Capítulo XIV

Arthur se dio media vuelta, hasta quedar frente a ella, con su porte elegante, su aura imponente y su boca curveada, en una encantadora y bella sonrisa para Victoria.

—Arthur —Será un placer para mí.

Arthur llamó un mesero y puso una copa en la mano de Victoria.

—Arthur—Brindemos.

—Victoria—¿Cuál será el motivo?

Pregunto con curiosidad.

—Arthur—Tú, la encantadora mujer que está robando todas las miradas de esta noche.

Victoria sonrío y levantó la copa hacia la de Arthur.

—Victoria—¡Salud!

Ambos bebieron sus copas, sin quitar la vista uno del otro. Arthur observó con detalle a Victoria, para él se veía maravillosamente hermosa, encantadora y sensual. Era todo eso y más, pero también había un poco de nervios en la hermosa dama.

Arthur se inclinó hacia Victoria para besar su mejilla. Todos los ojos curiosos de los invitados estaban puestos en ellos, incluyendo los de la familia Belf.

—Arthur—Acompáñame, quiero presentarte a algunas personas.

Extendió la mano hacia ella, pero en cuanto Victoria la iba a tomar Jessica Varley salto a los brazos de Arthur, empujándola hacia un lado. Obviamente, Victoria entendió el mensaje y sin decir una sola palabra se retiró de ahí.

—Jessica—¡Arthur!.

Jessica enredó sus brazos en la cintura de Arthur y recargo su mejilla en el pecho de él. Arthur frunció el ceño con molestia.

—Arthur —Jessica, te pediré que por favor no vuelvas a hacer esto.

—Jessica—Arthur, yo no sabía que te causaría una molestia.

Los ojos de Jessica se tornaron tristes y cristalinos, para hacerle creer que estaba apenada por lo sucedido. Los invitados que vieron el abrazo efusivo de Jessica comenzaron a murmurar sobre el compromiso, un punto a su favor, ya que Arthur no había desmentido los rumores que su madre se había encargado de esparcir, entre sus amistades de la alta sociedad.

Arthur no quería darles más material para chismes, así que con una sonrisa fingida y de manera educada la alejo de él.

—Arthur—Solo no quiero que después haya mal interpretaciones. No quiero que me involucren contigo.

—Jessica—Te prometo que no lo haré de nuevo.

Arthur miro detrás de Jessica, Victoria había desaparecido de su aclanze.

—Jessica —¿Puedo quedarme a acompañarte por un rato, mientras llegan mis amigas?

Arthur no le presto más atención y se fue de ahí, pues en ese momento solo le importaba encontrar a la hermosa rusa que había desaparecido de su vista.

Victoria se encontraba parada en la terraza mirando las luces, de la fría cuidad de Londres. En ese momento se lamentaba por no llevar con ella un cigarrillo, para calmar su ansiedad. Exhalo con fuerza, había tomado la mala decisión de asistir al evento y ahora se encontraba alejado del bullicio, con frío y sola.

—Rupert—Estás bellísima, Victoria.

Rupert camino hasta quedar al lado de Victoria, pero ella ni siquiera se molestó en mirarlo, lo que enfureció a Rupert.

—Rupert—Siempre actuando de una manera tan despreciativa hacia mí.

—Victoria—No tengo una razón para darte un trato amable, Rupert.

Ella se dio media vuelta para ir de regreso al salón, pero Rupert la sostuvo del brazo, sin brusquedad.

—Rupert—Solo es cuestión de tiempo para que regreses a mí, por tu propia voluntad.

Victoria esboza una sonrisa burlona.

—Victoria —Te quedarás esperando, porque no pienso volver a dejar que pongas una asquerosa mano en mí.

—Rupert—¿Estás segura Victoria?

—Victoria—Lo estoy...

Rupert esbozo una sonrisa retorcida, lo que causó un escalofrío en Victoria.

—Rupert —No suelo cometer un error dos veces, la próxima me encargaré de que nadie te aleje de mi lado, Victoria.

Rupert la tomó de la barbilla con suavidad.

—Rupert— Yo siempre hallaré la manera de traerte de vuelta al infierno, que es donde perteneces, junto a mí.

Soltó a Victoria y camino de regreso hasta el salón de la manera más tranquila.

—Asistente —Señor Weisz, la localizamos.

Para el asistente, se estaba volviendo costumbre ver las sonrisas retorcidas de Rupert.

Victoria se quedó parada en el mismo lugar con la mirada perdida hacía la nada, la nueva actitud de Rupert le traía sensaciones nuevas a Victoria y no precisamente buenas.

—Arthur —Este era el último lugar que me quedaba para encontrarte.

La voz de Arthur hizo que Victoria saliera de su letargo.

—Victoria—Necesitaba salir un momento, me ahoga estar rodeada de mucha gente.

Le mintió Victoria. Arthur se acercó más a ella, levantó su mano hasta su mejilla y la acarició con delicadez.

—Arthur—Entonces quedémonos aquí.

Victoria levantó ambas cejas.

—Victoria—¿Quieres quedarte aquí conmigo y no ir adentro, donde se lleva a cabo la fiesta de tu empresa?.

—Arthur—La persona que tiene toda mi atención está aquí afuera y no haya adentro.

Victoria tomó la mano que Arthur tenía aún en su mejilla y la bajo.

—Victoria—Mejor vuelve a adentro, Arthur. Tu prometida debe estar molesta porque estás aquí conmigo y no a su lado como debería de ser.

El rostro de Arthur se endureció.

—Arthur—Jessica Varley no es mi prometida, Victoria.

Victoria giró su cuerpo hasta darle la espalda y posó sus ojos azules, de nuevo en las luces de la ciudad.

—Victoria—Eso no es lo que dicen los titulares de las revistas.

—Arthur —Son revistas sensacionalistas, Victoria.

—Victoria —Los rumores no surgen de la nada, Arthur.

Arthur dio unos pasos hasta quedar a pocos centímetros de ella.

—Arthur—No, pero te aseguro que no hay nada entre Jessica y yo.

—Victoria—¿Y lo que pasó adentro hace unos momentos? Ese abrazo no era muy amistoso.

—Arthur—Le pedí que no lo volviera hacer, no quiero que haya más malinterpretaciones.

—Victoria—¿Por qué?

—Arthur—Por qué no quiero que aúllente a la persona que de verdad me interesa.

Su voz sonó grave y rasposa, Victoria se mordió el labio inferior.

—Victoria—Lo que yo piense de ti no debe preocuparte.

Arthur pego su duro pecho en la espalda de Victoria y deslizó la yema de sus dedos, desde los hombros hasta sus manos, causando que su piel se erizara.

—Arthur—Me preocupa y punto.

Con la punta de su nariz daba pequeños roses en la cavidad del cuello de Victoria. Ella sonrío para sí misma, pues estaba cayendo en la seducción de ese hombre.

—Victoria—Será mejor que entremos.

Victoria se alejo de Arthur para ir a adentro, pero el rápidamente tomó su mano. Y así entraron al salón, tomados de la mano como lo hacía una pareja.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***