Inspección de daños.

Nick

Salgo del despacho de Isabella, después de recibir por quinta vez las felicitaciones y agradecimientos de ella y del General London. Sé que debería sentirme bien con que aprecien mi trabajo, pero eso fue exageradamente ridículo.

Miro mis nudillos, todavía con sangre seca en ellos, y sonrío. Esos malditos abusadores se lo merecían. Siempre atesoraré el sonido que hicieron sus mandíbulas y narices al romperse.

Fue hermoso.

Subo las escaleras hacia el dormitorio de la Duquesa, quién ya fue revisada por al menos seis médicos distintos. Me acerco a la puerta y golpeo tres veces, escucho el distintivo “pase” de la voz de un hombre y entro.

Al entrar mi mandíbula se tensa de inmediato al ver a ese tipejo acostado al lado de la Duquesa, quién no solo está a su lado, sino que está recostada sobre él y le pasa unos de sus dedos por el rostro, sin dejar de mirarlo a los ojos y sonreír.

–Eres el mejor amigo del mundo y el más guapo –dice y ríe.

Louis ríe también antes de mirarme. –Le inyectaron un sedante fuerte –dice a modo de explicación.

–Sesante setante sedante –murmura la duquesa antes de reír tan fuerte que le sale, lo que solo puedo definir, como una risa porcina.

–¿Quién es mi cerdita de granero? –le pregunta el tipejo logrando que ella vuelva a reír de esa forma y levante las manos y grite como si estuviera en una montaña rusa.

Me acerco a la gran cama, y me inclino hacia ella.

–¿Cómo te encuentras?

Sus ojos, los cuales están completamente dilatados por el sedante, me miran y su boca se amplía en una hermosa sonrisa.

–Mi guapo guardaespaldas, ¿no es hermoso, Louis? –le pregunta sin dejar de mirarme–. Eres el hombre más atractivo del mundo y te amo.

Mi cuerpo se tensa y camino dos pasos hacia atrás.

–¿Qué?

–Te amo y quiero que seas mío para así poder abrazarte por las noches, como si fueras una enorme almohada –dice y suelta un suspiro.

Louis ríe. –Estás hecha toda una romántica.

–Lo amo y me casaré con él, no con George malvado –dice y hace un mohín cuando recuerda–. Me lastimó.

–Lo sé –le devuelve Louis–. Pero ya no podrá lastimarte de nuevo.

–No, no lo hará, porque me casaré con el hombre más fuerte que conozco.

–Yo… no –titubeo y siento como mi cara arde, pero controlo mi respiración y el calor disminuye.

–No te aflijas, amigo –dice y aprieto mis dientes en cuánto me dice amigo. No lo soy y nunca lo seré–. Le ha dicho a todo el mundo que los ama y que se casará con ellos, eso incluye a un par de enfermeras y a Greta.

–Ah –susurro y me odio cuando mi voz suena decepcionada. No lo estoy, claro que no–. Bueno, vendré a verla más tarde.

–Sí, no te preocupes, yo me quedo con ella.

Me giro hacia la puerta sin decir nada. La verdad no me queda claro que esté a salvo con él, después de todo, ese tipejo se ha dedicado a manosearla delante de todos.

Imbécil.

Camino hacia mi habitación para descansar un rato, después de todo, en este momento la Duquesa no es un peligro.

Cuando llego a mi habitación me saco la chaqueta y dejo las armas en uno de los veladores de madera de castaño, y luego suelto el gruñido que tenía atravesado en la garganta.

Estoy furioso, tan furioso, la cría es una inconsciente, y lo peor de todo es que no reconoce cuando está en peligro.

–Supongo que en su mundo todo es de color algodón rosa.

Me lanzo a la cama y miro la opulencia que me rodea, asqueado. Estoy harto de cuidar a niños ricos que no saben comportarse ya que sus padres nunca les dieron las nalgadas que necesitaron.

Recuerdo a mamá y sonrío. La única vez que me golpeó fue cuando llegué de la escuela, sintiéndome frustrado y tan molesto con todos, que cuando me preguntó cómo me había ido le contesté de forma beligerante, que qué diablos le importaba.

Ambos quedamos congelados en el tiempo, mirándonos directamente a los ojos, fui consciente de mi error cuando vi el dolor en los ojos de mi madre, y más aún cuando se acercó y me dio vuelta la cara de una bofetada tan fuerte, que juro que aún puedo sentir sus dedos en mi rostro.

Y sí, eso lo hizo, nunca le volví a contestar de esa forma.

Con mi hermano ocurrió algo similar…

–Mierda, mi hermano –mascullo y busco el celular y lo llamo de inmediato.

El teléfono suena una y siete veces más, pero no me contesta.

Vuelvo a intentarlo, pero nada.

–Maldita sea, Rick, contéstame.

En el tercer intento contesta.

–¿Qué mierda quieres? –masculla furioso.

–¿Que qué mierda quiero? ¿En serio? –pregunto sintiéndome tan enojado con él y con todos que quisiera destrozar esta habitación y a la mierda las consecuencias–. ¿Sabes qué quiero? Quiero que mi hermano recuerde que tiene un par de bolas y deje de llorar como un idiota por una mujer.

–No la menciones –sisea.

–Quiero terminar este trabajo lo antes posible para poder descansar lejos de estos malditos críos y poder follarme a una mujer en cuánto tenga la oportunidad. Quiero matar a un par de hijos de putas que se atrevieron a abusar de la mujer que se supone tengo que cuidar. Quiero que mi maldito hermano mayor se comporte como tal –termino con un gruñido.

–Vaya discurso, hermanito –murmura–. Ya comienzas a sonar como mamá.

–No estoy de humor.

–Lo sé, yo tampoco, me siento como una mierda enterrada bajo cinco toneladas de mierda. No sé en qué estaba pensando, ni siquiera me gustaba, la encontraba una mujer superficial, tonta, desconectada de la actualidad… pero tan sexy que me dolían los dientes cuando la observaba. Soy un imbécil, me comporté tan mal, y… y estaba equivocado con todo respecto a ella, es una de las mujeres más inteligentes que he conocido, se preocupa de todo lo que la rodea, y mierda… es tan hermosa, ¡no puedo creer que la perdí! –termina en un casi sollozo y luego escucho un estruendo horrible.

–¿Rick?

–Estoy bien, el lugar no tanto, pero ya he destrozado dos habitaciones en este Hotel, creo que ya renunciaron a pedirme que cuide la estancia y controle mi temperamento. Idiotas.

–¿Estarás bien?

Se queda en silencio por varios segundos. –Lo estaré… creo –rectifica en un susurro.

–Lo estarás, eres Rick Black, el hombre más fuerte que conozco después de papá. Mañana verás las cosas con otros ojos.

–Gracias, necesitaba escuchar eso hoy. Es solo… Diablos, Nick, la extraño tanto.

–Por favor dime que no te enamoraste de la modelo –pido, sin embargo mi hermano no dice nada–. ¿Rick?

Suspira. –No lo sé, hermano, no lo sé. Cómo podría, nunca me he enamorado en la vida.

–¿Qué me dices de Jacky, tu novia de secundaria?

–No la amaba.

–A mí no me lo parecía, vivías pegado a ella.

–Fue la primera chica con la que follé, por supuesto que quería estar a su lado en todo momento, esperando mi oportunidad para el próximo revolcón, pero ahora es distinto.

–¿Distinto? ¿Acaso tiene magia en la boca y no sufre de arcadas?, ¿o qué mierda?

–¡No hables así de ella! –grita sobresaltándome.

–Santa mierda, Rick, creo que estás metido en un gran problema.

–Lo sé –susurra–. No quiero seguir hablando ahora. Necesito buscar una solución a este lío. Sigue mi consejo y no te enamores nunca de una asignación.

–No te preocupes, soy más inteligente que eso.

–Yo también pensaba lo mismo –dice antes de cortar.

Dejo el teléfono a un lado y miro hacia los ventanales y en lo único que puedo pensar es en que nunca caeré tan bajo como él, no perderé la poca salud mental que me queda por una mujer, menos en una como la Duquesa.

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Comments

✨@W🤩

✨@W🤩

😏🤣 AY NICK YA Esta condenado

2024-12-13

4

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

ya caites Nick

2024-11-28

2

Raquel Sanchez

Raquel Sanchez

Me encanta lo poético que es Nivk

2024-11-11

3

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