Capítulo VIII

El detective Charles Davis, se detuvo en una de las plantaciones de la familia Cox. En la parte exacta, donde habían encontrado el cuerpo sin vida, de Edwards Cox.

Sacó la bolsa con el anillo, que los médicos forenses habían encontrado en uno de los bolsillos de la ropa de Edwards.

—Charles—Debe de haber una pista.

Miró a su alrededor y a varios metros de la plantación de algodón, vio una pequeña brecha de tierra. Camino hasta ella y se preguntó ¿que tan lejos podría llegar? ¿y a donde?.

Subió a su auto y lo encendió, manejo hasta la brecha y siguió por ella, por casi dos horas.

La brecha de tierra, terminaba frente a unas humildes casas. Charles detuvo el auto frente a una de ellas y se bajó, dio algunos pasos, observando todo a su alrededor, aquel lugar no parecía muy transitado, sería sorprendente si encontraba un alma.

Se acercó a una de las casas, la fachada estaba deplorable, tal vez tendría mucho tiempo abandonadas, pensó Charles.

Detrás de la casa, había un árbol muy frondoso, debajo de él, había una chiquilla de no más de quince años al parecer. Estaba sentada, con la vista perdida en la nada.

Charles camino hasta ella, su idea era hacerle algunas preguntas, pero la chica, en cuanto escucho los pasos, levantó la vista con miedo.

—Charles—Hola, soy el detective...

La chica se levantó y salió corriendo despavorida.

Charles se sorprendió por el actuar de la chica, después supuso que la había asustado.

Caminó detrás de ella, lo más rápido que pudo, esperando ver a donde se dirigía.

La chica se adentró a una de las casas, la única pintoresca y al parecer más habitable de todas.

Charles camino hasta aquella casa, cuando estaba a punto de tocar, la puerta se abrió, dejando ver a una señora un poco mayor.

La mujer no era otra, que María.

—Charles—Buenas tardes.

La mujer vio al hombre con un gran interrogante.

—María—¿Si?.

—Charles—Soy el detective, Charles Davis.

Charles sacó la placa y se la mostró a la mujer.

Causó un poco de sorpresa en María, sin embargo, no hubo una reacción de su parte.

—María—¿En que le puedo ayudar detective?.

—Chsrles—Estoy llevando el caso del asesinato del señor, Edwards Cox.

Charles hizo una pausa, esperaba ver una reacción en la mujer, pero el semblante de María seguía neutral.

—Charles—A varios kilómetros de aquí, encontramos el cuerpo del hombre. Estamos investigando a los alrededores, haciendo algunas preguntas a las personas serca de ese lugar.

—María—Entiendo.

—Charles—¿Quisiera que me contestara algunas preguntas?.

María asintió.

—María—¿Usted dirá?.

Charles se inclino un poco hacia a un lado y observo un poco, la casa por dentro. Buscaba con la mirada a la chica.

—Charles—¿Podría pasar?.

María cerró la puerta a su espalda.

—María—Las preguntas puedo responderlas aquí, detective.

La postura de María era rígida.

Charles no tuvo otra opción que aceptar.

—Charles—Estas tierras pertenecen a la familia Cox. Supongo que usted trabaja en las plantaciones de la compañía Cox.

—María—Así es.

—Charles—¿Usted conocía a señor Edwards Cox?.

—María—Solo de vista. Las personas como el señor Edwards Cox no suelen venir por aquí, mucho menos entablar una conversación con alguien como yo, de bajo estatus.

—Charles—Claro.

Charles se sintió un poco avergonzado por su pregunta.

—Charles—¿Cuanto tiempo lleva trabajando, para la compañía Cox?.

—María—Ocho años.

—Charles—¿A notado algo extraño, en los últimos cinco días?.

—María—¿Algo extraño como que?.

—Charles—Algún movimiento cerca de aquí, personas extrañas.

—María—Por estos lugares no suele haber movimientos, ni gente extraña. Usted mismo se dará cuanta, que este lugar no es muy transitado.

Charles miró hacia los alrededores, comprobaba una vez más, que el lugar estaba más que desolado.

—Charles—Gracias por contestar mis preguntas, que tenga buena tarde.

Sin obtener pista alguna, Charles camino hasta el auto. Cuando se sentó frente al volante, exhalo con frustración.

María cerró la puerta, luego de que el detective Davis se diera media vuelta para irse. Se asomó por una de las ventanas y se quedó ahí, mirando hacía el auto del hombre, hasta que lo vio irse.

—Teresa—¿Se fue?.

María giro su rostro, hasta su hija Teresa.

—María—Sí.

—Teresa—¿Crees que el detective vuelva?.

—María—Espero que no.

Nicolás se encontraba en el despacho, se había servido por décima vez un vaso de coñac. En cada trago que daba, sentía como el líquido que quemaba su garganta, lo embriagaba un poco más.

Sobre el escritorio, vio la fotografía de Helena.

—Nicolás—Helena...

Murmuro.

Tomó el marco y se dio cuenta de que estaba roto. Sacó la fotografía y se quedó admirándola.

La puerta del despacho se abrió. Nicolás se guardó de inmediato la fotografía, dentro de su chaleco.

—Ama de llaves—Señor Cox, la cena está servida.

—Nicolás—La señora Helena ya se encuentra en el comedor.

—Ama de llaves—La señora está indispuesta, esta noche no bajará a cenar.

Nicolás se levantó de la silla, tambaleando un poco. Salió del despacho y camino por el largo pasillo, subió las escaleras y se detuvo frente a la puerta de Helena, guido por el impulso y el alcohol.

Levantó la mano, dispuesto a golpear la puerta de Helena, pero por fortuna su conciencia lo detuvo antes de cometer un error. Se quedó solo unos segundos más y luego camino hasta su cuarto.

Helena estaba frente al espejo, tocaba el borde de la pequeña cicatriz en su frente, por suerte no era muy visible y su cabello ayudaba mucho para ocultarla.

En la puerta de su habitación se escucharon dos golpes, Helena se levantó y se dirigió hacia la puerta para abrirla. Era el Ama de llaves, que traía su cena.

—Ama de llaves—Señora, su cena.

—Helena—Gracias.

El ama de llaves, dejo la bandeja con la comida sobre la mesa de noche.

—Ama de llaves—¿Necesita algo más?.

—Helena—El señor Nicolás aun se encuentra en el despacho.

—Ama de llaves—No, hace unos momentos debió subir a su habitación.

Helena asintió.

—Ama de llaves—Sí me permite comentarle algo.

Helena fijo su vista en el Ama de llaves, esperando que hablara, pues sabía que de todos modos no se quedaría callada.

—Ama de llaves—La botella de coñac que el señor Edwards, guardaba con tanto recelo, fue casi vaciada por el señor Nicolás.

Dijo en un tono casi horrorizado.

—Ama de llaves—El señor Nicolás, se levantó tambaleando de la silla.

—Helena—Entiendo.

—Ama de llaves—Sí usted me permite, puedo guardar las pertenencias del señor Edwards bajo llave.

—Helena—No creó que a Edwards le moleste que su hermano, se beba sus reservas personales.

Helena le respondió de la manera más natural. Si algo detestaba de su empleada, era su forma excesiva de cuidar las cosas personales de Edwards.

—Ama de llaves—Eh... Bueno no, pero si el señor Edwards estuviera vivo.

Helena soltó un suspiró largo.

—Helena—Pero lamentablemente no está con nosotros. Y si el señor Nicolás desea tomar algo de las pertenecias de su hermano, esta en todo su derecho.

Helena estaba intentado actuar de la manera más apacible.

—Ama de llaves—Claro, yo me retiro. Que tenga buenas noches señora.

Cuando salió de la habitación de Helena, su boca mostró una mueca de molestia.

Helena se sentó sobre su cama y tomó la bandeja de la comida. Cuando iba a dar el primer bocado, pensó en Nicolás.

Dejó la bandeja a un lado y se levantó de la cama. Se coloco la bata y salió de su habitación. Cuando llegó a la puerta de Nicolás golpeó dos veces.

Al no escuchar respuesta alguna abrió la puerta.

Nicolás estaba dormido boca abajo, aún con la ropa puesta. Helana se acercó despacio y le quito los zapatos, Nicolás frunció el entrecejo dormido.

Helena se quedó observándolo por varios segundos, le gustaba la serenidad que sentía en ese momento cerca de él. Lógicamente porque no la estaba atacando, como siempre.

Mientras lo observaba, Helena se preguntó, el porqué la odiaba tanto.

Se río de sí misma al recordar, que alguna vez llegó a verlo con otros ojos.

Lo cubrió con una cobija y salió de la habitación en silencio.

Más populares

Comments

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

super interesante la historia

2024-04-20

6

Patricia Moreira

Patricia Moreira

Me parece q el tal Edwar el honorable e intachable era los mas nefasto.😱

2024-03-31

2

💞♡☆💫Eve💫♣💞

💞♡☆💫Eve💫♣💞

Este par como que también tuvieron su cuento 🤔

2024-03-26

3

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play