Nunca confíes en el hijo de un Marqués

Cathy

Sonrío forzosamente ante el balbuceo incesante de George IV, el hijo del marqués; George III, a quien mi tía profesa un gran respeto, ya que las familias siempre han sido cercanas entre sí, y sobre todo, son cercanas con la familia de la reina.

Como si fuera la gran cosa.

–Y sí, deberías venir conmigo a Santorini el próximo verano. Te encantará el lugar, sobre todo en mi compañía –añade inclinándose hacia mí, con su rostro sudado y con un grano en su frente a punto de explotar.

–Ya la conozco, pero agradezco tu invitación –digo por cortesía.

George pasa su brazo sobre mis hombros, humedeciéndolos con el sudor bajo su brazo.

Sencillamente la mejor noche de mi vida.

–No te preocupes, muñeca, todos sabemos que estás castigada, pero mi papá hablará con la bruja de tu tía para que te deje libre.

Me alejo, molesta.

–En primer lugar mi tía no es una bruja, y tiene un título superior al tuyo, que debes respetar –siseo–. En segundo lugar, no quiero ir contigo, y no estoy castigada.

George se ríe y me da una copa de champagne, la cual recibo y bebo un gran sorbo para tranquilizar mis nervios, de lo contrario soy capaz de matarlo.

–No te alteres. –Se gira y mira hacia Black y hace una mueca–. ¿Nos tiene que seguir a todos lados?

Miro hacia mi guardaespaldas y, por primera vez, siento tranquilidad al tenerlo cerca.

–Sí, órdenes de mi tía –digo y me giro al verla conversando con el contador de nuestra familia, y gran amigo de ella. Me vuelvo hacia George para despedirme, pero me mareo.

–Tranquila, preciosa, yo te tengo.

–¿Qué… qué… hiciste? –trato de preguntar, pero caigo en sus brazos–. Llévame con… Quiero estar con… –gimo frustrada al no poder expresarme correctamente.

Miro como puedo hacia mi guardaespaldas, quien al parecer está frustrado, ya que pasa su mano por su cabello.

–Ni… Nick –consigo decir.

–Tranquila, muñeca, lo vamos a pasar bien. Yo te guiaré –dice antes de llevarme a través de las personas.

Escondo mi cara en su cuello, ya que las luces sobre mí empeoran mi malestar y comienzo a sentir nauseas.

No quiero vomitar, no puedo vomitar. Mi tía se avergonzaría mucho, y mi abuelo… bueno, a él le causaría gracia, pero no debo hacerlo. Me niego.

El olor de George es horrible, así que a pesar de mi malestar alejo mi cara de su cuello y veo a lo lejos a Louis, trato de mover mis manos para pedirle ayuda, pero no puedo hacerlo.

Lágrimas de impotencia anegan mis ojos y antes de darme cuenta estoy dentro del baño de hombres, que huele horrible.

–¡Lo lograste, Georgie! –Escucho a alguien gritar entusiasmado, pero no consigo enfocar la vista para averiguar de quién se trata.

–Te dije que lo haría. No es muy lista, se bebió el champagne en unos cuantos tragos.

–¿Y su guardaespaldas?

–No la seguirá aquí, tranquilízate. Con la reputación que tiene nuestra amiguita, debe imaginarse lo que estamos haciendo. Ayúdame a sacarle este abrigo, quiero ver lo que hay debajo.

Trato de gritar, pero apenas consigo sacar la voz.

–Espero que puedas gemir más que eso –dice la voz que no conozco.

Cuando siento manos en mi abrigo, recuerdo que nadie puede ver lo que hay debajo y presiono mis brazos contra mí.

–No… Nooo, por… por favor –pido–. Mi tía… –pido casi en un sollozo.

Trato de girarme, pero caigo hacia atrás y golpeo mi cabeza contra el mármol.

–Duquesa. –Escucho, pero mis ojos se cierran y lo único que puedo escuchar es un gran alboroto, y el sonido del vidrio al romperse. Luego escucho gemidos y llantos.

–Oh, nena –dice Louis, y quiero llorar de alivio al escucharlo–. Tenemos que ayudarla –le dice a alguien–. Detente, ¡los vas a matar!

–Es lo que merecen –masculla Nick y quiero sonreír al sentirme a salvo, pero mi rostro duele y no puedo hacerlo.

Trato de tocar mi rostro, pero unas firmes manos me detienen.

–No, duquesa. Déjame ayudarte –dice Nick y luego siento algo húmedo y fresco en mi rostro.

Suelto un suspiro de dulce alivio, ya no duele tanto.

–Tu rostro no necesitará suturas, no perderás tu belleza, nena –dice Louis y trato de sonreír de nuevo, pero un gruñido molesto me interrumpe.

–¿Es lo único que te importa?, ¿qué no pierda su puta belleza? ¡¿Qué clase de hombre eres?! –grita Black y hago una mueca al escucharlo tan furioso.

–No… No te enojes con… Louis –susurro y luego suelto un gemido al sentir dolor en el costado de mi rostro y en la parte posterior de mi cabeza–. Me duele –me quejo y sin poder evitarlo mis ojos lagrimean–. Quiero… quiero a mi abuelito –pido.

Siento que mi cuerpo se eleva en el aire, y ahogo un gemido por el dolor que siento, y sobre todo, al ver caer mi abrigo al suelo.

–Maldita sea –masculla Black y siento como su cuerpo se tensa–. Lo sabía.

Escondo mi rostro en su cuello, el cual huele demasiado bien, y respiro profundamente intentando no sucumbir al pánico.

–Mi tía, ella no puede… no puede verme así –ruego en un susurro.

–Nadie puede verte así –me devuelve en un siseo.

–¿Louis? –lo llamo por ayuda.

–Está aquí, nena –dice levantando un bolso–. Déjame cambiarle la ropa –le pide a mi guardaespaldas.

–No iré a ninguna parte –devuelve y mi rostro enrojece de vergüenza al imaginarlo mirándome mientras me cambio de vestido.

–Por favor –pido.

–No –insiste.

Se mueve y ya estoy sobre mis pies nuevamente, pero me tengo que afirmar en él para no caerme.

–Cierra los ojos –pido y luego de enviarme una mirada furiosa, lo hace, y Louis rápidamente me quita mi vestido.

Cuando ya me está poniendo el otro vestido, miro al suelo y veo a George y a otro chico pelirrojo, que creo es su primo, tirados en un ángulo incomodo sobre el mármol.

–¿Están…vivos? –pregunto en un susurro.

–Lamentablemente, sí –responde Black en un siseo.

Levanto mi mirada, y observo cada línea del rostro de mi guardaespaldas, amparada en la valentía que me da que no pueda verme. Tiene un rostro tan fuerte, tan delineado y a la vez tan hermoso, que parece que hubiese sido tallado por Miguel Ángel.

Suelto un suspiro al sentirme frustrada. Si mi vida fuera mía, podría elegir a un hombre como él a quién amar, y no a uno de los muchos señores con títulos nobiliarios, que están esperando en línea a que mi tía decida casarme con alguien.

Por suerte no lo ha hecho. No creo que pueda resistir que alguien, por quién no siento nada, se acerque lo suficiente a mí como lo hizo George esta noche.

Doy un respingo al recordar su olor y el calor de su piel.

–Lista –dice Louis y Black abre los ojos inmediatamente y me descubre mirándolo.

Lucho contra el sonrojo.

–Ahora, si me disculpas, voy a mostrarle a los invitados que clase de pervertidos tienen en su alta sociedad –masculla–. Cuídala –le ordena a Louis antes de caminar hacia George y el otro chico y levantar a cada uno desde el cuello de sus camisas, ambos se quejan de inmediato.

Lo vemos salir, arrastrando a ambos chicos.

–Oh, mierda –susurro.

–¡Tendremos un nuevo escándalo! –exclama mi amigo, aplaudiendo y dando un pequeño salto–. Creo que le perdonaré el golpe.

Cierro los ojos al escuchar un gran alboroto fuera del baño.

Aquí vamos de nuevo, un nuevo escándalo, donde por supuesto me culparán, como siempre lo hacen.

Enderezo los hombros y camino con mi amigo para enfrentar a la sociedad aristocrática de Albia.

Más populares

Comments

Raquel Cardenas

Raquel Cardenas

Pervertidos y abusadores!!!!

2025-01-24

3

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

abusadores

2024-11-28

2

Irma Ruelas

Irma Ruelas

😡🤬🤬🤬🤨😒🫣❤️😍

2024-06-12

3

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play