Capítulo XI

Helena se encontraba en su oficina, sentada en su silla, perdida en sus recuerdos.

Ocho años atrás.

Después de aquel primer encuentro con Nicolás Cox, el hombre continuo visitando el albergue.

—Nicolás—Es admirable su pasión por ayudar a estas mujeres, señorita Helena.

Nicolás no había podido evitar observar a Helena, todo el tiempo y las veces que visitaba el albergue de Florence. La chica tenía una esencia qué lo atraía.

Helena sonrío.

—Helena—Quisiera poder hacer más por ellas.

Helena giro hacia un par de mujeres, qué en sus brazos cargaban a sus hijos.

Nicolás analizaba la mirada de Helena, parecía sinceró su agobio por aquellas mujeres.

—Nicolás—¿De verdad le interesa la situación de esas mujeres? O es que...

Helena giro su rostro, para ver el de Nicolás.

—Helena—Esas mujeres no tienen a nadie más que a sus pequeños hijos, luchan día a día, se enfrentan a situaciones difíciles, para poder alimentarlos. Muchas de ellas escaparon de sus esposos violentos, para poder darles una mejor estabilidad emocional a sus hijos.

Nicolás observó al par de mujeres, a simple vista se veían de escasos recursos.

—Helena—En la institución solo podemos ayudarles con algo de comida y una cama para dormir por algunos días.

—Nicolás—Podrían hacer un evento de caridad. En él recaudarían más fondos para el albergue.

—Helena—Es una buena idea señor Nicolás, pero como sabrá, para poder realizar un evento de caridad donde las personas ricas de Texas asisten para hacer donaciones, se necesita dinero y contactos.

El aspecto rígido de Nicolás desapareció. Se acercó solo un poco hacia Helena.

—Nicolás—Yo tengo el dinero y los contactos.

Menciono él, sin quitar la vista de las mujeres. Pues su cercanía lo hizo sentir extraño, al igual que a Helena.

—Helena—Se lo agradezco Señor Cox, hablaré con Florence respecto al evento. Estoy segura de que le hará feliz saber que tendremos su apoyo, para obtener más donaciones para la institución.

Sin contar lo que pasaría después, Nicolás y Helena giraron su rostro al mismo tiempo, el contacto de sus miradas, trajeron consigo sensaciones nuevas.

—Florence—Señor Cox, ¿aún continua aquí?.

Florence había llegado a su lado, hace algunos segundos. Pero al parecer ninguno de los dos lo había notado.

—Nicolás—Me detuve un momento a hacer una llamada.

Se excusó.

Helena—Florence, el señor Nicolás nos dará su apoyo para hacer un evento de caridad.

—Florence—Esa noticia es estupenda.

Helena asintió.

—Nicolás—Por hoy debo de retirarme, pero quizás podemos hablar de este tema mañana.

—Florence—Claro que sí, señor Cox. Helena ¿crees que podrías ser tú quien vea los detalles del evento con el señor Cox?.

—Helena—Está bien.

Respondió un poco insegura.

—Nicolás—Entonces nos vemos mañana señorita Helena.

Nicolás se detuvo en los ojos de Helena y después se dio media vuelta. Parecía querer correr, para salir de ese lugar.

—Florance—Apuesto, pero extraño.

Expreso por la actitud de Nicolás.

—Helena—Sí.

¿Qué había sido eso? Se preguntó Helena. Y no por la manera en la que salió Nicolás, sino por el instante que pareció eterno, donde su mirada se conectó con la de Nicolás Cox.

—Judith—Buenas tardes.

Judith apareció detrás de ellas.

Minutos antes se había estacionado frente al albergue con una sonrisa amplia, miraba su anillo cada milésima de segundos. El diamante en forma de corazón era grande y precioso. Su escapada de fin de semana con Edwards Cox, había terminado de la mejor manera para Judith, pues Edwards había sido generoso al entregarle aquel anillo, como prueba de su amor.

Entró al albergue ignorando el olor, qué siempre la ponía de mal humor al entrar. Camino con su maletín, ondeado su mano, quería que se notará aquella joya tan esplendorosa en su dedo, pero se detuvo en el preciso momento en el que escucho la voz de Nicolás.

Se quedó en el pasillo, observando como Nicolás hablaba con Helena y a pesar de la postura rígida de él, no le agradó la cercanía de ellos.

Judith era una mujer muy ambiciosa, sabía hasta cuanto descendía la fortuna de los hermanos Cox. Lo deseaba todo para ella y de una u otra forma, lograría beneficiarse de ambos hombres.

—Florence—Pensé que no volverías hasta mañana.

—Judith—No podía quedarme en casa sin hacer nada. Y aquí puedo ser de más ayuda.

Respondió Judith, con una sonrisa sutil.

—Florence—Pues bienvenida.

Florence llevo su mirada hasta el brillo, de aquel ostentoso anillo.

—Florence—No sabía que te habías comprometido, Judith.

Judith sonrío y levantó la mano hasta ella, para que pudieran tener una mejor vista, del anillo.

—Judith—Mi novio me lo dio como promesa, de que pronto nos uniremos en matrimonio. ¿Es precioso, verdad?.

Le pregunto a Helena.

—Helena—Sí, es muy hermoso. Felicidades, Judith.

—Florence—Parece muy costoso.

—Judith—Lo es, es un diamante, Florence.

Florence y Helena abrieron los ojos de par en par.

—Florence—¿Y quién es el afortunado, Judith?.

Judith sonrío.

—Judith—Pronto sabrás quien es.

Dijo ella, sin quitar la vista de Helena.

Unos golpes en la puerta, trajo de vuelta al precente a Helena.

—Helena—Adelante.

—Secretaria—Señora Cox, la esperan en la junta.

—Helena—Gracias.

Helena se levantó y se dirigió hacia la sala de juntas.

En sala quedaba solo una silla vacía, la de vicepresidencia y se encontraba al lado de Nicolás.

—Nicolás—Empecemos.

La junta fue como tantas veces, solo se hablan de nuevos proyectos y balances. Al término de la junta, Helena se levantó para retirarse.

—Nicolás—Tú no puedes retirarte Helena.

Le hablo con un tono hosco, al ver su intención.

Todos miraron a la viuda de Cox y después salieron con prisa, era bien sabido el temperamento horrible de Nicolás y nadie quería cometer el error de quedarse un segundo más.

Helena se sentó devuelta en su silla.

—Helena—¿En que te puedo ayudar Nicolás?.

El abogado de Nicolás entró por la puerta y dejo en la enorme mesa, frente a Helena, los papeles de compraventa.

Helena abrió la carpeta y se quedó en silencio por varios segundos.

—Nicolás—Es lo único que te puedo ofrecer. Estoy seguro de que para una mujer oportunista como tú, le será suficiente.

Helena sintió su enojó al tope por el insulto y aventó la carpeta a la mesa.

—Helena—Veinte millones es lo que vale para ti, la herencia de tu hermano.

—Nicolás—Su fortuna solo le pertenece a la familia, Cox. No a una oportunista.

Espeto con enojo.

—Helena—Pues a mí me parece poco Nicolás.

Agrego con soberbia.

—Abogado—Es un buen trato señora Cox. Acéptelo o...

—Helena—¿O que?.

—Abogado—Pondremos una demanda y nos iremos a juicio.

Nicolás frunció el entrecejo con enojo, esperaba que aceptara el dinero y se fuera por fin, lejos de su vida.

—Helena—Entonces que así sea. Porque no pienso aceptar esto.

—Abogado—Señorita piénselo bien, este trato...

—Nicolás—¿Cuánto quieres por darme lo que me pertenece y desaparecer de Texas?.

Aquello sorprendió a Helena; sin embargo, no mostró reacción alguna frente a él.

—Helena—Sesenta millones.

—Abogado—¡¿Qué?!... Señora Helena, esa cantidad...

—Nicolás—¡Déjanos solos!.

Le ordenó al abogado y de un brinco, él salió de la sala de juntas.

Nicolás se levantó enfurecido y camino hasta quedar a unos pocos centímetros de Helena.

Helena le miró con altivez, al mismo tiempo intentaba controlar los latidos qué golpeaban con fuerza su pecho.

Y la situación de Nicolás no era diferente. Un ciento de razones llegaban a su mente, para despreciar a Helena, más, sin embargo, siempre había "una" qué detenía todo a su alrededor cuando la tenía cerca de él.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

🌟Queridas lectoras, he leído todos sus comentarios, les pido una sincera disculpa por no actualizar seguido esta novela.

El motivo del retrasó, es un problema de salud, con el que ya llevo más de dos semanas.

Pero haré el esfuerzo, para actualizar seguido esta corta novela.

Que tengan un lindo día 🙃 ¡Saludos!. 🖤

Más populares

Comments

Hiradia Cohen

Hiradia Cohen

y ese Eduwar no era tan bendito entre la maldad de Yudith

2024-05-18

1

Susana Pallota

Susana Pallota

Me ganaste a decir Judith era amante del esposo

2024-05-10

1

Mary Hernand

Mary Hernand

Judith es la asesina!

2024-05-08

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play