En tu infierno
Capítulo ocho – El final feliz nunca llega
Amadeo había tratado de protegerme, pero al decirle toda la verdad a nuestro preceptor me había metido en serios problemas. No tenía idea de cómo salir de esa situación. Aun así, no iba a dejar que nadie me apartara de lo más valioso que yo tenía.
—¿Y qué si eso es cierto? —le pregunté poniéndome de pie frente a su escritorio. No podía estar sentada si tenía que mostrarme fuerte.
Charlie me miró sorprendido. Parecía que no era la respuesta que estaba esperando, por lo que aproveché la situación. Era el momento de darlo todo con tal de conseguir que las cosas no cambiaran.
—Disculpe que se lo diga así. Pero, ¿cuántos años tiene usted? —le pregunté y me respondí sola—. Tal vez veinte, veintidós.
—¿Y eso qué? —me preguntó él sin entender que tenía que ver su edad en mi problema.
—¿Usted cree que el director dejará que conserve su empleo cuando se entere de que me ayudó mintiéndole a mi tía? ¿Si no puede contra alguien como el director, quien le dice que podrá ayudarme con lo que ocurre en mi casa? —le pregunté segura de que todo era en vano. Yo ya me había tomado el tiempo de investigar en la biblioteca pública y no tenía muchas posibilidades.
—Eres muy joven para entenderlo aún. Pero podemos hacer una denuncia… —me indicó y lo interrumpí.
No solía ser tan descortés con las personas, pero defendía lo que para mí era importante.
—¿Y qué harán? Me enviarán a un hogar provisorio mientras averiguan y no hay pruebas de maltrato más que un par de fotos que puedan llegar a sacar si consiguen agarrar a mi tía por sorpresa. Lo siento, pero no voy a arriesgar poder estar en la casa que fui feliz con mis padres por una corazonada. Yo estoy bien donde estoy. No me importa que me insulten o me maltraten siempre que pueda seguir estando en el único lugar donde fui feliz con mis padres —le aclaré—. Limpiar, y lavar es solo un juego para mí. No más que lo que vivo en el colegio todos los días cuando mis propios compañeros me agreden.
—¿Me estás queriendo decir que prefieres seguir siendo maltratada? —me preguntó sin entender mi punto—. Podemos tratar de que otro pariente se haga cargo de ti.
Él aún trataba de convencerme. No entendía que yo estaba sola en este mundo.
—Disculpe preceptor, pero mis padres murieron. Mis abuelos maternos están en un acilo que mi madre pagaba, mi abuelo paterno y mi tío viven lejos de aquí y nadie le daría la custodia de una niña a un hombre soltero o un anciano viudo. Por lo que no me quedan muchas opciones —dije casi repitiendo lo que había escuchado en el velorio de mis padres—. ¿Usted puede asegurarme que nadie me va a alejar de lo poco que me queda de mis padres? Si no es así, le agradezco su ayuda, pero no la quiero. Aunque llame a servicios infantiles, voy a negar todo.
Después de decirle eso salí de su oficina. Me temblaban las piernas. Había tratado de sonar madura y confiada. Aunque la verdad era que mi casa se había vuelto un infierno, pero prefería eso a alejarme de la casa en la que mis padres me habían criado.
En la puerta se encontraba Amadeo, al verlo enfurecí.
—¿Cómo pudiste hablar con alguien sin decirme? —pregunté molesta.
—Pero, ¿por qué te enojas? Solo lo hice para ayudarte —respondió él sorprendido.
—No necesito tu ayuda. ¿No lo entiendes? —le pregunté molesta mientras me ponía a llorar.
—Tranquila, aquí estoy —me aseguró Amadeo y recordé a mi padre. Siempre me decía lo mismo—. Debes dejar que quienes te quieren y te aprecian, te ayuden.
—No puedo. No quiero perder lo único que tengo de mis padres —indiqué con temor.
—No lo harás —me aseguró Amadeo, y nos quedamos abrazados un buen rato.
Me contó que él sabía desde el principio lo que me pasaba, ya que su dormitorio daba a la ventana del mío. Y una vez que vio a mis primas ya no volvió a verme. Incluso había llevado la bicicleta, por el hecho de que al sacar la basura había escuchado a mis primas burlarse de mí porque yo iba a tener que ir al colegio caminando.
—Quiero ayudarte. Mi tía es trabajadora social. Le pregunté si había algo que se podía hacer y me dijo que sí —me contó Amadeo.
Aún no podía creer que mi pesadilla podía terminar.
—Amadeo, debemos salir de aquí —le reclamó un muchacho de cabello rubio. Parecía Leonardo DiCaprio en el Titanic con su corte de cabello.
—Tania, te presento a mi mejor amigo Rodrigo —exclamó Amadeo, y el muchacho me saludó.
Los tres corrimos fuera del colegio, y nos escondimos en el patio.
—El director ya sabe que mentiste —le confesó Rodrigo a Amadeo.
Al vernos ahí nunca pensé que las cosas podrían cambiar tanto con el tiempo.
¿Qué fue lo que pasó?
¿Por qué mi personalidad tuvo que cambiar tanto en los años venideros?
Aun así, Amadeo tuvo razón e hicieron averiguaciones. Mi tía usaba el dinero de mi colegiatura para pagar el colegio de mis primas y el mío. También les compraba ropa a ellas y las facturaba como mías. Por lo que le quitaron mi custodia después de que comprobaron que me hacía dormir en el lavadero.
La tía de Amadeo consiguió que mi abuelo y mi tío paterno pudieran venir a cuidar de mí. Incluso hicieron todo para que la empresa donde mi tío trabajaba lo transfiriera a mi ciudad. Ahora podía quedarme en mi casa junto al recuerdo de mis padres.
En ese momento pensé que lo tenía todo. Grandes amigos, un techo bajo mi cabeza y familiares que se preocupaban por mí. Pero no todo fue bueno. Aunque no puedo quejarme de mi adolescencia, cometí el terrible error en confiar en un demonio. Amadeo volvió mi vida, un infierno. Me hizo perder la fe, apagó mi luz e hizo que me convirtiera en alguien completamente distinto. Alguien con sed de venganza.
Hoy cumplo veintiocho años de edad y hace diez años que estoy planeando destruirlo. Voy a hacer su vida tan miserable que deseará haberse muerto el día que me conoció. Voy a hacer que todo lo que construyó, en el tiempo que estuvimos separados, se derrumbe frente a él.
Autora: Osaku
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 93 Episodes
Comments
nereida Martinez
esto se puso bueno 🤣
2024-07-31
1
esterlaveglia
cuanta intriga 😳😵💫
2024-06-07
1
Claudia Caro
cómo que pasó entre ellos
2024-02-04
2