El chófer se había dado prisa en avisar a la señora Belf, los nuevos acontecimientos.
—Chofer—Los vecinos dijeron que una mujer desocupo el departamento del joven, ayer por la noche.
—Olivia —¿Es todo lo que averiguaste?
—Chofer—La vecina de a lado dijo que el camión de mudanza tenía placas de N. Y. y describió a la mujer de entre los cuarenta y los cincuenta años de edad, de cabellera castaña. Es toda la información.
—Olivia —De acuerdo, retírate.
—Amanda —¿Quién crees que sea esa mujer?
—Olivia —Por las características, tal vez podría ser Martina O'Grady, o no sé.
—Amanda—¿Qué harás?
—Olivia —Investigar más.
—Amanda —Pensé que no querías a ese muchacho cerca, de Emma.
Olivia suspiró con tristeza.
—Olivia —No, pero escuche lo que ese muchacho le dijo a Emma. Y si ellos en verdad se aman, no quiero que ella sufra, lo que Andrew y yo sufrimos para poder estar juntos.
Amanda le sonrío.
—Amanda —Haces bien, cariño.
—Christine —Señora Belf, afuera está el señor O'Grady, haciendo un escándalo. Insiste en querer pasar.
Olivia exhaló con fastidio.
—Olivia —Déjalo pasar y llama a seguridad.
—Amanda—No puedo creer su descaro, de venir de nuevo a buscarte.
Scott entró a la oficina con arrogancia, queriendo aparentar lo que ya no era.
—Olivia —Hable rápido señor O'Grady.
La voz de Olivia fue brusca. Quería que terminara rápido para mandar a sacarlo.
—Scott—Vengo por mi dinero. Mi sobrino ya no está en esta ciudad y dudo que un día regrese.
Olivia y Amanda se miraron entre sí.
—Olivia —¿Qué fue lo que hiciste Scott?
Scott sonrío.
—Scott—Nada. El tuvo un pequeño accidente en el que perdió la memoria. Así que no volverá aquí, porque no recuerda ni a tu hija. Ahora necesito mi...
—Emma—¿Cuál accidente?
—Olivia— Emma...
—Emma—Conteste.
—Scott—Tuvo un accidente en su motocicleta, que casi lo mata. Pero no te preocupes, el ya está en las buenas manos de mi sobrina Rachel.
Dijo con burla.
Amanda corrió a abrazar a Emma, cuando la vio en Shock.
—Olivia— ¡Lárgate de mi oficina!.
Grito Olivia con furor. Christine entró con los guardias de seguridad, cuando escucho el grito de Olivia.
Scott se paró de golpe, la miró con indignación y escupió con enojo.
—Scott—Eso no fue lo que acordamos.
—Olivia — Si vuelves a acercarte a mí o ami familia, esta vez no me importará mancharme las manos, para asegurarme de que no te vuelvas a acercar.
Su mirada le causó escalofríos a Scott. Los guardias lo jalaron con fuerza. El tenía una mirada llena de odio hacia Olivia.
—Scott —El sufrimiento de tu hija será suficiente como pago.
—Olivia —Sáquenlo, como la miseria que es.
Los guardias entendieron y sacaron a Scott por la puerta del personal, donde lo dejaron con una muñeca rota y varios golpes en sus costillas.
Olivia abrazó a Emma.
—Olivia—¿Que tanto fue lo que escuchaste?
—Emma —Todo... Quiero verlo. Necesito saber que está bien.
Olivia asintió.
—Olivia —Pero prométeme que si las cosas no salen como esperas, regresaras bien.
—Emma —Lo prometo.
Olivia se aseguró de preparar todo para que Emma viajara a N. Y. ese mismo día. Después de unas horas Emma llegó a la casa de Martina, esperando encontrar a Sebastián.
—Gerald—¿Si? ¿Qué se le ofrece?
—Emma—Señor Gerald, soy Emma.
—Gerald—¿Emma? ¿Disculpa, pero no te recuerdo?
—Enfermero —Señor Gerald, usted no debe de abrir la puerta.
El Enfermero miró a Emma con curiosidad.
—Enfermero —La señora Martina no se encuentra, pero puede regresar más tarde a buscarla.
—Emma —En realidad busco a Sebastián, su hijo.
—Enfermera—El no vive aquí. Vive en Manhattan con su novia.
Emma se sorprendió al escucharlo.
—Emma—¿Su novia?
—Enfermero —Sí, la señorita Rachel.
El corazón de Emma se oprimió más. Y escaparon algunas lágrimas de sus ojos.
—Emma—... Po... Podría proporcionarme su dirección. Por favor...
El enfermero lo dudo un poco. Pero la mirada triste de Emma le dio lástima.
—Enfermero—Creo que la señora Martina lo puso por aquí, por si se me ofrecía algo con el señor Gerald.
Le escribió la dirección en un papel y se le entregó. Emma salió deprisa de ahí con el papel en las manos y le pidió al chófer que la llevara a esa dirección.
Cuando estaba frente a la puerta del departamento, intento respirar con tranquilidad, para poder retener sus lágrimas. Tocó dos veces y la puerta fue abierta por Rachel, quien la vio con asombro y desprecio.
—Rachel—¿Tú que haces aquí?
—Emma—Quiero ver a Sebastián.
—Rachel—Sí estas aquí es porque sabes del accidente. ¿No?
—Emma—Sí...
—Rachel—Entonces sabes que él perdió la memoria, que no tiene idea de quien eres. Así que no sé tú cuál es interés por verlo.
—Emma—No es de tu incumbencia.
—Rachel —Lo es. El solo me recuerda a mí como su novia y como tal, no voy a permitir que te acerques a él.
—Emma —No puedes aprovecharte de eso...
—Henry —Más vale que te largues de una vez. Gracias a ti esta así, tú y tu madre solo traen desgracia a esta familia.
Dijo Henry saliendo de la habitación de Sebastián.
—Henry— Y no vuelvas a buscarlo, por que yo me encargaré de que él, no recuerde quien eres. Y así no puedas desgraciar su vida otra vez.
Rachel cerró la puerta, en la cara de Emma.
Olivia esperaba a Emma en su hotel en N.Y. Cuando vio a Emma entrar a la suite se le partió el alma. Se levantó de prisa y la abrazó.
—Olivia —Cariño.
Emma lloraba desconsolada.
—Emma—No lo pude ver... Me culpan por su accidente...Yo...
Olivia solo la escucho.
—Emma—¿Ahora que haré?... Yo lo necesito... Necesito verlo y que él este conmigo... Porque yo no sé que haré sin él...
Decía desesperada. Olivia la abrazo con más fuerza.
—Olivia —No puedes pensar así, amor. Tienes diez y nueve años, aún eres muy joven y te falta mucho por aprender y vivir. Tal vez ahora sientes morir porque duele. Y más por ser tu primer amor, pero va a llegar un momento que ese sentimiento se quedará dormido, y vas a poder ver con más claridad las cosas.
Emma se tranquilizó un poco.
—Emma—¿Y si no logro dejar de amarlo? ¿Si esto nunca deja de doler?
—Olivia —Entonces te prometo que yo haré hasta lo imposible, para que te deje de doler y seas feliz.
—Emma—Lo prometes, mamá.
—Olivia —Te lo prometo, cariño.
Por la mañana regresaron a Seattle.
Para Emma fue muy difícil lidiar con su corazón roto. Pasaron las semanas, los meses, un año. Emma no hacía otra cosa que concentrarse en la universidad y el hotel.
—Noah —Esta tarde viajaremos a N. Y. Está pendiente el inventario de esa ciudad.
—Emma—De acuerdo. Avísame cuando esté listo el Jet.
Emma comenzó a sentirse ansiosa, no esperaba volver pronto a N. Y. Llegando a la ciudad, Noah sugirió buscar un lugar para comer antes de comenzar el trabajo.
Ya en el restaurante ellos conversaban amenamente. Noah se había vuelto más unido a Emma, al igual que Christine.
Pero los sentimientos de Noah, ahora eran más fuertes por Emma.
Escucharon algunos aplausos en el lugar y al ver de que se trataba, Emma palideció.
Era Sebastián. Se estaba comprometiendo con Rachel.
Sintió como si el mundo se le viniera encima, no quería seguir presenciando esa escena. Se levantó de la mesa para salir, chocando con un mesero del lugar. Las lágrimas por su corazón roto volvieron a salir.
Noah corrió detrás de ella.
—Noah —Espera, Emma... ¿Estás bien? ¿Por qué saliste así?
—Emma—Lo siento Noah. Tengo que regresar a Seattle. Llamaré a Christine para que venga a apoyarte con el inventario.
—Noah —Está bien. Pero no te vayas así, ven.
Noah la abrazo y ella lloró como una niña chiquita.
—Emma—Lo siento.
—Noah—¿Por qué? A mí no me molesta verte llorar, pero me gustaría que ya no lo hicieras. Emma... si tú me das la oportunidad de conquistarte, yo haré que puedas olvidar ese sentimiento.
—Emma—Noah...
—Noah—Piénsalo, no me des la respuesta aún... Yo esperaré a que estés lista.
Desde ese día, Emma no pudo sacar de la cabeza a Sebastián, comprometiéndose con Rachel. En algún momento había guardado la esperanza de que él la recordaría y cuando lo hiciera, él la buscaría para volver a estar juntos.
Sebastián siempre iba a hacer ese gran amor que nunca iba a olvidar. Pero ya era tiempo de continuar con su vida, pensó Emma con dolor.
Se quitó el collar que yacía en su cuello, con los dos dijes y su anillo de promesa. Los guardo en la caja de música, donde no le trajera más recuerdos amargos.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 41 Episodes
Comments
PATUBELA
No sé que decir😔😔😔 Emma debe seguir con su vida, pero Noah no aplica para gran amor, ese tiene que ser profundo y arrollador.
y cuando llegue el reencuentro con Sebastián va a salir herido ☝🏻
2022-10-29
22
Victoria Ruiz
Pero si ni siquiera te a visto niña... muéstrate para que el recuerde...
2023-02-03
10
Maria Rosario (Yudith)
que triste pobre Emma 😔. y sebastian que no recuerda dios mio
2024-12-01
0