En tu infierno
Capítulo once
Amadeo me tenía acorralada. Algo que esperaba que no durara mucho más.
—No te importa con quién me voy. Además, según sé, estás felizmente casado con una preciosura —dije con ironía y me di vuelta para tenerlo de frente y verlo.
—Nadie puede ser más preciosa que tú. Y ese vestido que tienes puesto lo deja más que claro. Igual me gusta saber que también piensas en mí —indicó, y con la caradures que lo caracterizaba acarició mi rostro con su asquerosa mano. No pude evitar sentir desprecio, aunque no sé si pudo reconocerlo en mí.
—Estás equivocado. La diferencia entre nosotros es que yo no necesito investigarte. Eres una persona pública y todos los periodistas saben que a esta hora estás acostado en tu linda casita con tu esposa con collar de perlas —aseguré sonriendo, mientras que con delicadeza corría mi rostro de la cercanía de su mano.
—¿Cuánto estás cobrando? —me preguntó sin rodeos.
Como si su pregunta pudiera degradarme. Viniendo de él, esas palabras no me ofendían. Incluso, le seguí el juego.
—Soy muy selectiva con mis clientes. No creo que tengas lo necesario —espeté, y su rostro se transformó, ya no tenía esa despreciable sonrisa. Eso me ayudó a recuperarme—. Una de mis condiciones es que mi cliente no esté casado.
Después de eso aproveché su desconcierto y acaricié sus labios a modo de provocación.
—No sé qué te dijeron de mí, pero sinceramente se me hace tarde. Y me estoy impacientando —le susurré en el oído, después de eso agarré el picaporte y abrí la puerta.
Mientras me iba pude ver cómo se quedaba mirándome. Traté de apresurar el paso, ya que temía que me siguiera. No estaba completamente satisfecha con nuestro primer encuentro, pero esto era solo la punta del iceberg.
Al llegar a la entrada me acerqué a uno de mis pretendientes de la noche y le pregunté si me podía llevar a mi casa. Por supuesto que no lo dudó. Estuve inquieta todo el camino, el tipo no dejaba de hablar y de presumir su fortuna. Como si un poco de dinero fuera capaz de sorprenderme. Cuando estábamos en frente de mi edificio me pidió que por favor lo llamara. Guardé su tarjeta y luego de acariciarle la mejilla le di un pequeño beso y bajé de su limusina. Pese a todo, la noche había valido la pena.
Me desvestí, me duché para sacarme el asqueroso olor de mi ex y me acosté a dormir. Ver a Amadeo y no escupirle la cara me había costado horrores. Aunque me molestó que su personalidad controladora aún me generaba cierta dependencia. Intenté que no se notara. Aun así, eso no iba a impedirme destruirlo.
Esa noche soñé con mi bebé. Lloraba en la oscuridad y aunque corría detrás, no podía acercarme. Era muy doloroso para mi saber que nunca volvería a ser madre. Aun así, no iba a dejar que su muerte quedara impune.
A la mañana siguiente me levanté y me vestí con ropa deportiva. Fui hasta la casa de mi rubio sexy. Al llegar lo encontré en la cama. Dormía al lado de dos mujeres, una era la morena de la fiesta de la noche anterior. Les pedí de forma amable a las chicas que se fueran y él y yo fuimos a su gimnasio a entrenar como lo habíamos hecho estos últimos tres meses.
—Ya tengo listo tu artículo y tu libro editado —le expliqué mientras subía la velocidad en la caminadora.
—No puedo creer que ya pasaran tres meses, preciosa —indicó él, como si se sintiera triste.
Le expliqué que ya no iba a seguir trabajando con él. Me sonrió y me agradeció por la ayuda.
—Ahora, que ya nuestro contrato finalizó… —dijo y detuvo la caminadora.
Me insinuó para ver si quería que siguiéramos viéndonos, me aclaraba que él estaba disponible. Yo sonreí y le di las gracias por la invitación, aunque no veía la hora de alejarme de él. No tenía deseos de volver a verle la cara. Conseguí que me firmara los papeles que necesitaba para mi jefe. Después de agradecerle su predisposición y que él repitiera más de cinco veces que si tenía ganas de verlo que lo llamara, me fui feliz.
Cuando entré por la puerta del diario donde trabajaba todos me aplaudieron. Te vimos anoche con Leonardo Agrero, el rubio sexy en la fiesta de recaudación de beneficencia, me dijo una de mis compañeras. Detrás de mí había uno de los chicos de recepción que traía un montón de cosas en cajas. Las chicas empezaron a gritar y se abalanzaron sobre las cajas. Estaban llenas de ropa y perfumes caros que me había regalado en su intento por conquistarme. Mis compañeros se quedaron mirando y entonces hice pasar a otro de los asistentes con cuatro cajas llenas de productos deportivos, y vinos que les había conseguido. Todos me abrazaban y me saludaban dándome las gracias. Me alejé del enjambre de moscas y fui hasta la oficina de mi jefe.
—Me imaginé que eras tú, después de escuchar el ruido que esos locos hacían —me dijo sin dejar de mirar la pantalla de su computadora.
—Espero que me subas el sueldo porque sinceramente estoy cansada de hacerle caras bonitas a ese tonto. Me vas a tener que pagar un masajista de rostro —le enfaticé mientras hacía gesticulaciones de relajación.
—Demasiado te estoy pagando para que te pases las horas de trabajo en fiestitas —me reclamó serio, y me miró a los ojos.
Yo me senté en la silla frente a él y le mostré los documentos.
—¿Conseguiste que nos deje publicarlo? —me preguntó mi jefe, más que sorprendido. Después de alagarme un rato me dio un par de clientes para que los evalúe.
Mi trabajo consistía en vivir la vida de las personas de negocios y publicar un artículo sobre ellos y si me permitían una biografía en nuestra página de internet, la cual estaba siempre a full con las últimas novedades de las personas más exitosas del país y de la región.
Entre los nombres que mi jefe me había pasado estaba ese tal Rojas y también estaba Amadeo. Fui a mi escritorio y me senté tratando de concentrarme. Miré la pantalla de mi computadora apagada en la que se reflejaba mi rostro, y tuve que tomar una decisión. Si iba a empezar o no con mi plan para destruir a Amadeo o consideraba que necesitaba más tiempo.
Autora: Osaku
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Updated 93 Episodes
Comments
Mari Delgado Flores
Estoy incrédula, que Amadeo haya hecho algo malo a Tania
2024-02-28
2
Anonymous
Pues qué le abra hecho Amadeo para odiarlo tanto y quer vengarse de el
2023-10-24
2
Raquel Cardenas
Ya conoció a los D'Luca por eso dice que ya no puede embarazarce?
2023-07-29
3