daño?»

>Padre Insectión está decepcionado de su cría menor. Acepta que fuiste más fuerte y te perdona la vida.

«¿No quiere pelear?»

>¿Deseas enfrentarlo?

Negué con la cabeza y dejé salir un largo suspiro de alivio, y mi arma tal como llegó, de un momento a otro desapareció dejando mis manos libres.

Me recosté sobre el muro y tomé una bocanada de aire. Después de lo que ocurrió sentía que tenía la fuerza suficiente como para intentar escalar la pared, la idea de tener un punto de vista más alto pareció ser lo más conveniente para salir del laberinto. Era curioso, pero después de una situación como esta, esperaría estar cansado, sin embargo había recuperado parte de mis energías.

[...]

Sujeté con firmeza las tuberías del muro y con cuidado escalé hacia las alturas. Entre más subía, mayor era la intensidad de los vientos fríos que con crueldad, azotaban mi cuerpo. Sentía que cada segundo que pasaba, mis movimientos se ralentizaban, no por falta de fuerzas, era algo ajeno a mí.

>Estás sufriendo el debuff de congelamiento leve.

«¿Como un efecto negativo?»

Aun con ello dificultando la tarea, logré llegar a la cima de las altas paredes del lugar, tuve que detenerme un momento ante el abrumador paisaje de la metrópolis, tan vasta como un sombrío océano, me hacía sentir diminuto.

Mi aliento se dibujó en el aire helado.

—Es demasiado extenso el camino —dije al vacío con la voz temblorosa. El laberinto requería del triple de mis capacidades para salir de él.

La angustia me abrazó y me tiró con debilidad sobre la plataforma en la que estaba parado. La idea de solo quedarme acostado me sedujo con dulzura, el exterior era agobiante.

«Tal vez aquí encuentre la salida.»

Me recosté en el suelo.

>Tienes que avanzar.

«¿Qué estoy diciendo?»

>Debes avanzar.

—Ya cállate. Ni siquiera sé si es real lo que veo, o si he perdido la cordura. Todo lo que quiero es volver a casa con papá, estoy aquí porque soy un necio —contesté.

>Levántate.

—Déjame dormir.

>Estás sufriendo el debuff de congelamiento grave, la mayoría de tus stats han disminuido temporalmente.

—Qué importa eso...

>Advertencia: Si el debuff aumenta un nivel más, se verá afectada tu vitalidad.

«Solo déjame descansar aquí.»

[...]

Abrir mi ojo fue una tarea tan difícil como intentar tocar una estrella. Mi visión se había deteriorado tanto desde que llegué, que a penas podía distinguir las formas, aun así, pude observar aquellos ojos color cielo nocturno a centímetros de mí.

—Creí que estabas muerto —dijo la joven de cabellos blancos y espectrales.

—¿Qué haces acá? —pregunté desde el suelo, no podía levantarme, mis extremidades estaban paralizadas por el frío.

—¿Que qué hago acá? —arqueó una ceja—. ¿Qué haces tú aquí todavía? —rascó su cabeza—. Se me asignó todo este territorio temporalmente, cuando mis sensores detectan actividad inusual suele ser por disputas o conflictos tontos, aun así los vigilo por si es algo de mi interés.

—...

—Con interés me refiero a un compañero en peligro o algo similar. En fin, no pensé que fueras tú otra vez, de hecho, desde que te vi pensé que no durarías más de 24 horas —concluyó.

—¿Y qué es lo quieres? —Logré sentarme.

—¿Lo que quiero yo? —me evaluó de pies a cabeza—. ¿Qué es lo que quieres tú? Mírate, estás cubierto de sangre de hace días, polvo, quemaduras y apestas a orina, además de que tu ojo está al borde de quedarse sin luz.

—No es mi culpa que este lugar sea más inseguro que un país bajo, yo todo lo que quiero es volver a casa.

—¿Eres tonto?

—¿Humm? —fruncí el ceño.

—No puedes salir del sistema, nadie puede.

—¿Qué sistema?

—Vaya, llegaste por accidente, ¿no? —suspiró—. No sabes nada de nada.

«Esta chica es molesta.»

—Salir de aquí es todo lo que quiero —seguí—. No pertenezco a este lugar y tampoco quiero hacerlo, no sé qué clase de infierno es este, pero definitivamente no es el sitio en el que quiero estar.

—Qss —rio sin mostrar sus dientes—. Te seré más honesta que cualquiera con quien te puedas cruzar aquí.

La miré.

—Tienes dos opciones, niño: aceptar el sistema y sobrevivir, o cerrar tu ojo para siempre. Aquí subes de nivel, o mueres, es así de simple.

—Qué tontería. —Se me arrugó la nariz por el disgusto.

—Puedo ayudarte a que no mueras allí con el culo congelado, pero te cobraré por ello.

—No te pedí ayuda, ¿por qué te importa?

—Aunque no lo parezca, tengo algo llamado "empatía" —frunció el ceño también—. Yo ayudo a muchas personas, no haré la excepción con alguien que para empezar, está en muy mal estado, y por el otro lado, no sabe ni qué es este sitio.

—No confío en ti, no sé quién o qué eres, ni siquiera pareces humana.

—¿Y tú lo pareces? —Me señaló—. Te asemejas más a un villano de película de terror que a una persona. Y en serio, apestas.

«¿Realmente tengo una mejor opción que ir con ella?»

—No te voy a obligar a venir conmigo, responde o me iré, el jefe no deja de molestarme, aún tengo mucho que hacer.

—Está bien. —Dudé hasta la última sílaba—. Creo que puedo confiar en alguien que pudo matarme, pero no lo hizo.

—Entonces bienvenido al equipo —aplaudió tan rápido que casi no lo noté—. Felicidades, ahora a trabajar, aunque primero te llevaré a que te des un baño y te coloques algo para el frío, también debería darte algún arma del almacén.

—¿Almacén?

—Hay una base cercana donde tenemos algunas cosas.

—¿Tenemos?, ¿quiénes? —Me puse de pie—. ¿Me mostrarás algo así sin conocerme?

—Por supuesto que no, T1T4N, el jefe, decidirá si te puedes quedar o no, y obviamente no te revelaré la ubicación.

—¿Y cómo planeas llevarme entonces?

Ella solo contrajo su puño ante mi pregunta, y antes de siquiera darme cuenta de lo que ocurrió, ya estaba inconsciente tras sentir un puñetazo.

[...]

«¿Agua caliente?»

Me pregunté al sentir la delicadeza del llanto de la ducha lavando mi cuerpo, era algo nuevo para mí, estaba acostumbrado al agua helada.

El vapor bailaba en mi nariz. Noté con vergüenza que estaba desnudo y al instante llegó a mi cabeza lo último que recordaba, me pregunté quién me quitó la ropa.

«¿Ella me noqueó?»

Estornudé.

«¿Este lugar es el almacén?»

Miré confundido las paredes oscuras y metálicas de mi alrededor.

«Qué monotonía la de esta ciudad.»

Al seguir observando, mi ojo se encontró con otros: dos perlas de iris plateadas, ambas con la esclerótica totalmente carmesí. Aquella invasiva mirada estaba incrustada en una pesada y robusta armadura negra cual carbón, y en la que ocasionalmente destellantes rayos se movían libremente como si fuese sangre recorriendo venas.

«¿Otro coloso?»

—¿Te importaría dejar de mirarme así? —dije y me cubrí la entrepierna—. ¿Quién eres tú? —Miré los símbolos sobre su cabeza, leyendo T1T4N sobre esta.

—Llámame Titán, no creo que haga falta explicar mi rango en este lugar.

—Yo opino que sí.

—Soy la máxima autoridad acá, me gusta entrar al baño a ver qué hacen los demás —levantó su gran dedo índice y señaló mi entrepierna—. No hay mucho que ocultar ahí, no sé por qué te cubres.

—... —fruncí el ceño.

—Es un chiste —rio con la carcajada más artificial que había escuchado en mi vida—. Los demás me llaman jefe, o líder dependiendo de a quien le preguntes, pero mi visión personal es la de un escudo, solo estoy aquí y hago lo que hago porque siento que es lo correcto para mis amigos, mi familia.

—¿Y es lo correcto estar acá mientras me ducho?

—No te confundas, niño. Estoy aquí porque Noche te trajo y te arrojó como una bolsa de basura en este lugar, no te conozco, así que te estaré vigilando.

—¿Noche? ¿Hablas de M1DN... —me trabé—. Me refiero a la chica de ojos oscuros.

—Sí, ella.

Suspiré.

Sin darme cuenta ya se había desprendido toda la mugre pegada a mi piel, sentí que había vuelto a la vida y, al detener el agua de la ducha, una toalla cayó sobre mis hombros.

—Sécate bien, hay algo que haremos contigo.

Lo miré desconfiado.

—¿Qué cosa?

—Si vas a estar aquí, unirte a nosotros, e incluso por tu propio bien, será necesario hacer un par de cambios —apuntó hacia mi ojo—. Empezando por reemplazar esos órganos tan deteriorados.

—¿A-ah qué te refieres? —Me tambaleé—. No existen prótesis oculares como para quitarme mi único ojo.

—Tal vez no existen de donde vienes, pero es algo común aquí.

—¿Dolerá?

«¿En qué me he metido?»

—No tardaremos mucho, lo agradecerás.

—¡¿Van a sacarme los ojos?!

[...]

La fría mesa tensó mi espalda y la incandescente bombilla sobre mi cara me hizo cerrar los párpados un momento.

Sentí escalofríos.

Oí un par de pasos entrando a la siniestra habitación de operaciones, ubiqué el nombre N1GHT sobre la cabeza de la joven y me quedé tan confundido como cuando llegué. La chica aún vestía su ajustado traje negro, pero su cabello se había vuelto liso y oscuro como una cascada de obsidiana.

«¿Es la misma persona?»

—Sentirás una pequeña punzada antes de empezar la operación, lo haré rápido, será como el piquete de una abeja.

—¿Tú me vas a operar? —Temblé un poco—. Te ves diferente, casi no te reconozco.

—Es mi verdadero aspecto —contestó a la par que tomó de la mano de Titán una especie de jeringa incrustada en un contenedor negro.

Tragué seco.

—¿Esto es realmente necesario? —miré la fina aguja a centímetros de mis pestañas.

—No quiero a un ciego trabajando para mí, deja de llorar y cierra la boca. Lo haré lo más rápido que pueda.

—¿Exactamente qué har...

Me quedé sin palabras en un instante, pues sentí la aguja atravesarme el ojo.

En circunstancias normales hubiera gritado, pero la sustancia que se esparció de inmediato tras la entrada del instrumento, me dejó atontado y paralizado, tanto, que perdí el conocimiento al instante.

[...]

Desperté agitado y tomando una gran bocanada de aire, tenía el pulso increíblemente acelerado y el cerebro me palpitaba.

«¿Qué es...?»

Parpadeé incrédulo.

«¿Qué es esto?»

Miré mis manos y había tanto detalle en ellas que incluso veía por dónde salía el sudor, además de que mi campo de visión se había triplicado.

«Estos colores, esta profundidad y textura...»

—Wow —dije.

«Jamás imaginé que el mundo se viese de esta manera. Sin sombras o difusión, con tantos pequeños detalles hasta en los espacios más insospechados.»

—¿Cómo es posible?

Rápidamente, levanté la cabeza y miré a Noche, estaba observándome como si evaluara todo lo que hacía.

A ella le pareció graciosa mi reacción.

Me quedé anonadado ante la perfecta visión que ahora tenía. Una gran cantidad de información invadía todo en lo que fijara la vista, desde la distancia que había entre las cosas y yo, hasta estadísticas de estas. Era capaz de ver con una precisión tan sobrehumana, que incluso podía detallar los poros de la chica aun cuando ella estaba a varios metros de mí.

Toqué mi rostro y sentí un parche cubriendo mi ojo derecho, al parecer solo tenía una prótesis ocular, pero eso sorprendentemente era más que suficiente.

—Y bien —dijo Noche—, ¿cómo te sientes?

—¿Qué fue lo que me hiciste?

Ella solo tomó un espejo y lo puso frente a mí. Vi que tenía un ojo distinto, cuya pupila giraba y se expandía como un espiral hasta el final del iris oscuro, al ver mi reflejo apareció información sobre mí mismo.

>SP1R4L:

VTL: Estable.

PDR: Equilibrado.

ATQ: 4.

DFS: 2.

VLD: 2.

NVL: 2.

>El componente mecánico instalado recientemente ha mejorado tu visión.

>Las habilidades pasivas Análisis y Procesamiento Acelerado han sido desbloqueadas.

—Gra-gracias —contesté todavía incrédulo.

—¿Gracias? —Ella me arrojó ropa cómoda y ligera junto a un par de protectores metálicos—. Tendrás que pagar eso, estarás bajo mis órdenes. Vístete, tenemos un par de cosas que hacer.

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