Capítulo I

Nicolás dio algunos pasos hasta Helena, ella desvió la mirada en cuanto él centró sus ojos en ella, para observarla más detalladamente.

—Helena—El ama de llaves te llevará a una habitación de huéspedes.

Dijo Helena antes de salir del despacho. Nicolás se quedó mirando su bella figura salir por la puerta, mientras aspiraba el dulce aroma que había dejado a su pasó.

Helena subió a su habitación y se detuvo frente al espejo, se miró por varios segundos y luego acomodo un mechón de su cabello sobre la pequeña cicatriz que tenía en la frente.

Horas más tarde, Helena vestía un vestido negro y un velo del mismo color, que ocultaba muy poco su rostro.

—Ama de llaves—El señor Nicolás me mando a avisarle que espera por usted.

Helena asintió y bajo las escaleras.

Nicolás esperaba por ella en los últimos escalones, llevaba un traje negro, que se ajustaba a su atlético cuerpo.

—Nicolás—Vamos.

Le dijo con rudeza y le extendió la mano. Helena dudó en tomarla, lo que molesto a Nicolás.

—Helena—No hace falta que te esfuerzes en tener un trato cordial conmigo.

Espeto Helena.

Nicolás tenso la quijada y se dio media vuelta para caminar hasta el auto.

Ella cerró los ojos y exhalo con fuerzas, antes de caminar hasta el auto.

Innumerables personas habían asistido al funeral de Edwards Cox. Las personas que le daban el pésame a la viuda de Cox, en su mayoría era por interés alguno.

Edwards Cox era el principal productor de algodón en Texas. Era dueño de extensas tierras de plantaciones.

Su familia era dueña de la más grande industria textil en Estados Unidos.

Charles estaba a varios metros de Helena, observaba la opulencia en todo su resplandor. Los más importantes empresarios y personas pesadas en el mundo de los negocios estaban ahí, intentando ganar la simpatía de la viuda, para obtener una tajada de la gran fortuna que había dejado Cox.

Las personas hablaban del maravilloso hombre que era Edwards. Un gran ejemplo para la sociedad.

Pasadas las horas, llevaron las cenizas de Edwards Cox al mausoleo de la familia.

Helena se acercó a la urna de madera, que contenían las cenizas de su amado esposo y susurro unas palabras antes de darle un beso frío.

Nicolás quiso acercarse más para poder escuchar algo, pero fue interrumpido por el detective Davis.

—Charles—Señor Cox, espero me dé algunos minutos, para hablar del caso de su hermano el señor Edwards Cox.

—Nicolás—Acompáñame.

Nicolás caminó hasta el auto con el detective detrás de él.

—Nicolás—Lo escucho.

—Charles—Como le informé ayer a la señora Helena, el señor Edwards fue asesinado.

—Nicolás—¿Cómo?

Pregunto él con una mirada llena de dolor.

—Charles—Con un arma de fuego. En su cuerpo había dos disparos, uno en la costilla izquierda y otro en el pecho, cerca del corazón.

—Nicolás—¿Saben quien fue?

—Charles—No, aún no encontramos a un sospechoso. Solo encontramos esto en el bolsillo de su saco.

Charles sacó una bolsa transparente sellada, con una numeración. Y se la mostró a Nicolás.

—Charles—¿Le parece conocido?

Era un anillo de oro, con un diamante en el centro, en forma de corazón.

Nicolás abrió sus ojos en grande.

—Nicolás —El anillo era de mi madre.

Nicolás recordó la discusión acalorada que había tenido años atrás, con su hermano Edwards, por la desaparición del anillo de su madre.

—Charles—En ese caso, ¿existe la posibilidad de que le pertenezca a la señora Cox?

Pregunto Charles con miedo, pues en el fondo él esperaba que Helena no estuviera involucrada en el asesinato de su esposo.

—Nicolás—No.

Afirmó Nicolás.

—Nicolás—Ese anillo se había extraviado poco antes de que Edwards, conociera a Helena.

Charles asintió.

—Charles—Seguiremos investigando, cuando tenga más información se la haré saber.

—Nicolas—Gracias.

Cuando Nicolas se quedó solo, su mente lo llevó de vuelta a aquel día de la discusión con su hermano Edwards.

El anillo había sido un regalo de su madre, ese anillo había estado en la familia Cox, por tres generaciones.

Nicolás lo había buscado como loco, pues pensaba hacer uso de el, entregándoselo a la mujer que amaba y con la que quería pasar el resto de su vida.

Nicolás esbozo una sonrisa amarga. Mujer que amaba y que le rompió el corazón de la manera más vil.

Recuerda que el anillo estaba guardado en la caja fuerte de la familia, que tenían en el banco y de donde extrañamente desapareció.

Los únicos que tenían acceso eran Edwards y él por supuesto, los únicos Herederos de la familia Cox.

Edwards había negado todo, incluso había interpuesto una demanda en contra del banco.

Charles buscó con la mirada a Helena, tenía el deseo de verla antes de irse. Entre toda la gente pudo ver su figura desaparecer y apresuró su paso logrando chocar con algunas personas.

Siguió su figura hasta el final de aquel lugar, donde yacían las tumbas de los infantes.

Charles se quedó a una distancia prudente, donde Helena Cox no pudiera darse cuenta de su presencia.

Helena se inclino hasta el suelo, frente a una tumba, deslizó sus manos por la lápida y sollozo. Dejó una rosa blanca sobre ella y se levantó.

Cuando Helena se alejo, Charles se acercó a aquella lápida con curiosidad.

En la lapida sólo tenía escrito una fecha y Charles dedujo que justamente hace tres días se había cumplido un año, del lamentable fallecimiento del infante.

Frunció el entrecejo, preguntándose de quien podría tratarse, pues en su investigación sobre el matrimonio Cox, no había información de qué hayan procreado hijos.

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Comments

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

esta interesante la historia

2024-04-20

3

Mariely Georgette Alvarez

Mariely Georgette Alvarez

Me gusta el suspenso. La cicatriz de Helena es vieja o nueva? 🤔

2024-04-20

1

💞♡☆💫Eve💫♣💞

💞♡☆💫Eve💫♣💞

Que buena trama y el misterio está de locos 😱😱😱

2024-03-26

5

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