—Recepcionista—Detective Davis, el doctor Williams lo espera en su consultorio.
Charles asintió y camino hasta el consultorio del doctor Williams.
El doctor Williams era un hombre gordo, con el cabello tupido de canas, piel canela y una mirada cansada.
—Williams—Detective Davis, por favor siéntese.
—Charles—Gracias.
—Williams—Usted dirá en que le puedo ayudar.
—Charles—Supongo que ya está enterado, de que el señor Edwards Cox fue asesinado.
—Williams—Los rumores corren rápido aquí Southlake, detective. Ahora le vuelvo a preguntar, ¿en que le puedo ayudar?.
—Charles—Necesito respuestas doctor Williams.
El doctor Williams se reclino en su silla y junto sus manos sobre su estómago.
—Williams—Responderé lo que pueda.
—Charles—Se que usted a sido el médico de cabecera de la familia Cox, por muchos años.
—Williams—Así es.
—Charles—Necesito saber, si en algún momento la señora Helena Cox, estuvo embarazada.
Esa pregunta le había tomado por sorpresa al doctor Williams, más sin embargo volvió su rostro inexpresivo.
—Williams—La señora Helena de Cox, nunca estuvo en gestación en los años de matrimonio con el señor Edwards Cox.
—Charles—¿Sabe si ella tenga alguna condición que le haya impedido poder procrear?.
—Williams—La señora Helena, esta perfectamente bien de salud.
—Charles —¿Y por qué razón cree usted que el matrimonio Cox, después de ocho años nunca procreo un hijo?
—Williams—No lo sé, yo nunca cuestióno las desiciones personales de mis pacientes.
Charles se quedó en silencio por un momento, se había sumergido en lo más profundo de sus pensamientos. ¿Entonces, de quien podría ser la tumba de aquel infante? Era una de las preguntas que se hacía Charles.
—Williams—Sí no tiene más preguntas le pido que me deje continuar con mi trabajo, aun tengo muchos pasientes que atender.
Davis asintió y se levantó de la silla, al igual que el doctor Williams.
—Williams—Lo acompaño.
El doctor Williams encaminó al detective Davis, hasta la salida de aquella clínica privada.
—Charles—Sí tengo más preguntas, lo buscaré de nuevo.
Williams asintió, se dio media vuelta y camino hasta la recepcionista.
—Williams—Cancela todas mis citas de esta tarde.
—Recepcionista—Sí, doctor.
El doctor Williams, entró de vuelta a su consultorio y deslizó el pasador de la puerta cuando la cerró. Camino hasta su escritorio y se inclino hacia uno de los gabinetes de este y lo abrió.
Sacó una carpeta, que tenía escrita la inicial "C", la dejó sobre su escritorio y la observó por varios segundos.
Williams se pasó las manos por el rostro y tomó una bocanada grande de aire, para después expulsarla con preocupación.
Después de analizarlo por varios segundos, tomo la carpeta y la guardo dentro de su maletín.
Salió de consultorio con rapidez y subió a su automóvil.
Charles observaba desde su auto, como el doctor Williams había salido con rapidez de la clínica. Había algo extraño en el comportamiento del doctor Williams, ahora se preguntaba si su comportamiento tendría algo que ver con las preguntas sobre Helena de Cox.
Encendió su auto y condujo detrás de vehículo de Williams, a una distancia prudente para no ser descubierto. El doctor detuvo su auto frente a una casa tan grande, que casi podría parecer una mansión.
Charles se preguntó, si un médico ganaba lo suficiente como para vivir en una casa así, en una zona residencial, en una de las ciudades más caras de Texas y conducir un vehículo de más de un millón de dólares.
Después de quedarse unos minutos en su auto, observando la casa del doctor Williams, encendió su auto y condujo hasta la mansión Cox.
El recuerdo de Helena sollozando sobre la lápida del infante volvió a su mente, mientras conducía. ¿A quién le lloraría Helena?. La curiosidad por saber de quién sería esa lápida, lo lleno más de intriga.
—Ama de llaves—Buenas tardes, detective Davis.
El ama de llaves lo recibió de inmediato y lo llevo hasta el despacho, donde se encontraba Nicolás Cox.
—Nicolás—¿Ha encontrado más pistas sobre el asesinato de mi hermano?.
Nicolás estaba de espaldas, parado frente a la ventana, viendo a Helena en el jardín, cortando rosas.
—Charles—Lamentablemente, no. ¿Usted podría decirme si el señor Edwards tenía enemigos? ¿O alguien que estuviera interesado en dañarlo?.
—Nicolás—Somos la familia más importante de Texas, detective Davis. Siempre habrá alguien que busque dañarnos.
Mencionó Nicolás, sin quitar la vista de Helena.
—Charles—Quisiera que me permitiera hablar con sus empleados.
—Nicolás—Adelante, detective.
Charles salió del despacho y camino por los pasillos de la mansión. Hizo las preguntas de rutina al personal de limpieza.
Se detuvo en la puerta, de la habitación principal, que era la que ocupaba Helena. Dio algunos pasos con la intención de entrar, pero el Ama de llaves lo detuvo.
—Ama de llaves—Detective Davis, nadie tiene permitido entrar en esta habitación.
—Charles—Necesito que responda algunas preguntas.
El ama de llaves cerró la puerta de la habitación y miró al detective con duda.
—Ama de llaves—Lo siento, pero no puedo desatender mis deberes.
—Charles—No se preocupe, solo serán preguntas de rutina, nada más.
—Ama de llaves—... Está bien.
—Charles—¿La noche que desapareció el señor Edwards, usted se encontraba en la mansión Cox?
—Ama de llaves—No. Los fines de semana, los señores Cox prescinden de nuestros servicios.
Charles frunció el entrecejo.
—Charles—¿Y quién se encarga del mantenimiento de la mansión, los fines de semana?.
—Ama de llaves—La señora Helena.
La mansión Cox estaba llena de servidumbre, debido a su tamaño se necesitaba más de treinta personas, para darle un mantenimiento apropiado todos los días.
—Charles—¿El señor Cox estaba de acuerdo con eso?.
La empleada se encogió de hombros.
—Ama de llaves—Siempre ha sido así, desde que la señora Helena vino a vivir a esta mansión.
Para Charles, era curioso que siendo la familia más rica de Texas, Helena sea la encargada de la limpieza de la mansión Cox.
Las personas que había entrevistado anteriormente, gente cercana al matrimonio, hablaban de lo unidos que eran, sobre todo del buen esposo que había sido Edwards Cox. "Siempre al pendiente de su esposa", "Trataba a Helena como a una reina". Eran las respuestas más comunes que obtuvo.
—Charles—¿Alguna vez vio algo extraño en el matrimonio Cox?.
El ama de llaves se tensó.
—Ama de llaves—Nada fuera de lo normal, detective Davis.
Charles se percató de la tensión en la mujer.
—Charles—Es todo.
La mujer se alejó por los largos pasillos.
Charles volvió a sumergirse en sus pensamientos. Era claro que algo no cuadraba.
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Comments
Maria Elena Maciel Campusano
Ese tipo seguramente abusaba de su esposa y los fines de semana retiraba a la servidumbre para que no vieran lo que Helena sufría 🤔
Es probable qué él mismo causára un aborto a su esposa en uno de esos fines de semana🤔
2025-02-27
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Angel Gomez
Talvez le pegaba porque como dicen "caras vemos corazónes no sabemos"
2025-02-24
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Lucy Is
pues los fines de semana no se hacía limpieza en la casa 🏡 eso supongo
2025-01-26
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