Kyrenia Elizabeth Giménez era una bella mujer que a sus veintiocho años vive de forma clandestina en este lugar recóndito “del fin del mundo” en donde encontró la paz. Ella no se arrepiente de haber llegado aquí, pues en este lugar puede sentir que su secreto está seguro.
Con tan solo veinte años era una de las modelos nacionales de más reconocida trayectoria. Había sido modelo de alta costura y habría tenido un gran futuro en las pasarelas mundiales, marcas como Dior, Benetton, Paco Rabanne, Karl Lagerfeld, entre muchos más, la contrataron para participar en sus desfiles de moda, ya que tenía una belleza única que la hizo tener fama. Kyrenia era hermosa por donde se la viera, y no podía haber estado nunca aquí en el medio de la nada, si la vida no le hubiera jugado una mala carta. Según Lucía, era la mezcla perfecta de las argentinas Ethel Rojo como cuerpo, la forma del rostro y de sus ojos, más la sonrisa de Zulma Faiad con los ojos azul violeta de Liz Taylor y su pelo era de un castaño con vetas coloradas naturales, ella era una bomba sexual sin dudas algunas.
Bomba sexual que no se dejaba con cualquiera, pues era una mujer que decidía sobre sí misma, al punto de que parte de su sueldo lo gastaba en dos guardaespaldas que se mantenían ocultos, pero alerta sobre ella.
No era una modelo tonta como muchas del mercado. Cuando tuvo su primer gran contrato, invirtió en la bolsa de valores, bajo el nombre de su madre; que había fallecido unos años antes y que le había dicho que nunca confiara en su belleza ni en la fama, pues, eran efímeras, duran lo que el aire pasa y más en ese mundo en donde el glamur dura lo que flash de una foto y si se dormía en esas luces, después no tendría ningún lugar “donde caer muerta”.
Cuando niña su padre fue un profesor de sociología y filosofía que le enseño a leer entre líneas y actitudes. Demasiadas tardes de Sócrates, Platón, Aristóteles y muchos otros, contemporáneos, modernos y algunos que, sin darse cuenta, se convirtieron en futuristas, según ellas. Puede parecer estúpido e ilógico, pero para ella uno de esos filósofos futuristas venía del cuerpo y voz del capocómico argentino Tato Bores. Según Kyrenia era un genio futurista que parecía que estaba hablando de la actualidad, aunque sus monólogos fueran viejísimos. Nunca perdían actualidad y como Mafalda, siempre mantenían ese perfil realista. Siempre había sido una habida lectora y le encantaba llevar algún libro. Mientras otras esnifaban una que otra cosa, ella mataba su tiempo de espera, leyendo y aprendiendo.
Hoy, mientras esperaba que sus asistentes asignados para sus tres cambios de looks, empezaran a trabajar en el primero de ellos, cubierta en una fina bata de seda que le cubría el cuerpo apenas cubierto con un íntimo color piel, leía a Pablo Coelho en el Alquimista. Le pareció un libro que por algún motivo la ayudaría en el futuro.
— ¿Qué lees hoy Kyrenia? — Kirsten McMenamy, famosa modelo internacional que hoy fue invitada al backstage del desfile, la conocía desde hace mucho tiempo, ya que junto a su de su hija hizo campañas publicitarias y con las que se llevaba realmente bien y que sabían su pasión por la lectura. Siempre le traía de regalo algún libro al que ella le obsequiaba dulce de leche casero hecho por su madre. pero en estas últimas ocasiones no.
—a Pablo Coelho —tal vez lo conozca o no.
— ¿Cuál de todos sus libros?
—El alquimista.
—por casualidad lo leí, habla de la vida, sus caminos, las sorpresas y las enseñanzas que hay en ellos. Por lo menos a mí me gusto y me sirvió en algún que otro punto de esta vida loca que llevamos.
—Por ahora no me queda otra que terminar mis cuatro años de contrato y después, sí, hacer lo que me gustaría en el camino de mi vida.
— ¿Qué sería eso? —preguntaron a coro madre e hija
—ser profesora de Sociología, Filosofía, geografía e historia.
—Mierda chica, espera ahí un momento…deja algo para el resto. Jajajaja. —dijo la hija Kirsten
—no, soy codiciosa. Jajajaja —respondió Kyrenia con la carcajada cómplice de Kirsten.
Las risas continuaron y la charla también, además de una cosa y otra, llegó el momento de prepararse y, una vez más, las escaleras de la Universidad de Derecho de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se llenaron de belleza y glamur.
Flashes de infinidad de cámaras fotográficas y teléfonos, cámaras de televisión y otros medios de comunicación copaban todos los alrededores de las enormes escalinatas antañas. La belleza de las modelos y de sus distintos atuendos que lucieron, más el espectáculo de los músicos y cantantes, entre ellos Cheyenne, quien logró que más de una de las modelos se tropezaran.
Kyrenia, mientras resoplaba, pensaba para sí, “vamos chicas que está como Pan caliente, qué hambre mete. Pero no es para que se desconcentren del trabajo”, dejemos eso para las novelas de tirada.
Cuanto se arrepentiría días después de ese pensamiento, ya que el karma se las cobraría y con creces, dejándola en una encrucijada mucho peor que tratar de arreglar un tropezón por mirar a Cheyenne.
Están son las mujeres con la que cree a Kyrenia.
Ethel Rojo
Zulma Faiad
Liz Taylor
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Comments
Tere Roque 🇨🇺
realmente bellas todas y c/u , simplemente preciosas 💖 y espectaculares
2024-10-02
1
Albalu HS
hermosas cada una de ellas
2023-07-27
2
Irma Ruelas
🫣😳🤔❤️❤️❤️❤️❤️❤️
2023-01-27
0