Capítulo X

En el momento que Arthur salió de la sala de reuniones, la secretaria corrió detrás de él.

—Arthur—Quiero al abogado en diez minutos en mi oficina.

Ordenó. La secretaria asintió y se apresuró para hacer la llamada. En menos de diez minutos el abogado entró a la oficina de Arthur.

—Abogado —Estoy a sus órdenes, joven Belf.

Arthur estaba parado frente a la ventana, con un semblante gélido y las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

—Arthur—Quiero que termines la sociedad con el socio B.

—Abogado —Tendremos que dar una compensación a su empresa por romper el trato.

—Arthur—El dinero no es problema, quiero que termines esa sociedad hoy.

Arthur se dio media vuelta para ver el rostro de su abogado.

—Arthur —Y asegúrate de llevarle un lindo presente a su esposa.

El abogado lo miró sin entender.

—Arthur—La empresa B pertenece a la esposa, el hombre es un don nadie que solo administras sus negocios. Estoy seguro de que ella hallara interesante como su esposo gasta su fortuna en amantes.

El abogado asintió.

—Abogado —Me pondré enseguida a trabajar en eso.

Arthur tomó su abrigo y bajo hasta el estacionamiento. Como siempre Randall esperaba por él, frente a su auto.

—Randall—¿Al departamento, joven Belf?

—Arthur—No.

El rostro de Rupert no se había suavizado desde que salió de la reunión, apretaba la quijada, y las palmas de sus manos estaban rojas por la fuerza que ejercía empuñándolas.

–Asistente —Señor Weisz, tengo la información que me pidió.

—Rupert—¿Quién le dio ese cheque?

—Asistente —Arthur Belf.

Rupert giro su rostro con furia hasta su asistente.

Victoria estaba sentada frente a su pequeño escritorio, con una pileta de carpetas y libros. Llevaba una coleta alta en su cabello y unas gafas con poco aumento. Concentrada en su trabajo mordía el tapón de la pluma.

—Arthur—Hasta unas simples gafas te lucen bien. No dejes de ser una mujer hermosa.

Victoria levantó la vista hasta el apuesto hombre de ojos grises y un aura imponente.

—Victoria —¿Qué haces aquí?. Aún no han pasado dos semanas.

Arthur dio un recorrido con la mirada por la pequeñísima oficina, que parecía más un cubículo por el tamaño.

Pero para Victoria el espacio estaba bien, pues era eso o aceptar las proposiciones de su repulsivo jefe, para que pudiera darle una mejor oficina y un mejor puesto en ese lugar.

—Arthur—Demasiado pequeña y... sencilla.

Victoria se reclinó en su silla y cruzo los brazos.

—Victoria—Mi lugar de trabajo no tiene que ser de tu gusto, Arthur. Mejor dime a que has venido y sé rápido.

Arthur regreso la mirada a ella.

—Arthur—Quiero que asistas conmigo a la fiesta de máscaras que ofrecerá mi empresa.

—Victoria —No.

—Arthur—Será en una semana.

—Victoria —Nuestro trato es que nos veríamos cada dos semanas, no antes.

—Arthur— En ese caso haré que la fecha de la fiesta, se lleve a cabo en dos semanas.

—Victoria—Tampoco incluye ser tu acompañante en una tonta fiesta de máscaras.

—Arthur—Solo nos tomará una hora por lo mucho y después podremos retomar lo nuestro.

—Victoria —¿Hablas de nuestros encuentros sexuales?

Arthur sonrío.

—Arthur —Escucharlo de tus labios, es excitante.

Victoria rodó los ojos.

—Victoria—Mi respuesta seguirá siendo no, Arthur.

Arthur camino hasta ella y deposito un tierno beso en la comisura de sus labios.

—Arthur —Nos vemos dos semanas, Vika.

Veinte minutos después de que Arthur dejará la oficina, un mensajero se presentó frente a Victoria con un arreglo floral muy bello.

—Victoria—¿Quién las envía?

Pregunto con asombro, mientras se levantaba de su silla. El mensajero le entrego un sobre negro, con una tarjeta.

"La persistencia es mi mejor cualidad. "

Arthur Belf.

Victoria sacó una rosa y tocó los pétalos de forma delicada.

—Victoria —Son muy hermosas...

Susurró.

—Mensajero —¿Dónde quiere que dejemos el resto?

Victoria lo miro sorprendida.

—Victoria —¿Hay más?

—Mensajero—Veintinueve más.

Afirmó el mensajero.

Otros dos mensajeros entraron con el resto de los bellos arreglos, hasta llenar la pequeña oficina de Victoria.

Ella sonrío. No podía mentirse, empezaba a gustarle la persistencia de Arthur.

Llegada la noche tomó su abrigo y su bolso para salir, ella caminó hasta la esquina para tomar un taxi. Se acomodó mejor su abrigo y la bufanda, pues el frío en esa noche era intenso.

Los taxis pasaban de prisa, ninguno tenía la intención de levantar a la hermosa dama. Victoria se desesperó y comenzó a caminar con la esperanza encontrar un taxi libre, las calles estaban muy poco transitadas por la nieve.

En su andar un escalofrío la recorrió, comenzó a tener la inquietud de que alguien la seguía y apuró el paso.

—Chófer —Señorita Alekseev.

Victoria saltó del susto y giro su cuerpo para ver a la persona que estaba detrás de ella.

—Victoria—Dios... Casi hace que mi corazón se salga por el susto.

—Chófer—Le ruego que me disculpe, no era mi intención asustarla.

—Victoria—Ya no importa, solo le pido que no vuelva a salir así de repente.

—Chófer —No volverá a pasar.

—Victoria —¿Esta aquí por Arthur?

El chófer asintió y le sonrío amable.

—Chófer—Así es, él ordenó que la llevara a su departamento.

—Victoria—Está bien, vamos.

El chófer guio a Victoria hasta el lujoso auto, le abrió la puerta y le ayudó a entrar.

—Victoria —Gracias.

Después de que el chófer cerrara la puerta, miró hacia un auto, qué estaba a unos pocos metros de distancia de ellos.

El auto aceleró hasta que desapareció de la vista del empleado de Arthur.

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Comments

Estefy Pizarro

Estefy Pizarro

si hay hombres así benditos sean quiero uno

2024-02-19

5

Maura Pericana

Maura Pericana

te amo Arthur 💙💙💙💙

2024-01-21

3

Maura Pericana

Maura Pericana

que bueno lo tenía merecido el socio B 👍👍👍👍👍

2024-01-21

2

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