capítulo 5 parte III

El jefe dijo entonces:

–Mi nombre es Lucio Stefano dueño y Alfa general de este territorio, y por lo que veo, nunca creíste en los cuentos de los hombres lobos, ¿verdad? –dijo desnudándose ante ella y además de él, lo hacía el otro que había hablado también, poniendo a Kyrenia muy nerviosa, ya que nunca había visto hombres tan trabajados y sin pudor alguno, como ellos.

Lo que no espero ver era lo que esos dos hombres le mostraron. La transmutación casi cinematográfica de un ser humano a un lobo totalmente negro y otro totalmente blanco, hizo que a Kyrenia el cuerpo le fallara y se orinara en sima, mientras caía al piso sobre sus líquidos, ahogó un grito de horror. Nunca habría creído que esto fuera verdad, y si alguien le hubiera perjurado esto que sus ojos veían, no le hubiera creído. Se le hubiera reído en la cara, como ahora ella lo estaba haciendo histéricamente.

Los dos se le acercaron mostrándole los filosos colmillos que sus letales fauces poseían. Una vez logrado su objetivo, volvieron a alejarse para transformarse en humanos y a colocarse los pantalones solamente y el que se llamaba Stefano sentenció:

–Ahora lo sabes, somos reales y haces bien en estar aterrorizada. No vuelvas a mis tierras o te mataré.

Las lágrimas caían de la aterrada mujer y conformes con el hecho de que no volvería, ellos abandonaron la habitación. Pero uno de ellos, mientras se alejaba del hotel, decidió que protegería a este inocente de las mentiras de los grandes y nefastos inventos militares. Ella no tenía idea de lo que guarda en sus entrañas la madre tierra y él se dio cuenta de este particular hecho que a los otros les importó un soberano pepino. Solo se dedicaron a aterrarla y eso no estaba bien para él.

Este hombre se fue siguiendo los pasos de los otros jefes de manadas, sin saber que la mujer aterrada estaba siendo controlada remotamente gracias a un sistema de vigilancia de micro cámaras que estaban especialmente dispuestas para no ser detectadas, ya que Selene había temido que el principal Martín la siguiera a Italia, para acabar con su vida. Sin sospechar Selene, que en el mundo hay más manadas de lo que creía.

La mujer detrás de las cámaras, era un agente de total confianza de Selene, que las controlaba y registraba todo lo que sucedía alrededor de Kirie, y rabió hasta el hartazgo por este descubrimiento que ponía en riesgo no solo a la modelo y a ellos, sino que a toda una raza. Con un solo mensaje, le dejó claro a Selene que la mujer vigilada tenía sentencia de muerte, y si no la sacaba del radar era un daño colateral y también el lobito tonto lo sería. Ambos debían desaparecer de la ecuación de esta misión.

–La muerte viene con cara de alfa real, saca al alfa hibrido rápidamente de la Argentina o la muerte será dolorosa para la hembra no designada, hay más de lo que creemos.

Selene leyó el mensaje y lo borró, ¿Qué haría ahora? ¿Qué pasó en Italia? Maldición, ¿ella la había sacado del país para nada? Debería hablar Francesca y monitorear lo que había sucedido allá. Mientras tanto, seguiría haciendo el papel de la tonta mujer de Eskol cuando en realidad ella era quien comandaba esta misión, nuevamente para su desgracia, porque Eskol seguro que la cargaría.

Azzam, que monitoreaba la misión se llevaba a cabo en Córdoba, recibió un mensaje de Akram que lo dejó con dudas y miedo.

–“Dime que no has mordido a la modelo”

A lo que Azzam tratando de desviar la conversación, le contestó:

–¿Qué modelo?

Akram supo que no le habían dicho que estuvo en vigilancia desde la sesión de fotos en la que ella estaba solo cubierta con pintura dorada

–No me tomes de idiota. La pusieron bajo vigilancia desde que salió del set de fotografía la tarde en que la pintaron de dorado.

Azzam supo que estaba bien jodido entonces y no tuvo más que aceptar lo que pasó y le preguntó a Akram.

–claro que no, solo la cogí ¿Cómo se te ocurre?

Akram volvió a preguntar

–entonces la arañaste o lastimaste

Azzam se estaba preocupando, pues él la había revisado y sabía que no la había lastimado, pero recordó que ella sí lo mordió a él.

–nada, solo tuve un revolcón y nada más, lo juro.

Akram entonces sentenció

–mantente alejado en cuanto la hembra regrese al país, la amenazaron de muerte en Italia y estos son hombres lobos reales, no como nosotros. Cuidado, no hagas más daño. Fin de la comunicación.

Azzam sabía, luego de conocer a Lonco Hue y a Martín, que estos seres no eran como ellos, más que claro lo tenía, y que salvaguardarían a toda costa su secreto. Nadie que supiera de qué ellos existían, quedaría vivo para contarlo. Azzam se prometió no volver a ver a Kyrenia, más que por él era por ella, pues no dudaba de las palabras de Akram, la mirada de Martín todavía le ponía la piel chinita cuando la recordaba y no quería que, por nada del mundo, ella pagara por lo que no debió suceder. Azzam debería ser fuerte en extremo y no ceder ante la tentación de aquel exquisito olor suave de la mezcla de mandarina y lirio del valle que su piel emitía cuando estaba desnuda, tan exquisitamente dándole paz.