soledad junto a mi nuevo mejor amigo

No renunciare, lo se soy masoquista. Pediré mis dichosas vacaciones y

luego veremos. A la mañana siguiente sin ánimos de salir de mi cama, tome mi

celular y mande un mensaje a la mole.

—Me tomare una semana, a partir de hoy.

Luego de eso, me voltee en mi cama tratando de seguir durmiendo pero

el dolor en unas de mis nalgas hizo que me queje.

Me levanto y voy al baño para verme en el espejo e empecinar cada roncón

de mi cuerpo. Y ahí esta la culpable de mi malestar. Ese bruto mordió tan

fuerte que dejo una jodida marca. No solo ahí en casi todo mi cuerpo tengo

mascas. Sus dedos, dientes y morados por los chupones.

Genial, yo que pensaba ir a la playa, parezco un Tetris.

Me meto a la ducha y dejo que el agua helada recorra mi cuerpo y

aunque quisiera que se lleve mis recuerdos de la noche anterior, ahí están reproduciéndose

en mi mente, torturando mi alma.

Maldito, no puedo dejar de pensar en el. Sus palabras fueron mas que

una advertencia.

Desilusionada conmigo misma, salgo de la ducha y me visto tranqui y

mando un mensaje a mis locas amigas. Me visto con lo primero que encuentro en

mi closet y descalza voy a mi cocina a prepararme un rico desayuno.

Hoy planeo salir, si mis amigas no me acompañan lo hare sola. Y mañana

es muy probable que termine en la playa.

NARRA SEBASTIAN:

Maldita y deliciosa mujer. No he podido pegar ojo en toda la noche

rememorando la tarde noche de ayer. La muy hija de su mama me a dejado el

cuerpo marcado, pero sonrió porque yo hice igual con el de ella.

Estoy por salir a la oficina, preparándome para al llegar no dejar

salir y demostrarle todo lo que un verdadero hombre puede hacer cuando mi

celular timbra con un mensaje entrante.

Al leer el mensaje, no lo puedo creer y l vuelvo a leer. Si

definitivamente tubo el descaro de tomarse la semana cuando habíamos acordado

claramente que solo seria días.

Bien, bien. Suspiro y me subo al coche para ir a la empresa.

Llego y siento una molestia, pero trato de no pensar en ella. Maldita,

no dejo de pensar en ella.

Entro a mi oficina y su perfume invade mis fosas nasales, no puede ser

que este impregnando en estas paredes en tan poco tiempo, o será que el que

lleva el recuerdo de su perfume en la memoria soy yo y no la oficina.

Me deshago de ese pensamiento y me dispongo a comenzar con el maldito

trabajo que al parecer tendré que hacer yo solo.

¿Dónde carajo estará la lista de presupuesto? Esta y miles de peguntas

se instalan en mi mente mas no pienso llamar a ese demonio sexi para obtener la

respuesta. En cambio dejo la oficina como si un huracán hubiera parado por aquí

del revoltijo que arme.

Para el medio día y viendo que estaré solo sin que la insoportable

presencia de esa mujer que al parecer no quiere salir de mi cabeza, llamo a la

gatita en celo que tuve el agrado de sentir su pie en mi entrepierna.

La muy zorra casi grita de la emoción cuando la invite a almorzar.

Llegada la hora y sin mucho que hacer, salgo de la oficina y me dirijo al hotel

donde la cite.

Llego y luego de pasar por recepción me dirijo a la habitación donde

tengo planificado mi almuerzo.

Llego y como me lo imaginaba, ella ya me espera solo con una hermoso

conjunto de lancería que no despierta nada en mi.

De pronto me encuentro comparándola con ese demonio sexi que tengo por

mano derecha que al parecer también es mi mano izquierda.

Solo imaginando que es ella la que tengo entre mis manos logro excitarme

pero no puedo hacer mucho. Por suerte consigo hacerla gemir cómo enferma y

frustrado me levanto para salir de esa habitación.

Maldita mujer.

Vuelvo a la oficina echando humo, jamás me a pasado esto. Me siento en

mi escritorio y mi mirada se dirige al de ella. Y ahí aparece, en mi imaginación.

Moviéndose como suele hacerlo, rascando su frente cuando lee concentrada,

mordiendo algún lapicero o solo bebiendo de su taza de café.

Mierda.

Sacudo mis pensamientos y me concentro en el trabajo.

Así paso la maldita semana, imaginándome y sin poder conseguir lo que

siempre tuve sin siquiera tener que pensar mucho, una erección. Ni viendo una

porno logre excitarme, mas cuando sierro los ojos y viene a mi mente los

recuerdos de ese cuerpo entre mis brazos, ese glorioso cabello enroscado en mi

mano jalándolo, mis manos marcando sus blancas nalgas. Solo así me siento firme

y tengo que recurrir a mis manos porque si abro los ojos y veo a otra mujer

como si se tratara de un globo soltando el aire, así de rápido se baja.

La idea era que ella que marcada y al parecer el karma una vez mas

hace su jugada dejándome sediento y con ganas de mas de ese hermoso demonio

sexi que tengo por manos. Sin lugar a dudas no solo es mi nano derecha ahora también

es mi izquierda.

Quien diría que yo estaría en esta situación donde el recuerdo de

Afrodita desvela mis sueños y no sale de mi retina.

La semana pasa y estoy ansioso por verla llegar, juro que voy a romper

todo cuando la tenga entre mis dedos.

NARRA CECILIA:

Anunciando mi partida a la playa, sin ningún tipo de medio de

comunicación, partí por tres días a la playa solo con unas novelas, tres juegos

diferentes de bikinis y alguna que otra solera veraniega. Para mis pies solo

lleve un par de ojotas y nada mas.

Mi plan es relajarme, disfrutar del sol y olvidarme de la mole que

calo mi cuerpo y me dejo marcada.

Disfrute como nunca de estos días al sol, tomando jugo de fruta

natural y comiendo sanamente. Estos días fueron rejuvenecedores.

Mis amigas me aplaudieron cuando les conté que me tomaría unos días

para disfrutar de la playa. Lastima que ninguna me pudo acompañar. Todo el día

disfrutando de la arena y la soledad que me brindaba el lugar. Por las noches

en la habitación del hotel junto a mi nuevo mejor amigo jugaba con el hasta que

se quedaba sin baterías y solo así podía dormir plácidamente, pero al despertar

mi mente me recordaba una y otra vez el ultimo día que pasamos juntos, mis

sueños eran tan vividos que tenia que ponerme a pensar un momento donde estaba.

Se a quedado tan impreso en mi piel que solo sierro los ojos y ahí

esta, sobre, debajo, de lado o en cualquier parte imponiendo su fuerza, sometiéndome

a su antojo.

Al volver a la ciudad me encuentro con un mensaje de Scott. Fue tan

repentina su partida que no tuvimos tiempo a nada y se que hay cosas en el

departamento que son suyas. Quedamos en juntarnos para almorzar y de paso llevarse

sus pertenencias.

Y así lo hizo, al día siguiente se presento de la mano de la Barbie

esa que para mi asombro estaban saliendo. No dije nada, estaría demás decir

algo. Solo almorzamos recordando viejos tiempos en el colegió y luego junto con

una enorme caja llena de sus cosas los dos partieron dejándome sola.

Camino a mi cuarto y suspirando saco de mi bolso de viaje mi nuevo

mejor amigo y lo conecto al enchufo para que cargue baterías, esta noche tengo

una cita muy intensa con ese aparatito.

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