Capítulo XVI

Nada más placentero que acurrucarse con un cuerpo cálido, en una noche fría.

Arthur estaba recostado de lado, sobre su brazo izquierdo, Victoria dormía a pocos centímetros de él, su piel blanca se distinguía con facilidad entre la sábana negra de satén que cubría su cuerpo desnudo. Con su dedo índice Arthur recorrió la silueta de ella, de manera suave para no despertarla, llegó hasta su rostro y acomodo el cabello dorado que cubría las bellas facciones de la rusa.

—Arthur—Ocho noches...

Solo ocho noches restaban, suspiró al darse cuenta que su situación era terrible, se estaba enamorado de Victoria Alekseev. La rusa que saldrá corriendo lejos de él en cuanto se termine su trato.

Dejó de tocarla y se volteó boca arriba, se quedó mirando el techo. Soltó otro suspiro pero este iba lleno de frustración, miro hacia la ventana y se dio cuenta que el amanecer parecía llegar lento para él. Se levantó de la alfombra y tomó a Victoria en sus brazos, ella abrió los ojos un poco desorientada y se recargó en su pecho.

Camino con ella hasta su habitación y la acostó sobre su cama de forma delicada.

—Victoria—Mm... Arthur... ¿Te vas?

Lo cuestiono ella.

—Arthur—No, duerme Vika.

Le hablo casi en un susurro, se recostó frente a ella, Victoria subió su mano por el pecho firme de él hasta su mejilla y volvió a cerrar de nuevo sus bellos ojos azules para regresar a su hermoso sueño.

Al sentir la caricia de Victoria, Arthur cerró los ojos, hasta que su respiración se volvió más tranquila.

Los primeros rayos del sol iluminaron Londres, en otra mañana fría. Victoria abrió los ojos poco a poco, deslizó su mano hasta el otro extremo de la cama, estaba vacía otra vez.

Ella se quedó mirando por varios minutos ese lado de la cama, imaginando como sería despertar junto a él. Exhalo con fuerza y se sentó sobre la cama, acomodo su cabello hacia atrás y observo la habitación de Arthur.

Sobre el sofá de la habitación había varias bolsas con prendas, como la última vez. Victoria se levantó con la sabana negra envuelta en su cuerpo y la dejó caer al suelo antes de entrar a la ducha.

Abrió la llave y el agua caliente comenzó a caer sobre su cuerpo, tomó la botella de jabón corporal y vertió un poco en la palma de su mano.

Cuando deslizó la mano por su piel, el olor exquisito y varonil de Arthur inundó sus fosas nasales. Victoria cerró los ojos mientras recorría toda su piel con el jabón de Arthur.

Saliendo de la ducha secó su cuerpo y tomó algunas prendas de la bolsa para vestirse.

Al salir de la habitación, la empleada de Arthur se acercó a ella con una taza de café.

—Empleada —Buenos días, señorita Alekseev.

Le saludo muy amable, Victoria le sonrío.

—Victoria—Buenos días.

—Empleada —¿Desea que le sirva el desayuno?

Victoria pensaba marcharse, pero al final cambió de opinión.

—Victoria—Sí, por favor.

Victoria caminó al comedor para sentarse, la empleada salió de prisa con algo de fruta, pan tostado, mermelada y yogur.

—Victoria—Por favor acompáñeme, no estoy acostumbrada a desayunar sola.

La empleada se sorprendió.

—Empleada —Disculpe señorita, pero no me gustaría incomodarla.

Victoria le mostró una sonrisa amable a aquella mujer.

—Victoria—No lo hará.

Algo dudosa la empleada se sentó a su lado y sirvió fruta en un pequeño plato. Victoria vertió café en una taza para la señora.

—Empleada —Es usted muy amable y sencilla. No parece de esas niñas ricas presumidas.

Victoria soltó una pequeña risa por su comentario.

—Victoria—No parezco, porque no soy una niña rica.

—Empleada —Pues fácilmente pasaría por una, además de que usted es muy hermosa, señorita.

—Victoria—Gracias.

Victoria continuó desayunando en compañía de la mujer del servicio, le parecía una mujer muy agradable.

Le recordaba un poco a Milena, la cocinera de su familia, quien siempre fue muy amable con ella y a quien Victoria le había tomado mucho cariño. Milena era una mujer ya grande de edad, había comenzado a trabajar con ellos cuando la fábrica de calzado de su padre comenzaba a tener éxito. Lamentablemente, su madre la corrió junto a su hija Arinka, una joven muy guapa y nada agradable como Milena.

Victoria le dio un trago amargo a su café, a pesar de ser pequeña no había olvidado ese día, ni el rostro de Milena, que era de completa tristeza y decepción.

Las enormes puertas de hierro, de la villa Hertford fueron abiertas para que el lujoso auto de Arthur pasara.

Cuando el auto se detuvo frente a la puerta, Jade y Zachary corrieron hacia el.

—Zachary —¿Te quedarás a jugar Rugby con nosotros?

Arthur revolvió el cabello negro de su hermano menor.

—Arthur—Por supuesto, pero primero debo hablar con nuestros padres.

—Jade—Te esperemos en el jardín.

Gritó Jade mientras se alejaba corriendo con Zachary.

Una empleada esperaba a Arthur en la entrada. Arthur se quitó el abrigo y se lo entrego.

—Empleada —Buenos días, joven Belf, sus padres lo esperan en la sala de estar.

—Arthur—Gracias.

Sus padres junto a Susan, Emma y Sebastián conversaban sobre el evento de la noche.

—Arthur—Buenos días.

Saludo con una sonrisa.

—Olivia—Cariño.

Arthur beso la mejilla de Olivia y después la de Andrew.

—Emma—Ven a sentarte con nosotros.

—Susan—Sí, Arthur. Únete a nuestra conversación sobre la fantástica fiesta de anoche, que dio tu empresa y que por cierto dejaste varada, cuando te fuiste.

Las miradas de Andrew, Emma, Susan y Sebastián se centraron en Arthur esperando una explicación o más bien quería saber quien era la dama misteriosa con la que se había ido anoche.

–Arthur—Anoche tuve que retirarme por un asunto que debía tratar.

—Susan—¿Con piernas?

—Andrew—¡Susan!

—Susan —¿Qué? Arthur es muy obvio, se la paso de meloso con la rubia toda la noche y de pronto salió con ella de la mano.

—Andrew—Como sea, es asunto de tu hermano.

—Susan—A ustedes también les interesa saber. Vamos Arthur suéltalo, ¿quién es la rubia?

Pregunto la curiosa Susan. Arthur veía a Susan con una cara de pocos amigos.

—Arthur—¿No han pensado que Susan pasa mucho tiempo con la abuela Amanda y la tía Alba?

Todos asintieron excepto Olivia quien había estado distraída toda la mañana.

—Andrew—Por cierto, esta mañana me llego una notificación de demanda, los Varley quieren una indemnización por los rumores que ha manchado su "honorable apellido".

—Olivia—Creí que había sido muy clara con ellos anoche.

Soltó con molestia.

—Emma—Esas personas solo buscan sacar provecho de nuestra familia.

Se quejó Emma.

—Andrew—Me reuniré con el Señor Varley, tal vez llegue a un acuerdo con él.

—Olivia–No necesitó que llegues a un acuerdo cariño, que el abogado se encargue de cerrarle todas las puertas a su empresa. Ese escarmiento les hará entender que no deben meterse con mis hijos.

Soltó con mal humor.

—Andrew—Será como tu digas cariño.

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Comments

Lectora Nocturna

Lectora Nocturna

me encanta este hombre, sabes lo que le conviene

2023-11-21

6

Lectora Nocturna

Lectora Nocturna

jajajaja me encanta lo directa y sincera que es Susan, es muy parecida a la abuela

2023-11-21

3

Shayra Zambrano Sureya Zai Zambrano

Shayra Zambrano Sureya Zai Zambrano

Me encanta Olivia no han cambiado su temperamento

2023-10-09

5

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