Mango y sus amigos
Despertó sobresaltado, había tenido una horrible pesadilla. Había visto como su espíritu recorría es espeso monte, pasear tranquilamente y luego como intentaba ser capturado por alguna cosa malvada, haber gritado, pero sabía que no era de él, había intentado escapar del sueño, sin poder salir.
Y entonces todo se había tornado macabro. Uno a uno, iban perdiendo la cordura ante ese ser, que tenía cara de ángel.
Volteo a ver a su compañero de tienda quién aún dormía plácidamente. Detestaba soñar, porque sus sueños eran como malditas predicciones; podía relajarse un poco porque muchas veces solo se cumplían en un pequeño porcentaje.
Se rió de su sueño con un toque de nerviosismo. No existía tales criaturas seductoras más que en los cuentos o en las Vegas, aún así, no podían hacer la competición con aquel ser.
Se levantó y desperezó. Su pequeño grupo había emprendido una pequeña aventura en estas vacaciones universitarias. Y habían decidido ir a uno de los lugares más remotos y extensos del planeta, poblada de leyendas e historias para tontos.
El sol comenzaba a calentar ligeramente cuando ya estaba hirviendo la tetera. Tomó su taza y se sirve un poco de agua, lo mezclo con café y unas hojas que le daban un toque dulce.
Sus compañeros se arrastraron uno a uno, llamados por ese aroma.
- No me gustan las mañanas, son tan frías y neblinosas - Comentó uno de los chicos quién se metía en el suéter.
- ¿Quién apoyó la idea de ir a por aventuras? - Sorbió con cuidado por lo caliente.
- Sí pero quiero quedarme un rato más, ¿no ves mis ojos? - Le mostró sus ojeras.
- Y,a ya, pues duerme temprano o tomate algunas vitaminas, que esto no se vive dos veces - Le recomendaron.
- ¿Alguien ha visto a mi novia? - Salió uno de su tienda de campaña con cara de preocupación.
- Seguramente se levantó temprano y anda explorando - Hubo una sugerencia.
- Yo tengo un mal presentimiento - No era por aguar el viaje.
- ¿Otra vez? Eso dijiste al inicio del viaje y míranos, seguimos muy bien -.
- No me creas, pero ya sabrás cuánta razón tengo - Su rostro reflejo molestia.
- Cálmense, ella regresará pronto, hay que comer por lo mientras y sino vuelve, salimos a buscarla -.
- No tengo hambre, iré a buscarla mientras ustedes se llenan - Desapareció entre un par de árboles, despotricando sobre personas irrespetuosas a las señales paranormales.
Cuando lo vieron desaparecer, uno se puso a reír.
- ¿Porque invitaron a este tipo loco? - Se sentó sobre el suelo y tomó su ración.
- ¿Qué no fuiste tú quién invitó a ese tipo loco? Para que fuera más interesante y no tan aburrido - Le perforaron con la mirada.
- Mea culpa, entonces, pero no pueden negar que ya comenzó la acción - Había dado los brazos para aceptar su error pero era solo una burla porque no lo tomaba en serio.
- Apúrense, tenemos que ayudarle a buscar a su chica, después de todo tenemos que cuidarnos entre nosotros -.
No les contó sobre un porcentaje de sus pesadillas que se hacían realidad. No se sentía seguro en este lugar, también dudaba.
Los tres restantes asintieron con las bocas llenas. Inconscientemente lo habían tomado como el líder del grupo, no solo por su personalidad, sino también por su capacidad de encontrar una solución a todo lo que se enfrentaran.
Cuándo hubieron terminado se dividieron a la mitad, mientras unos se quejaban porque decían que podían andar solos a la luz del día, y no eran unas nenazas.
Se rio. Andar en equipo era necesario. Solo él se fue solo en busca del chico, mientras más rápido lo encontrará, menos tiempo andaría solo. El sol le reconfortó con sus cálidos rayos que aún no eran tan fuertes para robarle toda la energía.
Camino observando cada detalle de su alrededor en busca de indicios, algo que le ayudase.
Mientras él buscaba rastros de su amigo y la chica, los otros buscaban no muy seriamente por una zona distinta. Al principio se esforzaron un poco, pero conforme pasó el día, eso quedó atrás, uno de ellos jaló al otro y luego el final al más tranquilo. Hasta que se toparon con un lago a mitad del día.
No flojos ni perezoso se quitaron las prendas, para lanzarse al agua.
- El día es demasiado bello y caluroso para trabajar - Dijo uno de ellos, qué horas antes se había burlado de los demás.
El más tranquilo se quedó un rato tirado sobre la hierba, mientras los dos más extrovertidos competían por alcanzar un punto alejado.
El calor comenzaba a ser sofocante y el final término por sumergirse también en el agua. Podía ver el fondo, llena de fina arena y piedras, recorrió otro tanto más explorando, entretenido y fascinado de descubrir cuevas submarinas.
Una de esas tantas cuevas llamó su atención. Fue adentrandose y olvidándose de los otros. Algo le llamaba a ese lugar. Una sensación que le decía que tenía que seguir hasta el final, porque ahí había algo que le interesaría.
No podía aguantar mucho bajo el agua sin oxígeno, estaba pensando en regresar cuando unos tenues rayos iluminaron más adelante. Se apresuró bajo esa presión que amenazaba con exterminarla el oxígeno y encontró un espacio de aire, respiro profundamente, para volver a oxigenar cada célula de su cuerpo.
Sus ojos miraron esa luz dándose cuenta que era imposible salir por ese pequeño espacio. Bajo la vista y espero a que sus pupilas se adaptaran a esa densa oscuridad.
Un contorno familiar atrajo su atención, no estaba seguro. Tomó su pequeña luz que colgaba de su ropa y alumbro.
Esa luz estuvo apunto de resbalar de sus manos como si fuesen de mantequilla y no de carne y hueso.
Era una mujer preciosa, en toda la extensión de la palabra, dormida sobre la roca.
Dejando huellas de agua su pasó, se fue acercando para admirar mejor la belleza dormida. ¿Cómo era posible que hubiera una chica bajo el agua? O ¿estaba soñando?
Se dió un pellizco en el otro brazo y el dolor recorrió su sistema nervioso. Sus ojos no dejaron la silueta. El largo cabello oscuro se esparcía sobre la roca. Su clara piel hacía armonía con la densa oscuridad, como si perteneciera ella.
Eso le mando un escalofrío por la columna, a la cual no le dio importancia.
El rostro del ardiente mujer tenía unas largas pestañas que se curvaban ligeramente, una ceja delgada y oscura, sus labios rojos eran los que llamaban la atención, como si le pidieran ser besados.
Se había ido inclinando lentamente, pensando si debía ceder ante ese inocente deseo. Solo era un beso robado una bella mujer, que guardaría en sus recuerdos como algo valioso.
No sé contuvo y la beso. Al volver a levantarse, sintió que debía seguir y proteger a esa mujer hasta el final de sus días. Ahora estaba a sus pies, ella era su dueña.
No se daba cuenta de las incoherencias que pensaba porque había sido esclavizado por ese fluido de sus labios. Se arrodillo a sus pies por un largo rato, en espera, de que ya despertara.
En la superficie del lago los dos chicos seguían entretenidos sin acordarse del compañero desaparecido.
El chico había caído bajo el hechizo de la criatura más peligrosa del mundo, hasta que se demostrará lo contrario.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 103 Episodes
Comments